* LOS CAMBIOS YA NO
IMPRESIONAN A NADIE .
Por Raúl González Rivera

Las cosas han cambiado, sí, porque la renuncia de funcionarios públicos para irse a buscar chamba de diputados y luego de gobernador de dos años, prácticamente es de interés exclusivamente de sus actores principales, sus familiares y los grupos de poder o mafias, que les acompañan, menos no.
En un pasado no muy lejano, quizá cuando arrancó la pluralidad partidaria, un solo relevo captaba las ocho columnas de los periódicos y en la población que les leía, provocaba la curiosidad sobre la personalidad, talento y trabajo del político que llegaba.
Hoy, la sociedad social, está tan metida en sus personales problemas de ocupación laboral, deudas familiares, inseguridad en las calles y el chismerío que corre como reguero de pólvora en las redes sociales, que poco se percata si hubo el relevo de un secretario incómodo y peor aún, que la memoria histórica sea tan vaga, entre los mexicanos, que existen quienes preguntan y se preguntan, con algún sonrojo, por caso, ¿don Flavino Ríos Alvarado, quién es, de dónde sale?.
Es decir, que los políticos, pueden hacer lo que se plazca de la voluntad popular, que nadie va a decirles algo, salvo, los que siendo iguales y están dentro del juego de las chambas públicas.
Alguien preguntó porque se enojó Dante Delgado, quien ha guardado celoso silencio en cuatro años y meses y ahora, sentado en una mesa de café en el vecino puerto de Veracruz, indignado hasta las cachas, saliéndosele la ira por todos los poros de su cuerpo, reclama que el juego democrático ha sido pervertido en la entidad veracruzana.
Y enseguida, dando una elocuente explicación, el ex gobernador y guía moral nacional del partido con que relevó a Convergencia por la democracia, condena que se haya querido desvirtuar que los once alcaldes abanderaos por la sigla del Movimiento Ciudadano, diciendo que pasaron a filas del PRI, como si fueran robots o monolitos, sin ninguna inteligencia, cuando solo dos, chaqueteros ediles a todas luces, o con el miedo en sus huesos hayan aceptado enlistarse en las trincheras del partido que dejó a medio morir la ex alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García.
Pero el asunto no pasa del susto, el reclamo, porque la vida política sigue igual, con sus desconfianzas, actos circenses en lo político, porque los signos de la pobreza rasante, la desconfianza pública y el escaso crédito que el electorado da a los cambios, son la mejor y silenciosa respuesta de un pueblo, que también no es menos cierto, reacciona en las urnas electorales con su voto. Esperemos. Por lo demás, que sigan dándose los sombrerazos entre los busca chambas políticas. Al tiempo.
* EL RELEVO, META DE
LOS TRES YUNES
Los tres Yunes, están metidos en el dilema que entraña el relevo de gobernador del estado en los próximos dos años.
Con un trabajo individualmente desempeñado, la tercia mantiene con los cabellos erizados a los socios priistas, pero también a los tiradores a la silla principal de palacio de gobierno desde ahora.
Héctor y José, ambos senadores de la república, herederos de cuanto deje o vaya a brindar a sus enlistados el partido en el poder, se encuentran colocados en una posición envidiable, dicen los socios priistas, desde la cual, pueden aspirar y llegar a cumplir la meta de sus sueños políticos.
El binomio coincide en un punto: no permitir que se perpetúe nadie en la silla gubernamental. No les arredra que Veracruz, sea uno de los tres estados del interior del país, más endeudados del país y si bien es cierto, que apenas digieren que la gubernatura de dos años sea una realidad sobre tierras veracruzanas, ambos personajes coinciden en que el cambio es lo que mejor conviene a los veracruzanos.
Miguel Angel Yunes Linares, primo hermano de Héctor y amigo y con orígenes geográficamente hablando con Pepe Yunes, estarían por rendir un punto de vista elaborado por los tres, en torno a la gubernatura de dos años y lo que sigue posterior a dicha sucesión.
Evidentemente, lo que vayan a decir los tres Yunes, como punto de partida hacia la sucesión en Veracruz, mantiene en una alerta permanente a los cuadros de mando político y del ex partidazo, al grado de que los llevó a reunir a los once alcaldes abanderados por el Movimiento Ciudadano y que tras una junta con gobierno estatal, se anunciara su inclusión en filas tricolores.
Obviamente esto alarmó sobremanera a su fundador, el ex gobernador y ex senador Dante Delgado Rannauro, quien de inmediato, sin esperar más allá de las 24 horas, en que se habría producido dicho anuncio, el dirigente nacional de Convergencia por la democracia, salió a la calle y gritó a pulmón abierto, que eso, sencillamente no era así.
Solo dos de once alcaldes de turno, se fueron al monte, que el resto sigue dentro del novísimo movimiento y que la pelea, aunque dispareja, quiere decir que empieza, con vistas a no perder una los socios priistas.
Lo cierto es que la suma en torno a un objetivo común de los tres Yunes y los enojos de Dante Delgado, colocan a la directiva estatal de espaldas contra la pared. La ausencia de figurones en las cuestiones partidarias y con ascendiente en la sociedad veracruzana, presagia que el viejo régimen sobre tierras veracruzanas, no las tiene todas consigo, en el provenir inmediato.
Un cuarto elemento, el ex cardenal del régimen foxista Juan Bueno Torio ha dicho aquí que hay fuertes posibilidades para que el PAN arrebate la gubernatura de dos años a los priistas y fue más allá al advertir que haciendo un buen trabajo en ese gobierno, no duda que el PAN volviera a subirse en el mando de la gubernatura de seis años posteriormente.
Total, el escenario está bastante calientito, en días fríos, pero que provoca en algunos que gustan de realizar pronósticos en la materia, que avisten con algún tiento que la sucesión podría volverse una fiesta de negros, además de que la caballada que va a la caza de curules federales, enfrenta vacíos y flaquezas que pueden ser determinantes en el futuro del sistema de partidos políticos, al menos sobre tierras veracruzanas.
* CASO AYOTZINAPA,
«PREOCUPA» A OBAMA
En la Casa Blanca de Washington, su principal inquilino, atrajo hasta lo más alto del poder central yanqui, la desaparición y posible ejecución de los 43 estudiantes normalistas y que a casi tres meses de haber ocurrido el atentado en su contra y los cuales siguen sin aparecer.
Esta es la respuesta, que seguramente entrelineas ha brindado el poder presidencial gringo a su homólogo de este país, cuando sin estar contemplado el tema de Ayotzinapa, en la agenda que cubrirían los presidentes de Estados Unidos de Norteamérica y México, el señor Barack Obama, esbozó su «preocupación» por el tema de los normalistas desaparecidos.
Esta, que más pareciera una respuesta de la Casa Blanca a las emisiones periodísticas libradas a través de la televisión azteca, de manera repetitiva, sobre las ejecuciones que han realizado policías gringos, contra pobladores de color, con visible intención de pasar a un segundo plano en el ámbito informativo la desaparición y presunta matanza de 43 jóvenes normalistas guerrerenses.
La encrucijada en que se encuentra metido el gobierno federal, le ha provocado al mismo una baja en su popularidad, sobre la cual, el dirigente nacional del ex partidazo César Camacho, ha tenido que decir, por caso, en el vecino puerto de Veracruz, que el presidente no gobierna por la popularidad, sino para atender los problemas sociales.
Ciertamente, cuando está corriendo el tercer año de un régimen, sabe perfectamente que está en su momento más sólido de su administración, el acercamiento ficticio o real con la gente se da y es cuando a mitad del gobierno de un mandatario, la confianza pública inclina necesariamente la balanza en favor de las medidas que asume el jefe del estado mexicano, sobre todo.
Empero, el caso es del conocimiento pleno de la Casa Blanca, allá en los Estados Unidos de Norteamérica y si bien es cierto, que el resto del mundo, también muestra interés en conocer el desenlace del acto criminal cometido en contra de 43 normalistas, cuando al tío Sam le ocurre algo semejante y lo suelta en una entrevista diplomática y provoca al mandatario del país más poderoso del mundo, que aborde con una cita acerca de su preocupación, por partida doble, México tendrá que apresurar el esclarecimiento de este que podría constituir un crimen de lesa humanidad o genocidio.
Porque de alguna forma se sobreentiende, que la nación azteca hace mucho que dejó de gozar de la confianza del tío Sam, lo que se confirma aquella sentencia hecha libro de vecinos distantes, porque los yanquis ni quieren ni odian a los mexicanos, sino todo lo contrario. ¿Usted qué dice?
