60 Segundos: Xalapa y Veracruz, entre las más inseguras: INEGI


alto_violencia_xalapaEN ARAS DE LA LIBERTAD
DE EXPRESIÓN EN EL MUNDO
Por Raúl González Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

El mundo de Europa Occidental se hizo uno solo y en los 27 países que conforman ese trozo de tierra, salieron juntos gobernantes y ciudadanos a la calle y enarbolaron la bandera de la libertad de expresión, condenando así los ataques de musulmanes a Charlie Hebdo.

Bastaron tres días para que la policía de élite francesa ubicara a dos de los tres criminales que dispararon sobre la humanidad de más de 20 periodistas de la revista cómico-satírica, ya que a uno de ellos lo habría abatido tras de realizar su felona acción.
Y de esa forma, la primera fase de esta osada conducta contra los periodistas, se dio respuesta. Se dice que una de las policías por excelencia más diestra en capturar terroristas es la francesa y ya lo demostró. Lo otro, quedó en manos del pueblo, que valiente salió a la calle y vitoreó a la prensa, el papel que ésta juega en la democracia.
Todo esto sucedía, en tanto aquí en México miles de elementos policiacos y del resto de las fuerzas armadas buscan a los criminales del caso Tlatlaya y a los 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, presuntamente sacrificados en alguna parte del México ensangrentado, pero que nadie ha podido localizar.
Empero, se maximiza la tragedia de París y ahora de Alemania, donde también otro medio informativo sufrió el ataque a manos de fundamentalistas orientales, y aquí la muerte ronda nuestras ciudades las 24 horas del día y se ignora por qué tantas ejecuciones diarias desde hace ocho años, sin que a ningún mexicano se le rinda una información a detalle y confiable de lo que está ocurriendo.
Se cuenta que mucho se oculta y que lo tres periodistas nacionales mejor informados, ya no están entre los vivos de este país.
La pesadumbre que genera la inseguridad, mantiene en vilo los estados de nervios y circunstancias de las inmensas mayorías. Lo cual no debiera ocurrir, pero llegó, como alguna vez lo tuvo que enfrentar el pueblo y gobierno colombianos, pero en el caso de los aztecas, se insiste en que la corrupción mucho tiene que ver en esta hecatombe.
Vienen días de elección de diputados federales, pero la contienda no las tendrá todas consigo, sino todo lo contrario, se confunde de entrada a muchos de los tiradores a sillas de curulecos, por sus nexos con la delincuencia en todos sus órdenes, ya que el caso de la pareja imperial que encabezaba José Luis Abarca, se puede ampliar accesiblemente a los precandidatos priistas, pero también a los perredistas y panistas.
Y como dice Julen Rementería, vale un cacahuate que los candidatos registren sus compromisos y promesas con fedatarios públicos, porque a la postre incumplen también como diputados y alcaldes, según sea el caso.
Todo sea en términos de la libertad de expresión, que los gobiernos igual se han visto imposibilitados para hacerla respetar. Los males alcanzan igualmente a decenas de comunicadores en este país y no hay para cuándo se concluya la fase preocupante de la violencia y la inseguridad.

* SE FUE EL IFE, PERO
LLEGÓ EL INE A SARABIA

Los vecinos de un amplio sector que colinda con las oficinas que fueran del Instituto Federal Electoral, pero ahora corresponden a la junta distrital ejecutiva del INE, allí sobre la calle de Sarabia, esquina con la avenida 20 de Noviembre, se ha convertido en una verdadera pesadilla tanto para familias como los automovilistas de ese rumbo, porque los funcionarios y empleados de cuarta de la institución han tomado como suyas las calles del entorno en cuestión.
Conforme se anunció que el IFE cerraría sus puertas, igual se fueron clausurando oficinas y despachos que contaba el IFE en diferentes puntos de la geografía local.
Sin embargo, con la creación del INE, una parte de sus oficinas se cuenta en el edificio que ocupó el IFE en la esquina de 20 de Noviembre y la calle de Sarabia, y con ello un número de empleados y funcionarios considerable también llegó para hacer suyas las arterias públicas de cuatro calles, sin respetar los garajes ni entradas de otros espacios, donde resguardan sus automóviles con placas de particulares.
La molestia que generan los funcionarios del INE de esa zona, se debe a que con lujo de prepotencia, algunos con excesos y varios más arbitrarios, toman las calles como su aparcamiento hasta por doce, 24 horas y días, sin considerar que causan malestares al resto de automovilistas, que sin ser influyentes realizan peripecias para poder ingresar a sus estacionamientos particulares.
Lo otro, es que han hecho de las calles sus lugares favoritos para regar de basuras las esquinas y arroyos de circulación, como son las bolsas de plástico y otras con sobras de papas fritas y diversos productos chatarra y envases de plástico vacíos, con sobras de diversas marcas de aguas.
Toda protesta ante los señores influyentes del INE, ha valido un soberano fracaso, debido a que funcionarios de traje y corbata, jóvenes una mayoría, muestra su condición de presuntos influyentes, al hacer caso omiso de que su presencia en una zona eminentemente popular no ha sido gratamente recibida, como aquellos lo esperaban seguramente.
Algunos vecinos han querido acercarse al vocal de dicha junta distrital ejecutiva del INE, Daniel Martínez Muñoz, pero empleados suyos han respondido con un soplamocos a cualquier intento que vaya en este sentido. Los habitantes molestos, tienen sus viviendas en Sarabia, 20 de Noviembre, Emilio Carranza, Miguel Negrete, Los Leles, entre otros.

* XALAPA Y VERACRUZ, ENTRE
LAS MÁS INSEGURAS: INEGI

Si el Inegi miente, en este país no hay ya en quién creer de la esfera pública.
Dicho organismo llevó a cabo una encuesta y encontró que el 69 por ciento de los xalapeños sienten una gran inseguridad en sus calles, colonias, barrios y congregaciones.
De la lectura de lo publicitado se desprende que, efectivamente, los xalapeños viven el azoro y el constante acoso de la violencia. La inseguridad es coadyuvante de los ataques a caminantes y automovilistas, que exprofeso en determinadas colonias y arterias públicas, son objeto de persecuciones, asaltos a mano armada y acuchillamientos, como bien lo reseñan cotidianamente las redes sociales y los medios impresos.
Las páginas rojas de los diarios refieren todos los días singulares actos de violencia, en los que incurren sobre todo jovencitos y mozalbetes que apenas están en la adolescencia.
Oficialmente, las autoridades policiacas y las municipales han reconocido que en la ciudad operan más de 50 bandas integradas por jovencitos. Empero, esto viene diciéndose desde el sexenio anterior y es la hora en que nadie sabe –menos el INEGI– que haya instancias oficiales que asuman las más elementales acciones para combatir este estado de sicosis que se vive en la capital del estado.
De qué vale que se diga que es la Atenas veracruzana, que es la ciudad de las flores y que un grupo de especialistas contratados con los recursos de los contribuyentes xalapeños, esté forjando un plan de movilidad urbana, con el cual se propondrán las instituciones de gobierno sacar a Xalapa del bache enorme y profundo en que se encuentra metida.
La realidad es cruda y lacerante. No hay por qué esconderla. La población en Xalapa alcanza ya cerca del millón de personas, pero el 80 por ciento habita en un total de 345 colonias populares. En el otro Xalapa, el que se forma de l7 fraccionamientos residenciales, ha podido aislarse, autoprotegerse y en la mayoría sus integrantes ni siquiera son nacidos en Xalapa, luego entonces desconocen los viejos conceptos del barrio y la solidaridad entre vecinos.
Anunciar la conformación de las redes sociales para la vigilancia, en verdad llaman a la duda, la cruda verdad por otro lado y la lástima, cuando de todos es sabido que la institución que se dieron los mexicanos, que es el estado, tiene por deber y obligación –entre otros propósitos–, velar por la seguridad de los gobernados. No hacerlo, es de alguna forma un desliz que puede desembocar accesiblemente en la ingobernabilidad, en esta otra faceta de la seguridad pública y la violencia.
Pero que el INEGI constituyó una encuesta con resultados, es de sobra conocido por quienes precisamente vienen resintiendo los efectos de una ciudad con marcadas notas de inseguridad, el caminar inquieta y hace tomar previsiones a cualquiera. Xalapa a primeras horas de la noche muere, cuando otrora fue una capital bulliciosa, alegre y con numerosos eventos de cultura, música y teatro, que hoy lamentablemente brillan por su ausencia

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