Abriendo Brecha: Sociedad Mutante


Por Héctor Saldierna Martínez

Por Héctor Saldierna Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Héctor Saldierna Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

El desencanto que existe de los ciudadanos hacia la clase política no tiene precedente en las últimas décadas. Existe una notable percepción negativa al grado que no son pocos los ciudadanos que manifiestan que no votarán en las próximas elecciones intermedias, al considerar que los tres niveles de gobierno han descendido a los umbrales más bajos de corrupción y de impunidad.

Debido en gran medida a la magia de los instrumentos electrónicos es factible enterarse de la actuación de los gobernantes y es muy difícil que nada se encuentre oculto. Hasta lo más recóndito de los secretos son develados de parte de la tecnología y del Internet.

Sin embargo ello causa una situación todavía más grave y delicada: de nada sirve la denuncia e inclusive la documentación de un hecho ilícito de la clase política sí ello no conlleva el castigo, la cárcel o alguna sanción ejemplar.

En el México de hoy eso no sucede. Son tal vez poquísimos los casos en que haya un escarmiento para los malos funcionarios y la inmensa mayoría, en contraste, sigue gozando de cabal salud en materia de impunidad.

Desde el jefe del ejecutivo, los 31 gobernadores y los 2 mil 500 presidentes municipales tienen ante sí el escrutinio público. Cada vez son más los métodos de inspección para denunciarlos y exhibirlos a través de las redes sociales, pero una vez más nos encontramos ante la ausencia de castigos.

Precisamente en un video exhibido en un evento del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, se observa en el momento que abofetea a uno de sus empleados, hecho que ha  causado la indignación de un gran número de personas.

Otro hecho también debidamente documentado ocurrió en la ciudad de Xalapa, donde un grupo de dirigentes empresariales acudió ante la oficina del titular de las Finanzas de la entidad y lejos de ofrecer una respuesta en torno a sus adeudos, que por cierto tienen varios meses sin pagar, desalojaron al grupo sin el mínimo sentido común y toda la falta de tacto.

¿Cuál fue la consecuencia?. Nada. Esto hubiese ameritado la renuncia inmediata del funcionario y tan sólo fue el gobernador que tuvo que acudir personalmente a ofrecer las disculpas por la falta de oficio elemental de conducta de sus colaboradores.

Es decir, se observa una actitud de parte de la clase política y gobernante sin respeto hacia el ciudadano. Y cuando se habla de este término, se lleva hacia un concepto más profundo desde el momento mismo en que no se está realizando una eficiente tarea de gobierno.

Para consuelo de Veracruz no es privativo de la entidad, pero sí permea al mayor número de entidades federativas.

PRIVATIZACION DE SAS

El Congreso del Estado aprobó en forma unánime, aprovechando la mayoría príísta, la privatización del Sistema de Agua Potable, bajo el argumento contundente que no hay eficiencia y que el organismo está quebrado en virtud que fue saqueado en los últimos años al convertirse en caja chica de las necesidades del gobernante en turno.

No hubo necesidad de analizar esta situación y, como sí estuvieran en la escuela, la mayoría levantó el dedo de la aprobación, hecho que precisamente ha desprestigiado la actividad legislativa porque no han sabido ni siquiera analizar las propuestas y como sí recibieran una orden de más arriba, simplemente cumplen con la comisión.

¡Qué triste realidad la de un legislador¡. Inclusive en las encuestas relacionadas con los peores calificados, los diputados sólo están por debajo de la policía en materia de reprobación y de desprestigio. Solamente algunos legisladores se salvaron como fue el caso de Ricardo Ahued, que siendo priísta tuvo la honestidad y dignidad de negarse a levantar el dedo.

Y es que el anuncio de privatización no es malo, sino pésima noticia para el ciudadano. Esto significará en primer término el incremento de las tarifas de agua. Y, segundo, cuando haya un moroso, no se tentarán el corazón para que pague. No habrá misericordia y entonces recordarán a un estado paternalista hasta cierta medida.

Esto es lo que provoca la corrupción y la impunidad. Que estos organismos que deben ser administrados por el Estado lleguen a manos de empresas que únicamente les interesan  el lucro y la utilidad, resulta evidentemente una mala noticia.

Se habla inclusive de una empresa denominada Oldebrecht, brasileña, la que ya se encuentra programada desde hace muchos meses para asumir la función. Acaso, sería una crónica anunciada. Sencillamente no se vale porque esto pega directamente en el perjuicio económico de la ciudadanía.

Olvidaron aspectos básicos para defender el sistema. ¿No habría manera de buscar su eficiencia?. Por ejemplo, reducir el número de empleados y reducir la cartera vencida porque son miles los deudores. Además, se cuenta con personal directivo muy calificado como es el caso del Ing. José Tello y el Ing. Anthar Kuri, que pocos como ellos conocen el manejo y las entrañas de este servicio.

SIGUE LA

MOLESTIA

El olvido parece que no será el destino de los vergonzosos hecho de Iguala el pasado 26 de septiembre. Sigue siendo un dardo clavado en la piel y lejos de aminorar la protesta, ésta se ha ido acentuando todavía. La apuesta oficial por el olvido no será tan sencilla, toda vez que las protestas y manifestaciones prosiguen con fuerte impulso.

Han llegado, inclusive, a penetrar a un cuartel militar. Se considera un hecho inédito y de grandes proporciones que un grupo de personas de la comunidad hayan tenido la capacidad de adentrarse a una zona militar.

Hay un México que está cambiado aceleradamente. Los únicos que no se enteran son las autoridades.

Y hasta la próxima.

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