60 Segundos: * TAXISTAS, VIOLAN TODAS LAS REGLAS


taxis* TAXISTAS, VIOLAN
TODAS LAS REGLAS
Por Raúl González Rivera

El común de taxistas viola todas las reglas que haya y las que tengan que inventar los diputados con la intención de mejorar el servicio de transporte público a los pasajeros y usuarios.

Xalapa, una vez que caen las primeras horas de sus tardes-noches, se vuelve una ciudad fantasmal, de alto riesgo y peligro en sus calles y de cuya anarquía se aprovechan precisamente los taxistas, si no todos, una aplastante mayoría.
Empero, lo más preocupante para observadores y ciudadanos, es que los camioneros del servicio urbano y los taxistas se transforman en una plaga prácticamente imposible de controlar y enfrentar, por cuanto a sus excesos, abusos y faltas totales a la legislación de tránsito y su reglamentación.
Se quejan los taxistas del hostigamiento a que los someten los otros asaltantes, que se encuentran incrustados en las nóminas de tránsito del estado y los explotadores de las grúas, pero esta clase de servidores públicos todos los días provocan cuando menos un siniestro, una colisión a veces con consecuencias letales para sus pasajeros y ellos mismos.
Para nadie es extraño que buen número de taxistas violenta la luz roja de los semáforos donde existen, que se aparquen en doble fila sobre céntricas calles y avenidas y que el taxista sea un vulgar asaltante que acometa en contra de sus pasajeros aplicándole las tarifas que más le viene en gana.
Por aquí es donde debe empezar tránsito del estado y entonces, quizá, los xalapeños puedan sentir el orgullo de contar con un servicio de transporte público, si no ejemplar, que pueda aspirar a obtener uno de los primeros lugares en la entidad.
No hay que perder de vista que el taxi de alguna forma se compara con el servicio que prestadores deben rendir a su vasta clientela, no obstante que el común de conductores de estos vehículos es alguien sin capacitación en nada y tan sólo cubre una vacante como taxista.
Sobre la historia y geografía que conforma la propia ciudad, lo ignora todo. Es un personaje que adolece de la capacitación o preparación mínima como chofer, como mecánico, y lo más evidente, que carece del conocimiento indispensable de la ciudad de las flores y quién sabe cuántas lindezas más que en su nombre se elevan principalmente por los políticos.

* ALCALDES HUNDIDOS EN
LAS DEUDAS HASTA LOS CODOS

Una inmensa mayoría de alcaldes municipales veracruzanos se encuentra contra la pared, porque las deudas con sus acreedores los tienen metidos en el fango del no saber qué hace y en este sentido no hay distingos porque son priistas, panistas, perredistas y del movimiento ciudadano.
Dicen que los recursos financieros no llegan a sus alforjas. Responsabilizan a don Mauricio Audirac de la Sefiplan de retener los fondos que vienen de la federación para ser distribuidos entre la camada de ediles, quienes con rostros destemplados, se preguntan qué van a hacer, porque a sus gobernados les prometieron mucho y les cumplen nada.
Hay centenares de acreedores que tocan a sus puertas, y los ediles tienen que salir huyendo. No es fácil que den la cara y por añadidura se lamentan de su mala estrella, porque cuando consiguieron la cartera de ediles, les prometieron las estrellas y ahora resulta que éstas no pueden ser bajadas y colocadas en sus manos, porque podrían quemarles.
Jurídica, legal y socialmente tienen que cubrir dichos adeudos. Lo saben, pero confían en que llegue la final del cuatrienio para poder escapar al acoso de sus acreedores. Hay ejemplos o casos verdaderamente patéticos, porque los ediles tienen empeñada hasta la camisa que visten, porque la «lana no nos llega». Dice uno de los ediles de la región aledaña a Xalapa.
No hay pero, ni mañana. Simplemente tienen que sumar cuentas y pagar los miles y hasta millones de pesos que aseguran adeudan porque las obras y servicios tampoco podían ser suspendidas. Obviamente, se inspiran en Dios padre, pero igual insisten en que no los escucha.
Lamentablemente, en esta camada de alcaldes hay políticos y grillos, pero de administración pública saben lo que Barack Obama de árabe.
El espectáculo que ofrecen al electorado, es francamente deplorable.
Se volvieron cobrones de quincenas sólo para sus bolsillos, pero soslayan la principal tarea de sus encargos públicos, que es administrar los bienes y servicios de sus comunidades.
Otros munícipes sabían del estado de desastre en que recibieron dichas municipalidades, pero optaron por callar, bajo el supuesto de que se hablaba de muchos males, que no eran verdades dichas del todo.
Sin embargo, todos ellos son corresponsables de esta trágica situación financiera que acompaña en decremento la mayoría de municipalidades veracruzanas.
Si las cuentas no les salen, sus acreedores y la ciudadanía a la cual dicen representar, ninguna culpa tienen.
Supieron y vieron y recibieron de manos de sus antecesores, pero en aras del proyecto que acariciaban como suyo, consistente en hacerse de una alcaldía, no oyeron ni escucharon ni vieron ni miraron, aceptaron, lo que ahora les parece una vacilada.
Les toca pagar los platos rotos y las comidas que ellos no ingestaron. Así de sencillo.

* PALO A BUENO TORIO,
PERO ES OTRA OPINIÓN

Juan Bueno Torio acaba de aprobar las consecuencias de una fría determinación asumida por un juez federal, al recibir palo a la solicitud de amparo con la intención de echar abajo la gubernatura de dos años en el estado de Veracruz.
Con ésta, seguramente suman ya centenares de decisiones judiciales federales en semejantes condiciones y con los resultados ya descritos anteriormente.
En una democracia, la decisión dictada verticalmente sin duda pierde expectativas, colorido, entusiasmo y alguna trascendencia.
Si bien es cierto que la homologación tiene que darse con el soporte federal en lo que hace a uniformar la celebración de futuros procesos electorales, no es menos cierto que muchos no concuerdan con una gubernatura de dos años y unos diputados, los locales, que ni pío dijeron cuando tuvieron en sus manos la «papa caliente».
Es así como surgió igualmente el desacuerdo de los dos senadores tricolores José y Héctor Yunes contra la decisión tomada y aprobada por los padres conscriptos estatales.
Queda en éstos últimos, a decir de opositores a la decisión que tanto revuelo levantó y sigue en boga, que lo más lamentable para propios y ajenos es que no se permitieron los diputados locales ninguna libertad y quedaron como sumisos, abyectos y disciplinados, siendo un poder.
Empero, en los tribunales judiciales federales buscaron cobijo los que cuestionan el suceso, que al final del día provocó lo que ya todos saben, que los veracruzanos próximamente tendrán mandatario del estado por dos años nomás.
Juan Bueno Torio, ex funcionario foxista y actual legislador federal, revivió palo, lo que hace pensar a tirios y troyano que tal búsqueda para acallar la gubernatura de dos años, quedará igualmente en un excelente ejercicio para la democracia, pero no más.

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