La admiración no da derecho sobre lo ajeno: Sergio Pitol atrapado en el arte donde no hay fuga


Sergio_PitolPor Jorge A. González

 

Por Jorge Alberto González, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, desde el puerto de Veracruz
Por Jorge Alberto González, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, desde el puerto de Veracruz

No es extraño que cuando una figura público enferma o fallece amigos y familiares entren en conflicto, sobre todo cuando el personaje posee bienes y fama. Lo que sí es raro es que el Estado se inmiscuya cuando en el caso no hay pobreza y desamparo.

El reconocido escritor Sergio Pitol, a sus 81 años de edad fue hospitalizado el pasado domingo en el Hospital Ángeles de la ciudad de Xalapa, debido a una úlcera gástrica, hecho que generó una disputa por su tutoría entre los familiares del autor, los amigos y la intromisión del DIF Estatal.

Según la defensa del DIF «la tutoría es una medida judicial que garantiza que cualquier persona en situación vulnerable no se encuentre en un estado de indefensión y que sean atendidas todas sus necesidades físicas y económicas».

Si los amigos de Sergio Pitol como Rodolfo Mendoza, director del Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC) afirman que el escritor está en sus cabales. ¿Por qué el Estado tramitó la tutoría?

“En todo se demostró que está absolutamente bien de sus facultades mentales. Es cierto, tiene una afasia que le genera un malestar, que le impide hablar, pero fuera de eso todas las manifestaciones que tiene son las de un hombre coherente, lúcido”, declaró Mendoza a la periodista Eirinet Gómez.

De repente la autoridad a través del DIF Estatal se preocupó por el bienestar de Sergio Pitol, uno de los escritores mexicanos más exitosos y productivos de los últimos tiempos.

Por qué el gobernador del estado no se toma el atrevimiento de gestionar la tutoría de “la mitad de la población (en Veracruz) que se encuentra en situación de pobreza multidimensional; que cuenta con un ingreso inferior al valor de la línea de bienestar y padece al menos una carencia social, lo que coloca a la Entidad en la posición once a nivel nacional”, (CONEVAL, Programa de Desarrollo Social Veracruz 2010-2016).

Usted cree que Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005 esté en un estado de indefensión y necesite la protección del Estado. Hablamos del hombre que ha traducido al español poco más de 40 obras fundamentales de la literatura polaca, rusa, inglesa, francesa, italiana y china; y que a su vez sus propios textos literarios han sido traducidos al francés, alemán, italiano, polaco, húngaro, holandés, ruso, portugués, chino, hebreo, japonés, coreano, vietnamita y árabe.

Si bien Pitol es un escritor universal y que la literatura debe ser pública; la autoría es particular, es producto y es dinero. Y cuando hay un bien privado la autoridad y los amigos deben mantenerse al margen. Dejar -como lo marca el derecho- que la familia se haga cargo. La admiración no da derechos a lo ajeno.

Luis Demeneghi primo del escritor declaró este miércoles al diario La Jornada que después de una consulta con médicos cubanos en octubre de 2014, los especialistas le recomendaron a las familias del autor: los Pitol Rodríguez y los Demeneghi Colina que un mimbro de la familia gestionara la tutela del autor.

Fue en ese momento cuando acordaron iniciar el proceso de interdicción, debido al deterioro de salud provocado por el padecimiento de afasia primaria progresiva que le fue diagnosticado en el 2006, y que hasta entonces le ha provocado deterioro múltiple en las funciones cognitivas y conductuales.

El proceso de interdicción, según el derecho, es oportuno “cuando a una persona se le declara incapaz de determinados actos de la vida civil y que es, por ello, privada de la administración de su persona y bienes”.

Paradójicamente la juez de Primera Instancia de lo Familiar, María Concepción Andrade López le negó la tutela a Luis Demenegui para dársela a la funcionaria Adelina Trujillo Landa, procuradora de la Defensa del Menor, del DIF estatal.

El primo del autor declaró al mismo medio impreso que: “han dicho que la familia se quiere quedar con el dinero de Sergio, que nos queremos aprovechar de él, que la familia lo quiere dañar, etc”.

Y la pregunta aquí es ¿Y si así fuese? ¿Qué vela tiene en el entierro el Estado en un asunto de particulares? El destino de la obra de Pitol, sus bienes y riquezas tendrían que estar en la suerte de sus congéneres, como lo marca la norma, ya sea para bien o para mal.

Hay muchas preguntas que tendrían que contestar las autoridades después de que la ley -en materia de custodia de una persona en las condiciones de Pitol- privilegia a la familia de primer y hasta cuarto grado, y que en este caso los familiares del autor hayan sido desplazados por las mismas instituciones de impartir justicia y bienestar.

¿Quién viola la ley? ¿Quién comete abuso de autoridad? ¿De qué o de quiénes se debe cuidar Sergio Pitol? ¿En realidad el autor pidió la ayuda del Estado? En medio de su delicada condición de salud el escritor no se ha manifestado públicamente ni por escrito ni de manera oral, hasta entonces son dichos de amigos y familiares, y por si fuera poco de versiones de las autoridades que hoy más que nunca carecen de credibilidad.

El gobierno debe garantizar una correcta impartición de la justicia y de la aplicación de los programas sociales, en lugar de entrometerse en asuntos de índole particular.

Lo mismo tendría que hacer el director del IVEC, atender a su cargo. Optimizar el raquítico presupuesto para el instituto, implementar programas para un verdadero rescate de la cultura en la entidad. Los cortes del listón, las fotos, el twitter y los comentarios en el Facebook son complemento no fundamento.


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