Por Luis Velázquez Rivera
•Además del daño patrimonial en el Instituto de Educación para Adultos, por $36 millones, en el Patronato de Fomento Educativo hay otro por $38 millones
•Los dos trastupijes llevan al mismo autor. El cándido Álvaro Capetillo Hernández, a través de la subdirectora de Administración y Finanzas Zaida Alicia Gálvez Escamilla
•Inventaron gratificaciones extraordinarias para 76 personas, entre ellas, reporteros. Ordeñaban el salario de los alfabetizadoras en el estado de Veracruz
•Adolfo Mota y Nemesio Domínguez fueron informados con las pruebas; pero se hicieron tontos. Flavino Ríos exclamó: “¡Arréglenlo!”. Y lavó las manos

Adolfo Mota, secretario de Educación, sabía del peculado en el patronato de Fomento Educativo del estado de Veracruz, y calló.
Y habría callado porque estaba enlodado con sus nueve familiares (esposa, hermana, cuñado, primos y las esposas de los primos) en la nómina, sueldos de hasta 33 mil pesos mensuales.
Nemesio Domínguez, el subsecretario, también sabía del peculado y, de igual manera, guardó silencio.
Y guardó silencio porque estaba salpicado con sus hijas en la nómina del Instituto Superior de Música, más sus diez metrosexuales en la nómina.
Incluso, cuando el segundo titular de la SEV, Flavino Ríos Alvarado, fue informado, se asustó con “la víbora chillando” y dijo:
“¡Arreglen el problema!”.
El caso es que mientras desde el IVEA (Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos), con el director Álvaro Candido Capetillo Hernández, se daba el daño patrimonial por 36 millones de pesos (que lo llevó a la inhabilitación por diez años), en el Patronato de Fomento Educativo, ligado al IVEA, ocurría un peculado que por ahora llega a los 38 millones de pesos sólo del mes de enero del año 2013 al mes de enero del año 2014.
Incluso, hay la versión que el trastupije en el IVEA fue de 136 millones de pesos; pero por ahora sólo han comprobado los 36 millones que fuerpn decisivos para “cortar la cabeza” a uno de los ideólogos educativos del gobernador Fidel Herrera, quien lo incorporó a su gabinete.
Por eso, tanto los hilos del daño patrimonial en el IVEA como en el Patronato de Fomento Educativo llevan hasta Fidel Herrera, quien según el auditor que lleva el asunto modificó la entrega de las participaciones federales en materia educativa para que pasaran por su filtro y, por tanto, disponer de ellas.
Así, y desde el año 2007, los fondos federales para la operación del IVEA en ningún momento llegaban de la Federación al Patronato, como establece la ley, sino que llegaban al IVEA a través de la Secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, quien los recibía de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través del llamado capítulo 4000.
Y tal cual, los jefes “metían la mano al cajón”.
ULISES CAMINO A ITACA…
En el Patronato Educativo, donde se ventila el nuevo peculado, las irregularidades pasaron por el siguiente filtro:
Uno. Álvaro Capetillo, el director del IVEA, quien, todo indica, no fue tan cándido en el manejo del recurso para enseñar a leer y escribir a los 650 mil analfabetas de 14 años de edad en adelante que el INEGI y los Cuadernillos Municipales de la Secretaría de Finanzas y Planeación señalan de norte a sur y de este a oeste, localidad por localidad.
Dos. La ingeniera Zaida Alicia Gálvez Escamilla, subdirectora de Administración y Finanzas.
Tres. Isaac Juárez Núñez, Jefe de Recursos Financieros.
Cuatro. El tesorero Ángel Antonio Sánchez.
Y quinto. El profesor Vicente Velázquez Pérez, presidente ejecutivo del Patronato.
De acuerdo con las versiones, ellos operaban de la siguiente manera:
Zaida Alicia Gálvez recibía el reporte de que el dinero había sido depositado en SEFIPLAN.
Entonces, el tesorero Ángel Antonio Sánchez y el profesor Vicente Velázquez sacaban un cheque con la cantidad correspondiente a nombre de Zaida, quien era su jefa, y lo cobraban.
Luego, en efectivo lo entregaban a Zaida, la subdirectora de Administración.
Y la subdirectora de Administración lo repartía entre la lista elaborada por el director del IVEA, Álvaro Capetillo, con el rubro de “gratificaciones personales”.
En la lista figuraba gente del primer, segundo y tercer círculo del poder del cándido Álvaro Capetillo, muchos de los cuales cobraban en el IVEA; pero también en el Patronato.
Pero, de igual manera figuras de paja, nombres apócrifos, gente inexistente.
Incluso, tenían una lista de los alfabetizadores para pagarles según el número de personas alfabetizadas y que en la nómina se conocen como figuras solidarias, cuyas firmas eran inventadas y nunca, jamás, les pagaron durante el mes de enero de 2013 al mes de enero de 2014, que está documentado.
Todavía peor: en la lista figuran hasta reporteros, como por ejemplo, Pompeyo Lobato Ortiz, de El Dictamen, quien percibía (¿percibe aún?) 78 mil pesos.
Y/o como Rodolfo Casanova Ortiz, uno de los asesores de comunicación social del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y cabildero periodístico, con un sueldo de 78 mil pesos.
En total, las personas favorecidas con tales “gratificaciones personales” eran 76, que significaron un pago, con cargo al Patronato de Fomento Educativo, AC, de 7 millones 572 mil 864 pesos con 50 centavos durante un año.
EL ICEBERG LLEVA AL SEXENIO DE FIDEL HERRERA
Pero el asuntito de las “gratificaciones extraordinarias” provenía desde el fidelato.
Una ficha técnica, por ejemplo, denuncia que hacia el primer semestre del año 2008, (“en la plenitud del pinche poder” como decía Fidel Herrera), Álvaro Capetillo acordó con Rafael Ortiz Castañeda, entonces subdirector de Educación con Víctor Arredondo Álvarez, el pago correspondiente por el exceso de la carga operativa en el manejo y control educativo, es decir, porque chambeaban demasiado.
Por ejemplo, a partir de la fecha el pago mensual extra para Capetillo fue de 45 mil 600 pesos.
Roberto Barcelata, subdirector de Evaluación y Seguimiento Operativo, 19 mil pesos.
El maestro Carlos J. Aguilar, subdirector de Servicios Educativos, 18 mil.
La LC Ana María Núñez, jefa de Contabilidad, 8 mil pesos.
Abraham Rivera, subdirector de Planeación, 20 mil.
Isaac Juárez, jefe de Recursos Financieros, 8 mil.
Zaida Gálvez, subdirectora administrativa, 20 mil.
Vicente Velázquez, asignado al Patronato de Fomento Educativo, 18 mil.
Antonio Sánchez, asignado al Patronato, 11 mil pesos mensuales.
Omar Hernández, coordinador en la zona sur, 11 mil pesos.
José D. Gárnica, operador del IVEA, 18 mil pesos.
Y Aurea E. Santos, coordinadora en Veracruz, 11 mil pesos.
El círculo rojo de Álvaro Capetillo. El pago a la lealtad y a la fidelidad, pues ni modo que Capetillo se comiera la manzana completa y solito. Salpicaba, pues.
El recurso utilizado para el pago de tales gratificaciones extraordinarias fueron, aquel entonces, según la ficha, de fuente estatal y, por tanto, la comprobación de los recursos ante los diversos entes fiscalizadores se manejó así ante el Patronato, que funcionaba como una “caja chica” del gobernador en turno, de igual manera como el IPE, el SAS, MAVER, CODEPA, COVEPA y la mayoría de fideicomisos vigentes entonces.
Es decir, que el peculado de 38 millones de pesos documentado de enero 2013 a enero 2014 en el Patronato constituye apenas, apenitas, la puntita, la mera puntita del iceberg.
LA PISTA DE UNOS CHEQUES
Del 30 de enero de 2013 al 23 de enero de 2014, la ingeniera Zaida Alicia Gálvez Escamilla se expidió cheques a sí misma por la cantidad de 14 millones 234 mil 172 pesos con 50 centavos.
Todos, del HSBC, con la cuenta número 400 389 96 057.
Fueron los cheques que cobraban a su nombre el tesorero Ángel Antonio Sánchez y el presidente ejecutivo del Patronato, Vicente Velázquez Pérez, y que luego le entregaban en efectivo.
Un reporte del grupo financiero HSBC, plaza Las ánimas, en Xalapa, lo denuncia en su bitácora donde aparecen el número de cheque, la fecha de emisión, el importe y el nombre de la beneficiaria, que era la misma Zaida Gálvez Escamilla.
Cheque 24153. 30 de enero, 2013. 480 mil pesos.
Cheque 245366. 12 de marzo. 480 mil pesos.
Cheque 249214. 30 de abril. 390 mil pesos.
Cheque 249299. 20 de mayo. 408 mil pesos.
Cheque 249303. 23 de mayo. 300 mil pesos.
Cheque 253093. 11 de junio. 480 mil pesos.
Cheque 251367. 20 de junio. 195 mil pesos.
Cheque 255035. 26 de junio. 480 mil pesos.
Cheque 257034. 9 de agosto. 672 mil pesos.
Cheque 257035. 9 de agosto. 672 mil pesos.
Cheque 257036. 9 de agosto. Un millón 50 mil pesos.
Cheque 257243. 23 de agosto. 300 mil pesos.
Cheque 258983. 13 de septiembre. Un millón 12 mil pesos.
Cheque 260783. 26 de septiembre. 480 mil pesos.
Cheque 262835. 6 de diciembre. Un millón 200 mil pesos.
Cheque 262836. 13 de diciembre. 480 mil pesos.
Cheque 262837. 13 de diciembre. 480 mil pesos.
Cheque 262920. 22 de noviembre. 480 mil pesos.
Cheque 264671. 3 de diciembre. 868 mil pesos.
Cheque 264878. 10 de diciembre. 6 mil pesos.
Cheque 264888. 20 de diciembre. Un millón 344 mil pesos.
Cheque 264890. 30 de noviembre. 288 mil pesos.
Cheque 264895. 30 de noviembre. 192 mil pesos.
Cheque 266630. 13 de enero, 2014. 106 mil 172 pesos.
Cheque 266631. 13 de enero, 2014. 398 mil pesos con 50 centavos.
Cheque 268205. 23 de enero, 2014. 992 mil 200 pesos.
Por eso, el día cuando fue boletinada la inhabilitación del cándido Álvaro Capetillo, su primer círculo de poder acordó lo siguiente:
“Hay que proteger a Zaida Alicia Gálvez lo más pronto posible”.
Es más, luego de su inhabilitación, Álvaro Capetillo le ha puesto un marcaje personal a Javier Duarte para hablar con él y días atrás, en un evento en el puerto jarocho, se le acercó; pero al mismo tiempo fue repelido con la siguiente frase bíblica:
“Estoy viendo el asunto”.
Publicado en: http://blog.expediente.mx/nota.php?nId=11108
