Por Jorge A. González
Cualquier empresario puede despedir a uno o varios de sus empleados si su trabajo no le gusta o no conviene a sus intereses, claro dentro del MARCO DE LA LEY.
Cuando hablamos de empresa no hay que olvidar la palabra NEGOCIO, no entran en juego otros factores más que las GANANCIAS para su propietario, sino hay tal, no es negocio.
No hay que perder de vista que Carmen Aristegui prestaba sus servicios a una empresa, y si por su trabajo puso en riesgo los ingresos de la empresa es totalmente comprensible su despido desde la óptica empresarial.
Como periodista lamento haya tenido que salir en esas condiciones, que se nos haya cerrado y negado esa ventana que nos permitía asomarnos a las entrañas del país en esos asuntos que eran intocables por otros noticieros.
Alguien me comentaba hace un par de días: pero ella también es muy subjetiva en sus comentarios, y le respondí que toda creación humana es subjetivo, que nos quitáramos esa percepción errónea de que el periodismo debía ser OBJETIVO. Somos subjetivos desde que decidimos elegir una playera color verde y no una roja.
Si bien todos los periodistas tenemos nuestras INEVITABLES cargas subjetivas con un ideal objetivo, hay que reconocer en Aristegui su agudo e interés periodístico para destapar temas que se creían indiscutibles, como lo hacen otros excelentes periodistas, muchos de ellos desde la prensa.
Lo que veo aquí es un hecho que desencadenó eventos desafortunados y que desvistió el interés de los tres actores en cuestión. Creo que no es tan complejo el asunto:
El Presidente no quiere ser investigado y desprestigiado (más de lo que ya está), MVS no quiere comprometer sus ingresos y que el gobierno le complique la existencia, y tenemos a una periodista que quiere seguir haciendo lo que sabe hacer muy bien: PERIODISMO.
Como podemos ver TODOS DEFIENDEN SUS INTERÉSES y en medio estamos quienes necesitamos de una brújula, de un referente para tomar decisiones como sociedad.
Nos queda claro que la INFORMACIÓN ÚTIL no siempre es BUENA MERCANCÍA desde la visión empresarial, por lo menos en este país. Aristegui tendría que seguir los pasos del recién fallecido periodista Julio Scherer García, quien abandonó el Excélsior en 1974 por PRESIONES POLÍTICAS y fundó el Semanario Proceso con su grupo de colaboradores que salió tras él; publicación que ha dignificado tanto al periodismo de investigación.
Aristegui tendría pues que comenzar a construir su propio baluarte a través del cual informar sin intermediarios, con la misma visión y entrega que la han llevado a ganarse la confianza de millones de mexicanos aún por encima de los problemas que hoy salen a la luz.
En estos tiempos de VIOLENCIA, REPRESIÓN desmedida y ALTA DESINFORMACIÓN, que un periodista se gane la confianza de un importante segmento de la población no sólo es de admirarse, es de NO DEJARLO IR.
La salida del aire de Aristegui Noticias sin duda representa un duro golpe a la Libertad de Expresión por parte del gobierno, quedará en las páginas de la historia del periodismo mexicano como al igual que el caso Scherer. Esperemos que de este hecho pueda surgir otro ejemplo como el Semanario PROCESO en el formato que fuese.Una consecuencia que sería
para bien del país.
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EfACICO 