* ATAQUES A LA LIBERTAD
DE EXPRESIÓN PERIODÍSTICA
Por Raúl González Rivera
Realmente a nadie debe extrañar el ataque a la libertad de expresión, en un país que calificara genialmente Mario Vargas Llosa como una dictadura perfecta, es decir, haciendo acopio de la propuesta de los grandes pensadores europeos Voltaire, Juan Jacobo Rousseau y Montesquieu, el estado se integra de los tres poderes y en su ejercicio cuenta con una libertad de expresión, que en mucho, durante los años del régimen presidencialista de los tres colores, fue y es hoy día objeto de vasallaje en diferentes formas y tamaños.
Sin embargo, estaría faltando la libertad de la sociedad civil para reconocer y aceptar que hay de medios a medios y de verdades a verdades, las cuales suscriben cotidianamente las páginas de la historia de turno en este país.
Al final del día, el lector de periódicos y revistas asiste a escasas publicaciones que brindan una información veraz, clara, concisa e imparcial, como se advertía en las clases de periodismo de los años 60 con el profesor Alfonso Valencia al frente de su grupo, allá en el puerto de Veracruz.
Sin los condimentos anteriormente referidos, una prensa que nace mutilada estaría condenada a morir igualmente castrada. Los lectores, la audición a través de la radio y la televisión, dejan mucho que desear y su público se restringe, aunque no lo parezca, debido al manejo amañado de su información cotidiana.
Lo que se lee en líneas impresas deja mucho que desear, porque de siempre, al fin empresas que venden espacios, se dejan seducir o amagar por las instancias del poder y no permite un flujo informativo leíble y confiable. En este país de 120 millones de mexicanos, no leen 500 mil ejemplares, todos juntos, sumando las ediciones periodísticas, debido a que se considera un producto poco confiable y creíble en los contenidos que difunde.
Luego entonces, un ataque generalmente en los últimos cien años, se ha dirigido a los escasos medios que representan un reto, por la información que rinden a la sociedad. En los primeros años del siglo XX la revista Hoy, que publicaba don José Pagés Llergo, fue objeto de los mortíferos misiles verbales lanzados por el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés.
En el año de 1976, de nueva cuenta, el estado ataca a Excélsior, el periódico más prestigiado en aquel entonces que circulaba en América Latina, teniendo que abandonar sus talleres y salas de redacción 200 reporteros, que seguirían a su capitán en jefe, don Julio Scherer García.
Como quiera, hay que aceptarlo, durante los dos sexenios federales panistas, la libertad de expresión se dio con amplias posibilidades, so pena de que en ocasiones causó estragos haciendo mofa del presidente Vicente Fox y Martha Sahagún. Pero el intervencionismo del estado no se dio realmente.
La periodista mexicana mejor calificada de programas televisivos y de radio, en lo que hace a investigación periodística, sin duda corresponde con todos los honores que rodean su profesionalismo a Carmen Aristegui, seguramente la comunicadora más incómoda para los señores que ostentan el poder, porque no fue una, ni dos, sino más ocasiones, en la que se vio expuesta ella y su trabajo, al cese y la persecución. Sin embargo, no baja la guardia y es lo encomiable de una de las pocas plumas creíbles en esta difícil compleja profesión, para unos, y oficio para otros, del periodismo.
* MERCADO GALEANA
. EX PARQUE INFANTIL
Los niños del pasado reciente en Xalapa, pero sobre todo los de condición social y económica más apremiante, jugaron largos años con los columpios, resbaladillas y la arena que se encontraba entre el pasto y los círculos para quienes jugaban la rayuela, el quincito y los voladitos de a cinco centavos.
Algunos viejos colaboradores de los entonces gobernadores poderosos Antonio M. Quirasco y Fernando López Arias, se disputan que fueron las esposas de los mandatarios en cuestión, quienes abrieron oficialmente y mantuvieron por una docena de años, cuando menos, que el parquecito funcionara eficientemente en favor de los niños pobres de la ciudad, preferentemente.
Todo iba bien, aunque ya comenzaban a invadir algunas de sus cuatro esquinas los mercaderes de productos básicos, que después se agolparon sobre la calle de Poeta Jesús Díaz, hasta invadirla en su totalidad, no permitiendo prácticamente que los comunes peatones y ciudadanos pudieran caminar sobre sus banquetas, porque siempre estaban repletas de costales de frijoles, de azúcares «blanca» y «prieta», y de la más diversa variedad de productos que se cultivaban en el campo veracruzano.
Por supuesto que los vecinos del lugar comenzaron a pasar las de Caín, sobre todo por las noches, ya que dicha área la convirtieron en una pequeña cueva de lobo, oscura y con comerciantes y pedigüeños amontonados y haciendo un corte a los espacios que poco a poco fueron rebasando al parque de juegos infantiles, para dar paso finalmente a la concentración de vendedores ambulantes que hasta la fecha existen.
Y con ellos las incomodidades que enfrentan los propios comerciantes informales, las molestias que generan a los vecinos del lugar, que prácticamente fueron «sepultados» bajo las montañas de láminas de cartón, plásticos y otros materiales que utilizan como tejados improvisados, cada uno de los comerciantes explotadores de las alacenas, que por supuesto no brindan ninguna seguridad a sus clientelas ni a ellos mismos.
Los enormes tanques estacionarios de gas, para el uso y consumo de los vendedores ambulantes, los cuales fueron colocados sobre falsas azoteas del lugar, constituyen una bombita de tiempo que ojalá no vaya a dar lugar a que se registre una tragedia, como ya lo pueden contar o testificar comerciantes y habitantes de dicha zona, con el amago de diversos conatos de incendios y otros siniestros, que han amagado con derivar en verdaderas tragedias.
La presencia de estos comerciantes sería provisional, ya que se les habría informado, al arrancar sus operaciones comerciales en dicho lugar, que posteriormente, pasado algún tiempo, se les reubicaría en espacios convenidos de las plazas comerciales de Doctor Lucio, Clavijero y Luis G. Rendón, sin embargo esta medida sigue sin dar el resultado comprometido hace cuando menos una década.
Empero, por otro lado, se asegura que esto no sucederá en tanto la presencia de un líder de comerciantes que se ha perpetuado con la explotación de diez alacenas, es a la vez funcionario municipal y jamás pudieron implementar nada en su contra los ex alcaldes Ricardo Ahued, David Velasco ni Elizabeth Morales García.
* Y LOS POLÍTICOS QUÉ
RESPONDEN
Sin duda, son numerosos los funcionarios públicos que tendrían que responder no a reclamos, pero sí a las puntuales aclaraciones a las tantas advertencias, en el sentido de que las instituciones de Veracruz tienen adeudos millonarios, pero que se eximen de señalar a responsables, cuando si quienes están en el momento y la oportunidad de hacerlo, seguramente los adversarios, sus críticos y la sociedad veracruzana se los reconocerían.
Los senadores de la república no constituyen cualquier dueto de voces. José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa han abordado el tema de la crítica situación financiera y económica que enfrentan los veracruzanos, que no pueden cobrar los servicios prestados a la administración pública estatal, porque les dicen que no hay dinero.
Y por otro, al desfile impresionante de acreedores que llegan de todos los rumbos a la plaza Lerdo, la de los desnudos también, seguramente que da pena ajena. Lastimosas voces que reclaman lo que consideran que es justo.
Y los maestros, que desde ahora afirman que sabrán responderle a los candidatos priistas no sufragando por ellos, presagiando que habrán de conseguir votos para la oposición al ex cardenal Mota de la SEP, porque en el distrito rural de Xalapa habitan maestros burlados y un reducido número de campesinos que no ven la suya, porque a ellos no llega ni un programa social y los antecesores de quienes serán nuevos padres conscriptos, han sido letales para aquéllos, porque incumplen las promesas hasta pactadas ante fedatario público.
Qué espera el guarda-tesoros del estado, para responder a la denuncia interpuesta públicamente de que el estado de Veracruz está en quiebra.
Los diputados –claro, no todos– están a la caza de las aclaraciones de quienes por ser servidores públicos, más que nadie, tienen derecho de puntualizar, precisar o simplemente responder. Aquí sí, el que calla otorga, amén de que los veracruzanos, obviamente tienen derecho a saber qué hacen los funcionarios que a su cargo tienen partidas millonarias en su poder, que no aplican, que dejaron de invertir o que tampoco recibieron o, por qué no, desviaron. Pero que se diga ya qué pasa en Veracruz, puesto sobre el doble filo de la navaja y no hay el colaborador del régimen que dé un paso adelante y diga con toda sapiencia: esta boca es mía.
La parálisis, se asegura en los boletines de prensa que no existe y que todo está bien, luego entonces que se desmienta a los de casa y a los detractores precisamente de que las obras se realizan y no hay adeudos, que los maestros cobran lo justo y que los pensionistas, ya no tendrán que salir a la calle para exigir el pago de sus pensiones justamente obtenidos con los tantos años de servir, como aquellos a los ciudadanos, en distintos espacios, áreas de trabajo y jerarquías.
Por supuesto, que tampoco existe rezago en obras de interés social y público y que los analfabetas son menos y todo mundo acude a la escuela, en un estado donde la mendicidad es de a mentiritas, las cuentas están claras de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y que el enriquecimiento personal de algunos funcionarios lo deben a las herencias recibidas y los dividendos obtenidos con sus particulares negocios. Es el momento para que hablen, así de sencillo.
EfACICO 