Por Raúl González Rivera
El temor es a más de lo mismo.
Más de lo que en la gente ha causado un profundo hartazgo.
Sin embargo, se incorporan ahora los elementos del miedo, el rechazo y condena al maridaje entre el PRI y el Partido Verde Ecologista de México.
La gente, necesariamente está cansada, no quiere escuchar el mismo discurso, escuchar la misma promesa y de que repitan los mismos candidatos. Tampoco vale a la conciencia popular que los futuros padres conscriptos juren y hagan que un fedatario público dé fe de que sus compromisos serán una realidad, una vez que empiecen a cobrar como curulecos federales.
El antídoto a todo este panorama que representa como condimento la corrupción, la podredumbre y la opacidad, también representa un reto para el fatídico INE que dirige el maestro Lorenzo Córdova Vianello, quien de entrada permite la puesta en el juego electoral de los candidatos independientes, para los cuales debiera facilitárseles su inclusión sin que deban cubrir un sólo requisito, sin más ataduras y tampoco controles legaloides.
Que la gente vote libremente por los candidatos independientes y que los autores del ambiente político dejen que se libere de las ataduras de otros procesos electorales similares, abrumados de ser el mismo rubro tedioso. Por lo que las fuerzas que dicen tener alguna influencia debieran advertir a los aspirantes que ya no operen con lujo de prepotencia, como tampoco oponerse y se respete la preferencia ciudadana sin tapujos.
Es menester que las campañas de priistas y verde-ecologistas están expuestas a los efectos e impacto que les puedan provocar las tantas caídas del gobierno, en virtud de los grandes problemas nacionales que siguen sin resolverse y que tienen que ver sobre todo con la corrupción, la educación y la inseguridad.
Nomás en el caso concreto de Veracruz, muchos funcionarios que provocaron la crisis que enfrentan los ciudadanos, con lastimosas consecuencias durante los últimos doce años, y que ahora buscan curules federales, con la intención de concebir la monstruosa idea de que todos ellos, por ser inocentes, se merecen las curules federales próximas, puede propiciar igualmente la caída estrepitosa del sistema todo público de la entidad, porque simplemente no son los personajes idóneos para ocupar sendas curules a la cámara baja del Congreso de la Unión.
Campañas del odio, de rencores ocultos y de rechazo a los mismos de siempre, metidos ahora en el maridaje repulsivo de un PRI en serio predicamento y el Verde Ecologista de México, el cual no deja de ser un sucio negocio para una sola familia desde hace un cuarto de siglo. Al tiempo.
* XALAPA Y SUS
CALLES DEPLORABLES
La falta de un plano regulador que no se creó cuando se fundó la ciudad de Xalapa, ha traído como consecuencia que desde hace cuando menos 200 años, la capital afronte los retos del paso del tiempo, la incapacidad de los políticos para resolver problemas urbanísticos y que afectan sobre todo a una población creciente y con sus tradicionales calles estrechas, cuyos pavimentos exhiben el deterioro que está acabando con la suspensión de los automóviles, además de otros daños que se causan a los propios conductores y pasajeros de los mismos.
En días como los que corren, ni llorar es bueno.
Lo mal trazada que se encuentra la ciudad, acaba de ser objeto de la atención de los minúsculos grupos de visitantes que se atrevieron a arribar a la ciudad, durante el periodo vacacional y por supuesto de comodidad para los neumáticos de los vehículos y celebración de la Semana Santa.
Calles sinuosas, estrechas y anchas en un trazo de cien metros cuadrados, pero destruidos sus pavimentos. Antes se creía que sólo se enfrentaba el desgaste de las avenidas Américas, 20 de Noviembre e Ignacio de la Llave.
Ahora se sabe que el daño es mayúsculo. Cien arterias públicas, que integran el casco histórico de la ciudad, tienen baches, hendiduras, pavimentos cuarteados, rotos, destruidos en grandes tramos, sin que realmente una operación de bacheo pueda resolver aun en mínima parte el problema que es de funcionalidad, el confort para pasajeros de taxis y demás autobuses del transporte público, como de los neumáticos, que sufren ponches persistentes ante este fenómeno que es inclusive de seguridad.
Todos los días el común de automovilistas tiene que realizar un largo viacrucis para cruzar la ciudad, pero más su casco histórico. El plan de movilidad urbana y el grupo de expertos extranjeros contratados para encontrarle solución al tránsito de vehículos automotores y a los ciudadanos, que deben hacerla de trapecistas, cuando de caminar se trata por las calles cortas y largas y las avenidas de la otrora Atenas veracruzana.
Luego entonces, cabe preguntar ¿de qué se trata?, porque se anuncian tantos planes y programas para favorecer la funcionalidad de las calles de la ciudad, pero el deterioro de sus pavimentos es inevitable. Se asegura que no se rehabilita un sólo tramo de cien metros del casco histórico desde los sexenios de Antonio M. Quirasco, Fernando López Arias y Rafael Murillo Vidal.
* ALERTA SOBRE ALTAS
MULTAS DE TRÁNSITO
Si bien es cierto que el reglamento o ley de tránsito estatal limita a los gandules que explotan las grúas que asaltan automovilistas en la ciudad, que en lo subsiguiente no podrán arrastrar más de un automóvil y que sus conductores serán responsables de los daños materiales que sufran los vehículos que confinan en los corralones, también el diputado Cuauhtémoc Pola lanza la alerta sobre el costo de las infracciones viales.
Sin que se hayan hecho públicos los montos de infracciones que hoy se aplican, el diputado Pola asegura que son muy altas y que se debe proceder de inmediato, por parte de los conductores y público en general, a interponer los amparos de rigor ante tribunales judiciales federales.
Una de las mayores pesadillas que enfrenta la ciudadanía son precisamente los agentes viales, en una ciudad en donde no existen suficientes semáforos en sus calles ni en puntos estratégicos, que los policías viales más se asemejan a paseantes motorizados, los cuales difícilmente conocen el contenido de la ley en vigor, y menos difunden su contenido ni orientan a automovilistas del mismo, amén de que faltan estacionamientos públicos y las calles lucen repletas de señalamientos prohibiendo el estacionamiento vehicular sin haber consensuado con los expertos ni urbanistas, ni ingenieros de suelos ni a vecinos ni a nadie.
Evidentemente, existe un desfase terrible entre la cantidad de automóviles corriendo todos los días por las calles de Xalapa y la ley de tránsito, que mucho antes de presentarla a las distintas organizaciones y grupos sociales de la ciudad, fue introducida en la cámara de diputados local y los patriotas legisladores, comprometidos con los patrones que les pagan, votaron por su aprobación, empero el diputado Cuauhtémoc Pola lanza la alerta y se espera o espera que alguien interponga el primer recurso de amparo en contra de su aplicación.
En tanto, los equipos de grúas que recorren la ciudad, además de estorbosos, siguen arrastrando, como ayer lo hicieron, hasta dos y tres vehículos, siendo que la ley señala que es únicamente uno.
Como corolario, cabe destacar que la ciudad adolece de numerosas fallas para dar lugar a una circulación, tránsito y aparcamiento conforme a la dinámica que impone una capital, sin las condiciones para dar cabida a grúas, perseguir a automovilistas y permitir, ahora, que una ley aprobada por los señores diputados locales, va a ser aplicada con todo rigor, incluso por los agentes viales, de escaso sentido de la ética y la imparcialidad de la justicia, que deben imponerse a la hora de hacer efectivo dicho ordenamiento jurídico y legal sobre la entidad veracruzana.
EfACICO 