
Por Luis Velázquez Rivera

•Mauricio Audirac detectó que sus antecesores habían desviado recursos federales a otros programas y regiones y que la Auditoría Superior de la Federación hurgaba, lista para la denuncia
•Quiso poner orden; pero el fuego amigo lo cercó ante el jefe máximo
•Acotado, reducido a cortar listones, ninguneado… prefirió renunciar
La verdad sobre la renuncia de Maurio Audirac Murillo como quinto secretario de Finanzas y Planeación es la siguiente:
En las primeras semanas de su encargo, detectó con sus relaciones en el altiplano el informe que la Auditoría Superior de la Federación, ASF, preparaba sobre las observaciones a los recursos federales enviados al gobierno de Veracruz.
Y el foco rojo, amarillo, azul y violeta se centraba en uno solo: desde Tomás Ruiz González a Salvador Manzur Díaz a Carlos Aguirre Morales a Fernando Chárleston Hernández, los fondos federales habían sido desviados… a programas diferentes.
Así, mientras, por ejemplo, venían destinados para el sector salud y/o educativo fueron canalizados para, digamos, entre otras cositas, desatorar pendientes políticos y sociales, y/o en todo caso, tapar los hoyancos de la deuda pública… que era insostenible.
Tal cual, habló con el gobernador para rendirle un detallado informe advirtiendo que el ramalazo sería terrible.
Y por tanto, era la hora de reorientar los hechos y circunstancias.
Hasta donde se sabe, Javier Duarte dio la autorización para que Audirac enderezara los entuertos.
Pero el hecho trascendió cuando empezó a tratar de poner remedio a partir de su experiencia contable, fiscal y química.
Y en el otro lado del ring se armó la gallera.
Por ejemplo, algunos de los cuatro de sus antecesores le armaron un revuelo y echaron montón al gobernador, cada uno por su lado, asestando unos jab derecho, derechito a su hígado que es tan sensible a la bipolaridad y la calentura.
Y más, cuando lo encienden y lo incendian.
En el proceso del operativo, Audirac fue llamado por el gobernador para que le documentara las cañerías sucias de los dineros federales con el desvío a otros programas y regiones; pero hasta donde se conoce, pudieron más los rodeólogos.
Y entonces, marcha atrás al tejido fino que estaba armando para solventar las observaciones de la ASF.
BAILANDO CON LA MÁS FEA…
Rodeado, pues, con un ejército de funcionarios mayores, medianos y menores en SEFIPLAN, cada una actuando por la libre, con un tesorero que solo acataba órdenes directas del jefe máximo, y unos subsecretarios cada uno caminando por senderos encontrados, reducido, incluso, a cortar listones; pero más aún, a cargar con las culpas ajenas, satanizado por tanta protesta por la deuda arrastrada, incluso, desde el fidelato, Audirac Murillo tomó la mejor decisión de su vida pública.
La renuncia.
El, pues, dimitió porque se convenció de que cercado por todos lados, ninguna razón existía para permanecer, digamos, como una figura decorativa; pero además, bailando con la más fea.
Tan es así que ahora cuando pasara por el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, la Contraloría y SEFIPLAN, en su despacho contable está dedicado a bajar recursos federales… para los presidentes municipales.
Todo, debido a sus relaciones en el altiplano que por encargo algunos boletineros le escatimaron.
En contraparte, los trascendidos manifiestan que el nombramiento de Antonio Gómez como el sexto al bat en SEFIPLAN se debe a una relación amical y hasta familiar en parentesco político con el titular de la Auditoría Superior de la Federación que podría, digamos, estar ayudando a solventar las observaciones millonarias.
Es más, el hecho ha despertado euforia en el palacio principal de Xalapa, donde afirman que hacia el mes de junio desatorarán recursos federales extraordinarios para Veracruz que permitirían liquidar hasta el 90, 95 por ciento de la deuda pública pendiente.
Incluso, según las versiones, desde la secretaría de Infraestructura y Obra Pública, Tomás Ruiz González, más bien se dedica a la asesoría al sexto titular de SEFIPLAN…para desatorar pendientes, y de paso, arreglar los trastupijes cometidos en su paso por la dependencia, entre ellos, el desvío de los fondos federales a otros proyectos y que luego fueran cometiendo los sucesores porque tal cual eran las órdenes superiores.
Y, por tanto, el encargado de llevar la SIOP es Caleb Navarro, el subsecretario que trabaja y a quien correspondía de hecho y derecho haberse quedado con la joya de la corona.
Soñó, pues, Audirac, con meter orden en casa; pero la intriga y la cizaña lo descarrilaron.
Los enanos del tapanco se impusieron…, y en la revoltura, el Contralor Ricardo García Guzmán aprovechó las aguas sucias para empujar a su director administrativo a la dependencia más evidenciada del sexenio y, de paso, imponer a su hijo Rodrigo como director de Financiamiento.
La familia, pues, más próspera del sexenio ídem: papá Porky, contralor por segunda ocasión. Un hijo, alto funcionario en SEFIPLAN, luego de caminar en la secretaría de Trabajo y el CONALEP. Y el otro hijo, Ricky, diputado local y presidente municipal de su pueblo, Pánuco. Pero antes, gerente de las tiendas ISSSTE con Miguel Ángel Yunes Linares, el gran amigo, aliado, cómplice y confidente de la familia.
POSDATA: Hacia el V año del sexenio, 56 funcionarios han sido despedidos y enrocados; pero en ningún caso ha existido una transparencia y rendición de cuentas…Por eso, y como en el caso de Mauricio Audirac, habría de preguntarse el número que fue cesado y sigue en el limbo a causa de las intrigas del fuego amigo…Incluso, provenientes en muchos casos de los secretarios del gabinete legal y ampliado rodeólogos del gobernador…
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/11838/portales-de-noticias-de-veracruz/intriga-en-sefiplan
