por María Elvira Santamaría
Hoy estoy recordando particularmente a mi amiga Adriana Naveda. Se trata de una mujer muy preparada y bella, que además dice las cosas sin tapujos y con sabiduría.
Hace poco, cuando nos reunimos varias contemporáneas, reflexionó en voz alta: «yo no se porqué, pero nada más cumples los 60 y te caen el montón de veintes..»
Y saben qué? Así es. No es que antes de esa edad sea una un cerebro vacío, no. Pero quizá porque ya se ve más cerca «la otra orilla», damos mayor valor lo que antes nos era insignificante y en cambio restamos importancia y gravedad, a lo que anteriormente nos mortificaba y convertíamos en drama.
También hoy conocí a una persona que se asemeja a Adriana y a otra maravillosa mujer que es Charo Abella, en belleza, inteligencia y resolución para cambiar las cosas. Conocí a Xochitl Mortera, una gran señora, que ha asumido la tarea de brindar auxilio y salvar a las personas que sufren graves quemaduras.
Que está empeñada junto con las integrantes de su fundación en dotar a Coatzacoalcos de una Unidad para la atención de quemados.
Me siento honrada de haberla conocido y lo mejor que me puede pasar es tratar de tener su amistad, así como tengo la de Adriana, Charo y tantas otras mujeres que generosamente brindan su tiempo para mejorar el mundo que les rodea.
EfACICO 