Diario de un Reportero: Horas aciagas en el periodismo


horas aciagas2

Por Luis Velázquez Rivera

•Adiós al embute institucionalizado

•Se abarata la mano de obra…

DOMINGO

Horas aciagas en el periodismo

Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde el puerto de Veracruz)

De las horas violentas, sangrientas y fatídicas que viviera el periodismo en Veracruz durante los años 2011, 2012 y 2013 (once reporteros y fotógrafos asesinados más tres desaparecidos), ahora el gremio padece la noche de los cuchillos largos en materia económica.

Tanto los magnates como la infantería.

De cada diez dueños de medios, por ejemplo, unos ocho, nueve quizá, se han enfrentado a un estrangulamiento económico porque durante muchos, muchísimos sexenios, quizá toda su vida, apostaron al ingreso generado por la publicidad política.

Y ahora, con el V año de austeridad y el recorte, incluso, la cancelación de los llamados convenios, igualas, moches, han quedado a la deriva.

De cada diez reporteros, unos seis, siete, han dejado de extender la mano para recibir el embute mensual, porque en nombre de la austeridad republicada ha sido cancelado desde el gobierno de Veracruz.

Las rotativas que antes sonaban de manera trepidante imprimiendo miles de ejemplares de la edición del día para lanzarse al mercado local y regional a la conquista del lector, ahora trabajan con un bajo perfil, porque la circulación ha disminuido.

Pero, además, los periódicos se han vuelto flaquitos como perritos con hambre, con menor número de páginas y con menos secciones.

Así, los trabajadores de talleres pasan la mayor parte del tiempo en la chorcha y el desmadre como una forma inteligente de matar el tiempo, porque la impresión del día sale en un dos por tres.

Son horas adversas.

LUNES

Adiós al embute institucionalizado

Antes, un grupo selecto de trabajadores de la información, por ejemplo, alardeaban ante los demás estrenando a cada rato ropa de marca, pantalón de marca, camisa de marca, zapatos de marco y camioneta hasta con chofer, aun cuando, y en contraparte, don Manuel Buendía aseguraba ahí donde estés frente a un reportero que escribe sus notas en la libreta de taquigrafía con una pluma de lujo, con un Rox Rolex y un coche lujoso estás ante un manifiesto caso de corrupción.

Ahora, con la austeridad, el grupo privilegiado de reporteros ha suspendido sus comidas en restaurantes VIP y sin el embute mensual viven, digamos, con la medianía de su salario, acaso con mayor congruencia, a tono con su vida cotidiana llena de premuras… a partir de los salarios de hambre pagados en el cien por ciento de los medios.

Y más porque apenas entró en la escena el tercer vocero del sexenio próspero anunció al mundo el adiós al derroche y el dispendio iniciado desde el sexenio anterior, aun cuando están pendientes unos dos mil millones de pesos de pago a los medios.

MARTES

Se abarata la mano de obra

La niebla de la desesperación envuelve a Veracruz como escribió en 1933 el historiador Arthur M. Schlesinger, junior, a propósito de la depresión en Estados Unidos y de la publicación de su gran libro de reportajes intitulado La era de Roosevelt.

Cierto, nunca como ahora el desempleo periodístico se ha acentuado tanto de norte a sur como de este a oeste del territorio jarocho.

Incluso, hay medios que han baja el portón editorial, cerrando, además, corresponsalías, y despidiendo, por tanto, a los reporteros, fotógrafos, editores y secretarias.

Y, por tanto, la mano de obra reporteril se está abaratando a pasos tsunámicos, pues si antes, y por ejemplo, los noticieros radiofónicos pagaban, máximo, unos 40 pesos por nota transmitida al aire, ahora se ha reducido a 30, 20 pesos.

Y si antes, la mayor parte de trabajadores de los medios chambeaban sin las prestaciones sociales, económicas y médicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo, ahora, será, menor dicho, es peor.

Nadie pensaría que al paso que vamos al ratito se ande como niño vagabundo y/o migrante centroamericano errando en Veracruz a la orilla del camino y en las ciudades, extendiendo la mano en el crucero para una limosna, una compasión, una solidaridad, un gesto solidario con el desempleado y hambriento, necesitado de llevar el itacate a casa.

MIÉRCOLES

Desmoronada la calidad de vida

Nunca como ahora predomina en Veracruz un estado rebasado por los hechos y circunstancias.

Los indígenas y campesinos y la clase media, incluso egresados de universidades, han convertido a la tierra jarocha en un estado exportador de mano de obra a ciudades del norte del país y Estados Unidos.

Bastaría referir que en las historias de vida publicadas en su libro Las guerreras de la noche, la investigadora Patricia Ponce documenta que Veracruz es el estado productor y exportador número uno de trabajadoras sexuales.

Según unas ONG las mujeres indígenas, con mucha frecuencia abandonadas por sus esposos migrantes en EU, han optado por la prostitución, y nunca como ahora se habla de que ha resucitado la práctica de vender a las hijas.

En las regiones étnicas, los Centros de Salud están sin médico, sin enfermeras y sin medicamentos, y por tanto, la calidad de vida en materia de salud se ha desmoronado.

En ninguno de los 70 pueblos indígenas en las ocho regiones étnicas de Veracruz hay una obra pública trascendente que posibilite vivir con dignidad.

Y, bueno, la austeridad ha llegado a los medios y sólo falta que la población pobre se subleve y organice para desfilar en las calles y avenidas de las ciudades urbanas con los rostros enflanquecidos, cargando en la espalda a un niño famélico metido en un rebozo negro, extendiendo la mano en el crucero.

Se necesitará, entonces, a un discípulo de Luis Buñuel para filmar la segunda versión de Los olvidados. Los desheredados de la fortuna les llamaba Albert Camus. La antropología de la pobreza le quiso referir Oscar Lewis.

JUEVES

El destino alcanzó al medio

Muchos reporteros, fotógrafos y editores son despedidos.

En el mejor de los casos, les han reducido salarios.

En el peor, les deben una, dos, tres, cuatro, cinco, seis quincenas, y sin Seguro Social sin INFONAVIT sin antigüedad laboral para la pensión universal cuando llegue la hora de colgar los guantes.

En el peor de los casos les están pagando con abonitos miserables de por sí salarios de hambre… que decía Ricardo Flores Magón en 1900.

Un grupo de reporteros formó una ONG. Se llama La cooperativa. Su objetivo es uno solo: echar montón al entrevistado para extender la mano.

Pero como es una cooperativa para exigir y demandar la solidaridad entre ellos, entonces, y para evitar el desgaste, se turnan y en nombre de todos uno le faja al político un embute.

El destino alcanzó al gremio reporteril…

VIERNES

Muchas cornadas da el hambre

Nadie quisiera que un reportero sufriera un ataque de caspa con la inseguridad que padecemos como una pesadilla, un infierno, la vida prendida de alfileres.

Tampoco nadie desea trabajadores de la información desempleados, ni menos, mucho menos, con salarios de hambre, a destajo incluso, expuestos a que a la primera llamada de un político sean despedidos como ha ocurrido de manera invariable en todos los tiempos.

Ni hablar: los magnates del periodismo se acostumbraron a vivir del subsidio oficial y tales son los estragos.

Se están viviendo aquí, entre nosotros, algunas formas de la depresión en Estados Unidos, cuando, digamos, las familias dormían en tugurios y hurgaban como perros hambrientos en los basureros de las ciudades, según escribió Schlesinger junior.

Así viven y padecen muchos paisanos de Veracruz, en una entidad federativa con un desempleo que sólo la autoridad desconoce e ignora… exprofeso.

Hay hambre, cierto, no hambruna todavía y por fortuna.

Hay desempleo; pero todavía no hemos llegado al crimen para llevar el itacate a casa, aun cuando en las cárceles hay unos 900 indígenas presos por robar una gallinita para llevar alimento a los niños y que valen un sorbete a la elite priista en el poder sexenal.

Hay niños que van a la escuela sin desayunar y quedan dormidos en el pupitre.

Hay ancianos que mueren por desnutrición y anemia, atendido un terrible dolor de cabeza con un mejoralito.

Hay miles de familias que sólo se alimentan al día con frijoles y arroz y un vaso con café negro.

Tal cual es la realidad social y económica en Huayacocotla, Chicontepec, Otontepec, Papantla, Zongolica y Soteapan y los valles de Santa Martha y Uxpanapa.

Y las horas adversas han aterrizado en el gremio reporteril.

Muchas cornadas da el hambre intituló a uno de sus libros Luis Spota, el reportero que hacia mediados del siglo pasado se estrenó en Excélsior llevándose las 8 columnas de la primera plana durante 45 días ininterrumpidos…

Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/11861/portales-de-noticias-de-veracruz/horas-aciagas-en-el-periodismo-

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