
Los arrecifes mexicanos perdieron entre 2013-2014, 3 mil 796 metros cuadrados de superficie, y por lo tanto de biodiversidad debido a encallamientos como el del barco coreano Mu Du Bong, que el 14 de julio de 2014 impactó 3622 metros cuadrados de superficie y 250 colonias de ejemplares coralinos del Sistema Arrecifal “Lobos-Tuxpan” en el norte de Veracruz. Nuestro país tiene en la costa oriental de la Península de Yucatán, una parte de la segunda barrera arrecifal (Belice, Guatemala y Honduras) más extensa del mundo, el “arrecife mesoamericano”, después de la gran barrera en Australia.
Las “selvas del mar” son lugares de vasta importancia ecológica conocidos como hábitats críticos por su variedad de funciones, previenen la erosión y disminuyen la fuerza del oleaje, además de constituir la estructura de protección más efectiva contra el fuerte efecto de las tormentas tropicales y huracanes. Los arrecifes son lugares de crianza, refugio, alimentación y reproducción de muchas especies.
Hugh Griffiths, coordinador del panel de expertos que controla las violaciones a las sanciones de la ONU, sostuvo que hay evidencia para probar que Mu Du Bong pertenece a la empresa Ocean Maritime Management Company, de Corea del Norte, país que “no puede ostentar tecnología nuclear”. Recientemente el barco Chong Chon Gang, de la misma compañía fue retenido en Panamá por transportar armamento en medio de miles de toneladas de azúcar cubana.
Ya la empresa coreana pagó a México desde el año pasado 10 millones 80 mil pesos por los daños provocados. Y aunque comprobó la ONU que no había misiles ni nada parecido en la nave, ésta permanece detenida en costas veracruzanas; hay un serio y complejo conflicto internacional dentro del cual nuestro país parece no tener nada que ver, salvo el gravísimo daño al arrecife que esperemos sea suavizado con la multa impuesta por la PROFEPA. De última hora informan, que el barco no ha zarpado porque le falta realizar los trámites pertinentes. ¿Quién entendió?
PROPUESTA.-Científicos de Universidad polaca financiados con fondos europeos diseñaron un motor de gasoil innovador para helicópteros ligeros como alternativa a los motores de turboeje convencionales. Es decir, un equipo respetuoso con el medio ambiente. Sugerencia para algunos de nuestros políticos, que gustan del uso de este vehículo para que por lo menos eviten contaminar.
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