60 Segundos: * ENCUESTAS FAVORECEN A QUIEN LAS PAGA, PERO…


encuestasPor Raúl González Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Ciertamente, las encuestas favorecen a quien las ordena y paga.
En un país poco serio, es lo consecuente.
Creer en el contenido de sus cuestionarios que nadie ve cuándo los llevan a los electores, no es cosa fácil, pero tampoco –a decir de sus productores– siempre van a dar el resultado que los políticos quisieran, sobre todo de una actividad tan deteriorada como es la política y sus actores principales.
El problema en este país, es de credibilidades y confianza pública.
Se dice o anuncian residencias fastuosas en poder de políticos encumbrados y aunque éstos aclaren o traten de aclarar que no son suyas, que las rentan, que se las prestan sus amigos los contratistas, nadie se los cree.
Bajo estos signos, súmele usted la pobreza extrema, la ausencia de recursos en sus bolsillos, la desocupación laboral, que va al galope, quién va a estar atento a encuestas y lo que éstas reflejen; amén, por supuesto, de que no hay encuestadoras confiables ni creíbles. Sin embargo, una de ellas, que lleva el apellido de un viejo maestro Santoyo y Asociados, da un resultado que pareciera ser más o menos firme, sin compromisos con el PAN ni el PRI.
Si el 67 por ciento ignora qué se celebrará el primer domingo de junio sobre tierras veracruzanas, era de esperarse. El hartazgo está haciendo presas suyas a los electores en cualquiera de los rincones de la patria chica y grande.
Si las mayorías populares tampoco saben, conocen o identifican a quiénes contienden por las curules federales, es lo obvio. Y si los identifican, les encuentran conexiones muy raras y en relación con el dinero fácil, el tráfico de influencias y el trabajo deshonesto en el desempeño de sus anteriores actividades políticas, para su personal desgracia.
Claro está que si esto no lo dicen, como lo hace Magno Garcimarrero Ochoa, se debe a que no quieren exponer ni un centímetro su búsqueda de legitimación ante el electorado, que por desconfiado, igual, descuida el conocimiento acerca de los personajes que aspiran a obtener una curul federal en la elección del primer domingo del próximo mes de junio en este país.
Empero, las encuestadoras van a beneficiar obviamente a quien las paga y todavía, a estas fechas, cuando apenas en cuestión de horas, algunos avezados candidatos millonarios mandaron a hacer las encuestas a su gusto, obvio que confundan a un electorado, que por esta ocasión no sabe qué se celebra electoralmente en junio, como también ignora quién es el candidato de su distrito y mucho menos sabe de qué se trata.

* DON JUAN ANTONIO NEMI
Y LA VERDAD QUE ANUNCIA

Para quienes lo conocen, seguramente confían en la palabra empeñada por el ex secretario del sector salud, quien a flor de piel se aprecia que está dispuesto a comparecer y abordar el tema de los dineros, el equipamiento de hospitales y clínicas dependientes del estado, así como de la falta de médicos y especialistas en instalaciones de nosocomios, lo que denota una entidad con un rezago descomunal en materia de salud pública.
El ex cardenal reta a que lo cuestionen legisladores locales, obvio que, para que fuera más equitativo, menos los diputados priistas.
Sin embargo, vale tomarle la palabra al funcionario, que como profesional de la política antes habría advertido que la secretaría de salud habría sido su sueño hecho realidad.
Sobre todo, porque el rubro que ahora tiene bajo su mando el doctor Fernando Benítez Obeso, figura entre los más abandonados existentes en la república.
Sin embargo, hay numeritos que bien ocupan un primerísimo orden en lo que hace a la funcionalidad del sector y que tienen que ver con los hospitales a medio funcionar, porque les falta equipamiento, tecnología que no llega, medicamentos de patente y materiales de curaciones y otros de menor cuantía, pero forman parte del legajo de carencias que ancestralmente vienen arrastrando dichos nosocomios.
Algo que nadie ha querido explicar, es saber qué estado guarda el alquiler de la construcción nueva del Hospital Civil a la delegación federal del ISSSTE, cuando es sabido que jurídicamente dicho subarrendamiento entre entes institucionales y de gobiernos federal y estatal no puede darse.
Obviamente, que el ISSSTE en este contexto ha cubierto la friolera de mil 400 millones de pesos por dicho alquiler, pero que en las cuentas del sector salud del estado de Veracruz, siguen sin saber a ciencia cierta cuál fue su destino. Lapso en que precisamente despachó –se dice– el doctor Juan Antonio Nemi Dib, como cardenal del sector salud.
Lo otro es la pesadilla, vuelta realidad de un sindicato mafioso de trabajadores, metido hasta los huesos en dicho sector, el cual no se conforma con operar a la manera de los dueños de cualquiera de los antros reconocidos en la entidad, sino que a placer explote plazas, milagros y exigencias de un sector corrupto, rapaz y servil.

* ESTORBAN MILES DE
TAXIS EN LA CIUDAD

En la realidad estorban miles de taxis, que cubren las distintas rutas que integran a las calles, avenidas, las 345 colonias y las cuatro congregaciones, pero más porque se abonan en su incapacidad para poder atender a los usuarios a plenitud, debido a la incapacidad, ignorancia, o vaya usted a saber qué, de los conductores de los automóviles de alquiler que desconocen destinos, historia, costumbres, comidas y todo de la ciudad capital.
Sin una capacitación para la atención de usuarios y pasajeros, una mayoría de taxistas hacen quedar muy mal a la otrora Atenas veracruzana.
Cuando los tiempos de don Alejandro Soto López y su grupo de choferes –de la organización de taxistas que aquél capitaneaba–, limpios, pulcros, sus unidades al cien y con un lenguaje que reflejaba sobre todo amor a la camiseta y a la capital, otrora funcional, aireada, oliendo a flores y limpia de basuras, el conductor de un taxi se transformaba en un guía de turistas.
Hoy, la página que cubren estos prestadores de servicios deja mucho que desear y decir. Se trata de un gremio complejo y con una fuerte dosis de taxistas improvisados. Los propios líderes aseguran que hay cuando menos 200 taxistas ladrones, asaltantes y pilluelos. Pero ahora la alarma se enciende en forma mayúscula, porque abundan los presuntos delincuentes ligados a las diferentes bandas de raterillos y extorsionistas, lo que les convierte en un serio riesgo para el común de pasajeros.
La familia taxista incluye a cerca de diez mil elementos, lo que convierte a la ciudad en un hormiguero humano de máquinas expeliendo tóxicos, ruidos y violencia verbal las 24 horas prácticamente del día.
Empero, lo más preocupante, a todas luces, es que se produzcan los sucesos de violencia, cobros a chaleco, tan sólo porque falta una legislación que fije tarifas, lo cual se presta para realizar el común de taxistas el atraco más vil, como es también escenificar su papel de asaltantes o el de los ignorantes que, pese a desconocer destinos y la geografía toda de la ciudad, igual se muestran canallescos y adversarios de todo orden y disciplina.
Así como Tránsito estatal solapa a los ratas humanas que operan el sistema de grúas, igual debiera acometer en contra de los conductores, capacitándolos en la realidad, pero a la par de brindarles conocimientos en materia mecánica y conducción de vehículos, impartirles los talleres elementales que les lleven a conocer un tanto de la geografía citadina.

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