
Por Luis Velázquez Rivera
•Candidatos de oposición
•Al Congreso federal
I

Una semana y media después de iniciadas las campañas de diputados federales, y no obstante nueve candidatos de igual número de partidos, ni se ven ni se oyen.
Quizá se deba, en efecto, a que como el tope de campaña es de un millón 260 mil pesos, ni modo, lo han dispuesto para lo básico y elemental, sin incluir un contrato por ahí con algún medio de información.
Acaso, de igual manera, y como en el caso de la panista Gabriela Ramírez, exregidora con licencia del Ayuntamiento jarocho, se trata de una abanderada a modo, traje a la medida, para la priista Ana Guadalupe Ingram.
Y más desde cuando el diputado local, Julen Rementería del Puerto, favorito en la tendencia de la encuesta histórica, de pronto, sorprendiera al mundo panista y declinara, como también declinara en el distrito de Tuxpan su homólogo Jorge Vera, y así, el par, allanó el camino al adversario tricolor.
Quizá el bajo perfil también se deba a que la elección de legisladores federales despierta, mínimo, bajo interés en la población electoral, harta, además, de tanta estafa y desengaño.
Acaso, porque el perfil de los ocho candidatos restantes esté reducido al anonimato y apenas y los conozcan en su mundo de relaciones personales.
La realidad es por ningún lado se escuchan y cuando menos uno que otro, más bien, uno solo se ha reducido a llegar al café tradicional de los políticos y los reporteros con unas cartulinas haciendo un comparativo de la pensión a los expresidentes de la república que, dice, habrá de retirar como la esencia de su trabajo legislativo.
Pero, además, una falacia, pues desde que Andrés Manuel López Obrador era líder nacional del PRD, y antes líder del PRI en Tabasco, abanderaba la causa política de quitar la pensión a los ex presidentes y su estandarte político ha quedado en el silencio.
Nadie lo ha pelado.
II
Pareciera, entonces, que la Ingram va sola, princesita que fuera en el palacio Legislativo, camino a las urnas.
Ninguno de los candidatos le hace sombra.
Todos los días se publicita en los medios.
La publican en actos populistas y mesiánicos, ramplones y baratos, sin ninguna propuesta concreta y específica, sustancial, para mejorar la vida jurídica de la nación.
Hablando, pues, de las mismas generalidades de siempre, como el empleo, la educación y la salud.
Pero, al mismo tiempo, soslayando la inseguridad en la vida y en los bienes que significa hoy la prioridad número uno de los 8 millones de habitantes de Veracruz.
Y, claro, con toda la frivolidad de su vida, que es su característica, como por ejemplo leyendo el periódico dando grasa a sus zapatillas de marca con un betunero en el zócalo de la ciudad, con lo que así se pone al ras de la candidata del PVEM a la curul federal por Boca del Río, mostrando la suela de los tenis, tres, cuatro que ya lleva, porque, ajá, ha caminado mucho, mejor dicho, trotado el distrito.
III
Lo suspicaz y perspicaz del asunto es que la panista Gabriela Ramírez se ha confinado al silencio.
Un bajo perfil, raro y extraño, tratándose del segundo partido político más fuerte de Veracruz y del país.
Incluso, marcando una distancia a la gran expectativa que en su momento significara Rafael “El loco” Acosta Croda, uno de los siete diputados federales del PAN que hace tres años ganó la elección en las urnas derrotando a una priista, Ángela Perera Gutiérrez, no obstante tener todo el respaldo social, político y económico de la alcaldesa.
IV
Y por tanto, y como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, habría de preguntarse las razones de tal silencio, tal campaña electoral en el limbo, sin hacer ruido que suene y resuene en otros espacios locales.
Algún beneficio, asegura el maestro, ha de obtener la regidora con permiso.
¡Pobre PAN! ¡Pobre Pepe Mancha!
POSDATA: Si tal cual que Gabriela Ramírez anda la mayoría de candidatos panistas al Congreso de la Unión, entonces, el partido azul está perdido de antemano…
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/11973/portales-de-noticias-de-veracruz/ni-se-ven-ni-oyen
