* TAXISTA, NO CHOFER
DE TAXI: ROMUALDO
Por Raúl González Rivera

A cerca de las arbitrariedades y desconocimiento que de la geografía citadina enfrenta la mayoría de taxistas, don Romualdo, con todos los años encima, pero activo como se encuentra en el servicio de transporte humano, advierte que unos son taxistas y otros choferes de taxi, conceptos radicalmente diferentes a la hora de la verdad.
Don Romualdo dice que los choferes de taxi están exhibiendo su ignorancia pero, igualmente, un desconocimiento brutal de la geografía citadina, desconocen la nomenclatura de la ciudad y, por ende, son completamente ausentes de los nombres de personajes, historia y lugares de atractivo natural y artístico de la capital.
Ésos –observa el taxista– son choferes y por tanto unos pen… que hacen quedar mal a los taxistas, que manejamos con cuidado, que conocemos la ciudad, que somos amables con la gente y recorremos los cuatro costados de la ciudad a pie juntillas.
El taxista se capacitó conduciendo automóviles y aprendió lecciones de mecánica automotriz.
También, el taxista leyó la historia con que se funda la ciudad y además identifica la vida y en muchos casos los milagros de quienes figuran con sus nombres las calles y avenidas de la ciudad. Los choferes de taxi no saben nada, conducen como locos, ignoran todo de mecánica automotriz y se acaban un coche en seis meses.
La constante de siniestros y colisiones en que intervienen choferes de taxi, los diferencia de los taxistas, que difícilmente enfrentan problemas viables, porque operan con cuidado extremo, difícilmente se hacen acreedores de sanciones e infracciones de tránsito, además de que, igual, coadyuvan en la orientación a viajeros y turistas que visitan la ciudad.
Entre taxistas y choferes de taxi, además, se diferencian porque los primeros suelen ser a su vez concesionarios de los automóviles que ellos conducen, y los choferes suelen ser improvisados, ausentes de capacitación y con una formación como tales, que se reduce a la nada.
Con mucha dignidad y orgullo personal –dice el taxista don Romualdo-, desde que el taxi se volvió una montaña de intereses económicos y de transas, dejó de ser un servicio accesible y sensible para sus usuarios y pasajeros. El taxista viaja en automóvil oliendo a limpio. El chofer conduce un vehículo la más de las veces sucio y apestoso. El taxista es amable, el chofer puede ser cualquier barbaján.
* ENTRE REZAGOS Y DEUDAS
EL PODER JUDICIAL
El propio presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa, admitió que adeuda el poder judicial 80 millones de pesos en cuotas al Instituto de Pensiones del Estado, sin incluir en su precisión que los tribunales a su cargo enfrentan un rezago de poco más de cien mil expedientes, como ninguno otro en el resto del país.
La magistrada Concepción Flores Saviaga, en una tronante declaración, apuntaría que el rezago es de cien mil expedientes. Es decir, que los juzgados del fuero común jamás saldrán del hediondo hoyanco en que se encuentran metidos por muchos años delante. La aplicación de la ley es lenta, tortuosa, burocrática y a veces no precisamente imparcial.
La percepción en el ámbito de los juristas y los que realizan sus prácticas y quienes litigan asuntos del orden común, tienen que enfrentar la montaña burocrática como nunca, que arrastran los tribunales dependientes del poder judicial del estado.
Qué importancia ha de tener que los magistrados gocen de excelentes y confortables despachos, funcionales, amueblados con ciertos lujitos, si las resoluciones que dictan obedecen a largos meses y años de espera, provocándoles sobre todo a los litigantes severos conflictos con sus clientelas, porque a decir suyo, se debe a los postulantes y no a los jueces, secretarios y demás personal, con que cuentan los juzgados del fuero común.
Un divorcio voluntario puede tardar tres años, mientras en tribunales judiciales de Michoacán o el DF sólo tres días. Exhortos, resoluciones, notificaciones que no llegan a los domicilios fijados por sus usuarios, forman el legado constante que habrán de enfrentar en un futuro los magistrados con nuevas autoridades estatales.
El colmo, es que el tribunal haya asentado su domicilio sobre un terreno propiedad del Instituto de Pensiones del Estado, lo cual nadie ha explicado con los pormenores de rigor cuál es el estado legal y jurídico que guarda y, por otro lado, bajo qué régimen continúa usufructuando el TSJ dicho espacio, amén de que la millonaria suma que adeuda al IPE, como parte de las cuotas que pagan sus trabajadores, porque siguen sin ser trasladadas del despacho del poder judicial al organismo paraestatal.
En tanto, las montañas de expedientes, distribuidos en el suelo, sobre los escritorios y los archivos de los juzgados del fuero común, constituyen el viacrucis que cotidianamente deben seguir clientelas, abogados postulantes y los funcionarios judiciales, que no saben si jalarse los pelos de la cabeza, ponerse a llorar o de plano renunciar a seguir la corriente a sus titulares, que igual les piden que armonicen horas de trabajo y descanso y que saquen el rezago de todos los siglos, como es el que arrastran los juzgados aquí en Xalapa y el resto de distritos judiciales del interior del estado.
Cien mil es la marca, dijo Conchita Flores Saviaga.
* HAY DESALIENTO ENTRE
MAESTROS POR COMICIOS
A los maestros no les calienta ni uno de los rayos del sol que en estos nebulosos días aparecen esporádicamente.
La reforma educativa siguen sin masticarla, menos digerirla. La encuentra rapaz y felona y acusan de ser enemigo de los académicos al cardenal de la educación en el país, al señor Emilio Chuayffet Chemor.
Así que en las elecciones de diputados federales, el voto de castigo, que saldrá en muchas direcciones, igual afectará a los abanderados del viejo régimen a las curules federales. Le han dicho al abogado Adolfo Mota que no lo quieren en Coatepec, pero tampoco en Xalapa. Y el tres por ciento de los residentes de la ciudad, que supuestamente pertenecen al medio rural, cero votos le depositarán en las urnas de rigor para favorecer al ex secretario de la SEV.
Igual ocurre en el resto de municipalidades, donde hay mentores operando en escuelas del sistema escolar estatal y el federal también. Hay enojo contra Chuayffet y aumenta el descontento porque el IPE les ha cargado la viga a los maestros a la hora de pagar sus pensiones y jubilaciones. Es decir, hay un marcado desacuerdo y molestias, que van desde el rechazo contundente a los políticos de todos los rangos y espacios burocráticos, hasta los que buscan con hambre de poder las curules ante el Congreso de la Unión.
Sea buena o mala la reforma educativa, a los académicos les trajo malestares que no cesan y sí, en cambio, enervan aun más los ánimos de quienes ejercen la docencia y deben cubrir cuotas exhaustivas tanto en sus cargas de trabajo, al frente de las aulas, como de estar al corriente en los salones de clase, aplicando las novedades que escolarmente les impone su ejercicio como docentes.
Sobre todo, que en este momento ven la oportunidad para rendir sus votos a los candidatos ajenos al viejo régimen y, en ese sentido, los xalapeños que habitan en áreas del distrito electoral rural vienen asegurando que no votarán por Mota, que lo harán por cualquiera otro, o simplemente no acudirán a las urnas, repletando con el abstencionismo el proceso electoral que se avecina.
