Siete Párrafos: Crueldad Republicana


reaparecePor Rodolfo Calderón Vivar

Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

La reaparición de Fidel Herrera Beltrán, en el evento político efectuado en Xalapa, el pasado fin de semana, abre una serie de interrogantes entre los más conspicuos sobre lo que significa este fulgoroso apapacho del presidente del PRI nacional, don César Camacho Quiroz, a tan egregia figura de la política veracruzana que es, sin duda, el político de Nopaltec, quien dejó a su paso por la gubernatura de Veracruz, huellas, u hoyos,  que aún se resiente en el presupuesto del gobierno de Javier Duarte, y heredó poderes  a noveles políticos que sin alcanzar sus alturas de estratega político, si han demostrado ser fieros para eso de acrecentar fortunas en un corto  plazo, sin medir las consecuencias de un mal ejercicio en la función pública que tiene, al gobierno de Duarte, bajo la lupa de la Auditoría Superior de la Federación.

¿Por que esa deferencia tan especial de Camacho Quiroz hacia quien, es de todos conocido, no goza de la simpatía del presidente de la república, Enrique Peña Nieto? ¿Qué crípticos mensajes encierra el hacerlo aparecer como el héroe de la película, de última hora, provocando una serie de desconciertos entre grupos políticos veracruzanos, que lejos de unirse, ahondan ahora más la brecha de confrontaciones en las vísperas del 7 de junio?

Político de muy mala fama, vinculado a rumores fuertes desde ámbitos judiciales en el extranjero de su vinculación a siniestros grupos delictivos. como son los Zetas, y a las más impublicables maneras de ejercer el poder al máximo, disponiendo de almas y cuerpos de quienes cayeron en sus esferas de poder, a lo largo y ancho del territorio veracruzano, la reaparición de Fidel Herrera es como el resurgimiento de un espectro que se vuelve a pasear, tras meses de un extraño silencio mediático.

De entrada, como primera reacción, las fuentes de poder conectadas al campo de ejercicio político veracruzano se han lanzado ya contra Javier Herrera Borunda, su hijo, de quien se ya sacan sus antecedentes conflictivos y abusivos, en casos que de ser probados, allanarían el ubicarlo en piedra de escándalo. La Iglesia misma, a través de su vocero, ha señalado lo inapropiado de la pasarela política en que se convirtió la reunión de priistas veracruzana que presidió César Camacho Quiroz en la capital del estado, donde no dudó en elogiar la capacidad de Fidel Herrera Beltrán, por cuyos resultados, se le encomienda ir de delegado al cercano estado de Oaxaca, como lo fuera recién salido de la gubernatura, cuando fuera enviado, como delegado especial,  a la zona regional norteña de Tamaulipas, Nuevo León, Durango y Coahuila,hace años,  para hacer una labor que no pudo terminar porque salió al corto tiempo de su encomienda priista, en esos territorios.

Pero hoy regresa y lo hace ponderando la «humildad» de Javier Duarte como gobernador de Veracruz, en una valoración que tiene cierta dosis de ironía y sarcasmo para ubicar en su exacta dimensión política a quien dejara como su sucesor en el sillón de la gubernatura de Veracruz. Humildad que no acompaña a la figura de Fidel en esta reaparición donde César Camacho Quiroz, casí lo beatificó al elogiar la fidelidad como una estrategia exitosa del político cuenqueño y lo puso en el pedestal, al llevárselo como invitado de honor en el vehículo que transportaba al líder del PRI.

Las especulaciones van y vienen. Unos afirman que al mandarlo como delegado priista a Oaxaca, lo alejan del meollo del control politico en Veracruz; otros más, dan realce a que desde esa nueva posición, no solo tendrá poder de decidir entre los priistas oaxaqueños, sino que, estando tan cerca de la entidad veracruzana, tendrá oportunidad de jugar sus cartas y alfiles también en el estado de Veracruz.

Otra posibilidad es la de la estrategia política más perversa, al nivel que se le atribuye al propio Fidel en su larga trayectoria política iniciada bajo la protección de Luis Echeverría Álvarez, sacándolo  del hoyo o madriguera donde estaba, cómodamente soltando línea y recibiendo a grupos, para ponerlo a la luz del sol, para que no cambie de piel tan fácilmente. Confrontándolo ya con quienes ya están tirando línea en su contra y dando la señal desde ahora, que lo que importan allá en el altiplano, es que se logró reunir a tres hombres que aspiran a la gubernatura, en esa misma visita de César Quiroz a Xalapa: a Héctor Yunes Landa, a José Yunes Zorrilla y Alejandro Montano. Es decir, que lo que importa allá en los altos niveles del peñismo, es lo que hagan o dejen de hacer estos tres políticos en los meses del porvenir, y en aras de la crueldad más republicana, el estilo de la Roma imperial, matar víbora en viernes, si es necesario, una vez que ésta ya no está escondida.

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