
Seguramente, como ocurrió en el pasado reciente, las cuentas heredadas por directores del IPE a sus relevos, incluían entre otras los abultados consumos de funcionarios públicos en los hoteles, balnearios, restaurantes y demás antros de diversión, que son o eran propiedad de los derechohabientes del organismo paraestatal y que nunca fueron recuperados.
El IPE operaba como una especie de caja chica, de la cual los directores, sus favoritos y quizá alguno que otro consejero, aprovecharon a manos llenas.
El licenciado José Luis Lobato Campos fue el último de los directores que mostró un corazón abierto en favor de los pensionistas y jubilados. Les dotó de la casa de Garnica, que hoy ocupan fuerzas de seguridad, y de hoteles en Chachalacas, Tuxpan, Veracruz y Xalapa, cuyos servicios tendrían que ser de primera y a los precios más bajos, en comparación a los existentes en el rubro de la hotelería y gastronomía.
También la tienda de autoservicio que hoy explota el ISSSTE, sobre la avenida Xalapa con rumbo a la carretera que lleva a la ciudad de México, pertenece –si es que no la han enajenado– a los derechohabientes del IPE. Igual ocurrió con los cinematógrafos, que irremediablemente malos administradores dejaron morir en Xalapa, el puerto de Veracruz y Coatzacoalcos. Los fraccionamientos habitacionales, que iniciaron con Lobato y promovió en excelente dimensión posteriormente don Francisco King Hernández, porqué fue suspendida su construcción, nadie lo entiende.
Empero, con el pedimento consistente en una contrarreforma a la Ley del Instituto de Pensiones, ante diputados locales, el cuadro directivo de la organización de pensionistas y trabajadores en activo, que propone la recuperación del organismo en cuestión, figura de manera central que se ponga al descubierto quiénes de los consejeros han aprovechado en su personal provecho y de sus familiares la explotación del IPE y que de encontrarse culpables, igualmente con sus ex directivos, sean llamados a rendir cuentas y devuelvan algo de lo que robaron a las arcas de tesoros de los derechohabientes del organismo en cuestión. Esperemos.
* EN 1968 ACABÓ EL PERIODISMO
CON PERIODISTAS: PAGÉS LLERGO
Roberto Zamarripa, jefe de información del periódico Reforma, dijo que las exclusivas terminaron para los reporteros. En efecto, ya no las hay, debido a la internet, los periódicos digitales y los mexicanos que brindan constantemente una información sin controles, pero que la difunden a millones de una audiencia que encontró los medios adecuados para hacerse sentir a través del Twitter y el Facebook.
Sin embargo, en el México de 1968, el cual acabó con las luchas sustentadas en una ideología y que tenían un compromiso social, para dar lugar a la era del «hombre es el lobo del hombre», como lo reseñara el genial Thomas Hobbes, también el periodista tabasqueño José Pagés Llergo, fundador de las revistas Hoy y después Siempre!, cuando le clausuraron la primera publicación, sentenciaba algo que ocurría en el mundillo del periodismo catastrofista, pero cierto:
«Así como el chocolate ya no se elabora con cacao, los medios de comunicación dejaron de escribirlos los periodistas». Y es que surgía una fila de empresarios, cuyo dinero invirtieron en la que sería una industria con muchos anuncios, aunque sin el número de lectores que tiene El País en España, Le Monde de París o The New York Times en Estados Unidos de Norteamérica.
Concluyó el tiempo de los diarios comprometidos con la sociedad, para dar paso a los medios que satisfacieran exclusivamente el ego de los políticos. Esta industria creció desmesuradamente para unos cuantos, en detrimento de las páginas que todavía se atrevían a suscribir las páginas de la historia real de esta gran nación mexicana.
Los críticos fueron contados y se pusieron como objetivos al tiro de los criminales que no soportaron la crítica, que no la censura, que no creyeron en un México de leyes, y con las cuales también se puede denunciar a los periodistas, porque en su lugar, acometieron asesinando o despidiendo a periodistas, rompiendo así la llamada cadena de la información a la que se refiere Roberto Zamarripa, en donde se violan derechos humanos universales, pero la ley tarda o no encuentra jamás a sus culpables.
El suceso que habría alentado un tanto que se haría justicia a un gremio colocado contra la pared, el crimen cometido en la persona de Manuel Buendía Tellezgirón y más tarde atrapado su solitario asesino, por el entonces procurador general de la república Ignacio Morales Lechuga, hacía suponer la expectativa de que al final del día, se iniciaría la era de la justicia para quienes atentaran contra los comunicadores sociales.
Cosa que no es como lo denota la cantidad de víctimas mortales de un gremio, sobre todo en la última década, entre los más sacrificados, cuando invoca a veces la defensa de los intereses sociales, siendo que los individuales de cada comunicador son violentados por los funcionarios públicos, que lo mismo ansían el foro de la adulación, mucho antes que soportar la crítica con la cual se reconstruyan conductas sociales.
Lo otro, es que con el sacrificio de periodistas no se terminarán los medios, surge mayor número de voces en el escenario de la comunicación y se desencadenan más notas periodísticas. Sostiene Zamarripa, quien vino a la presentación de libros en la FILU 2015 y fue uno de los autores más concurridos por chicos de la prensa en la ciudad.
* NO ES SÓLO LA PODA DE
ÁRBOLES EN LOS TECAJETES
Ya que entraron cuadrillas de trabajadores municipales a podar los árboles del parque Los Tecajetes, de recreación gratuita para los niños y niñas xalapeños, la autoridad de alguna forma tendría o debería atender –refuerzan los vecinos y padres de familia–, que vean por el entorno integral del lugar, como es ver y resolver el deterioro de sus callejones, bancas, juegos mecánicos, tirolesa que sea segura y el foro en donde supuestamente actúan payasitos y otros artistas de la región.
El escenario hace tiempo que necesita de una manita por parte de las autoridades. Desde tiempos en que Carlos Padilla Becerra, el más carismático alcalde que haya tenido Xalapa, su comuna proyectó el que sería un parque de diversiones para chicos y grandes y comenzó operando como un zoológico, concurridísimo sobre todo los fines de semana por familias completas, ya que albergaba a una enorme variedad de especies animales en cautiverio, como aves y reptiles, que hacían pasar a los menores sobre todo horas de una envidiable delicia.
Lamentablemente, a don Agustín Acosta Lagunes, un gobernante que asemejaba que todo le parecía mal, también vio en el parque Los Tecajetes un desperdicio de recursos de todo tipo y ordenó su cierre, por encima de la autoridad municipal y la legislación de que estaba provista, en el sentido de que el ayuntamiento es libre soberano e independiente, inclusive de las instrucciones que pudiera librarle el jefe del poder ejecutivo estatal.
Así como el PVEM dejó sin circo con animales a las niñas y los niños, el ayuntamiento de la ciudad cerraba el parque zoológico de los Tecajetes en menos de que concluyera su trienio como gobierno local.
Y desde entonces, ninguna autoridad edilicia había avistado si sus árboles están o no en riesgo de caerse y provocar una tragedia. Empero, familias enteras coinciden en que dicha obra se lleve a cabo a la mayor brevedad, pero ya que habrá poda, igual que se reedifiquen espacios y vigilen y cuiden los restos dejados de hace tres o más décadas en beneficio de los menores que siguen creyendo que Los Tecajetes es un lugar de recreo y esparcimiento gratuito y adecuado para la gran cantidad de familias que carecen de recursos para pagarse los viajes a zonas donde todavía existen lugares de sano esparcimiento, pero que desgraciadamente cobran monetariamente su entrada.
Los Tecajetes es el proyecto que los xalapeños, en ese rubro, siguen sintiendo como suyo y de nadie más, en una capital donde las áreas y demás zonas que integran la ciudad, se transforman en fríos fraccionamientos residenciales, como está sucediendo.

