•Hay una generación de tecleadores en Veracruz que apuestan a la crónica y el reportaje
•Pero, además, al servicio de los desheredados de la fortuna como les llamaba Albert Camus
•Entre ellos, Sayda Chiñas, Eirinet Gómez, Norma Trujillo, Ignacio Carvajal, Noé Zavaleta, Jair García, Antonio Mundaca, Antonio Osorio y Fernando Inés Carmona
Por Luis Velázquez

Hay en Veracruz, y por fortuna, un grupo de reporteros que todos los días apuestan a la crónica y el reportaje como periodismo de investigación.
Pero más aún, al ejercicio reporteril al servicio de las mejores causas sociales de la población, al lado de los desheredados de la fortuna como les llamaba Albert Camus, los olvidados como les decía Luis Buñuel.
Ellos han puesto su pluma al servicio de los pobres entre los pobres, de los miserables, los jodidos, los desempleados, los subempleados y los migrantes.
Pero también de los secuestrados, desaparecidos y ejecutados de norte a sur y de este a oeste.
Además, son solidarios con su gremio, sin egoísmos, envidias ni intrigas, quizá, almas gemelas, también compañeros del camino, conscientes de que la vida también significa dar a los demás.
Igual que muchos otros activistas sociales también luchan desde la trinchera periodística contra los males endémicos en la tarea de gobernar, como la corrupción, el enriquecimiento inexplicable, la impunidad, el abuso y exceso del poder, el desvío de recursos.
En sus medios tienen, claro, la tarea del diarismo, que significa entregar equis número de notas a la sala de redacción.
Pero, al mismo tiempo, ellos mismos se han, digamos, marcado pautas superiores y alternan la chamba del día con la crónica y el reportaje, muchas veces el texto de largo aliento, largo alcance, para convertir el hecho cotidiano en un reportaje, una crónica, el texto que habría de durar más.
En ningún momento como pudieran ser calificados desde la otra orilla son enemigos de los políticos, sino por el contrario, saben, están conscientes que cada parte tiene su pendiente y su trabajo.
El político gobierna y el reportero informa.
El político sueña con aumentar más su poder político, social y económico y el reportero con lograr la noticia exclusiva, el campanazo le llamaba don Julio Scherer García.
Tal cual son reporteros incómodos.
Soñadores.
Libres, para quienes el periodismo es un apostolado, una religión, una forma de vida excepcional.
DIEZ CRONISTAS FUERA DE SERIE
En la lista podría incluirse, por ejemplo, y entre otros (y una disculpa pues hay más colegas por ahí; pero el tecleador se confiesa un analfabeta tecnológico para rastrear pistas en el internet), Sayda Chiñas e Ignacio Carvajal en el sur de Veracruz:
Antonio Mundaca, en la Cuenca del Papaloapan.
Eirinet Gómez López, Norma Trujillo Báez, Noé Zavaleta Vázquez y Jair García, en Xalapa.
Antonio Osorio, en Córdoba.
Fernando Inés Carmona, en Orizaba.
Ellos, entre otros, dan lustre al periodismo literario, aquel que conjuga el rigor informativo y la calidad narrativa, en Veracruz.
Pero, además, se insiste, al servicio de los precaristas.
Y más aún, con una autoridad ética y moral a prueba de bomba. Ejemplar. Excepcional, en un país ubicado en los primeros lugares mundiales de la corrupción según la encuesta anual de Latinobarómetro.
Leer sus crónicas y reportajes constituye un gusto fuera de serie, pues el lector queda informado, pero también saborea el ritmo musical de la palabra escrita.
Y, por añadidura, sabe, está seguro de que se trata de reporteros impecables en su integridad.
Incapaces de extender la mano atrás del embute.
Incapaces de conciliábulos con los políticos.
Ellos, entre otros, dignifican y honran el periodismo y en cada nuevo amanecer el ciudadano se gratifica que existan y mantiene fresca la esperanza y la fe en que en el fondo del túnel hay lucecitas prendidas para todos.
Ellos se conservan firmes en la crónica y el reportaje, que es ahorita lo que deseamos referir.
Sólo dos, Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso en Veracruz, heredero de Regina Martínez; y Eirinet Gómez, corresponsal de La jornada, además de la crónica y el reportaje también teclean una columna política.
Pero con todo, sus días y noches suman más, mucho más, reportajes que columnas.
Por eso, cada mañana el tecleador los busca para iluminar las horas del día.
Gracias, muchas gracias a todos ellos…
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/12395/portales-de-noticias-de-veracruz/los-reporteros-incomodos
