60 Segundos: * LOS PEQUEÑOS GRANDES SAQUEOS EN XALAPA


palacio municipa xalapaPor Raúl González Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

En todas las administraciones municipales de aquí y el resto del estado de Veracruz y el país, seguramente se ha sabido de los pequeños grandes robos que se realizan con los recursos públicos y por supuesto los enseres, mobiliario y otros efectos que han formado parte del patrimonio de la ciudad.

Viene al canto que siendo alcalde Enrique Hernández Crisanto, se habló de la desaparición de mil monedas de oro con el escudo de Xalapa y que misteriosamente alguien sacó de las arcas del ayuntamiento y jamás volvieron. El edil entró en un último año de la administración municipal como bombero político, pero el popular «zapatero», vecino del puerto de Veracruz, nunca aceptó los cargos y se comprometería a dar con el paradero de las monedas en cuestión.
Cuando los alcaldes terminaban su gestión, era un gusto verlos llevarse las cortinas, las alfombras y hasta las escupideras, como se dijo de la administración de Jorge Uscanga Escobar. Hubo otra, que cargó con la jardinería completa y que se luce en alguna residencia o casa chica de aquellos políticos, que no se comparan con las actuales ladronerías que cometen los noveles de la función pública.
Entre las administraciones de Ignacio González Rebolledo y Salvador Valencia Carmona, el palacio municipal sufrió la única modernización de sus instalaciones. En la esquina que ocupan arriba la presidencia municipal y abajo la tesorería, se encontraba un local que albergaba la tienda de autoservicio del ISSSTE. Fue el alcalde González Rebolledo quien negoció su salida y la ampliación del palacio municipal se dio de manera importante, como es hasta la fecha.
En ese lapso, alguien misteriosamente sacó de sus muros la enorme puerta circular, en madera de ébano, bellísima. Un portento de mueble, que separaba la entrada al despacho del edil mayor y por supuesto la sala de audiencias y recepción a los despachos principales del palacio municipal de Xalapa. Cuando se concluyó con el remozamiento, la puerta centenaria había desaparecido misteriosamente y hasta la fecha ninguno de los viejos empleados del ayuntamiento sabe algo del destino que siguió a la misma.
Esta es una parte de los pequeños grandes robos cometidos con el mobiliario que formaba igualmente un trascendente volumen de bienes propiedad del ayuntamiento municipal de la ciudad, pero que con la anuencia de los políticos en diferentes trienios ostentando el poder público, se dio pauta a socavar algo del patrimonio histórico de la otrora Atenas veracruzana.

* SÓLO UN GOLPE DE SUERTE
AYUDARÍA A LOS PRIISTAS

En realidad, todos los pronósticos son en el sentido de que el grueso de candidatos priistas a las curules federales, la tienen bastante complicada.
El resentimiento popular es mayor a los diez automóviles que les obsequiaron a los maestros, a quienes su propio dirigente Manuel Arellano tuvo que advertir que tomen sus carros, pero nadie los está comprometiendo a sufragar en las próximas elecciones en favor de uno u otro candidato y partido político.
Y en aras de un pueblo con un profundo rencor e ira, las cosas evidentemente tendrían que cobrar sus facturas en día de comicios. Las alzas en el agua, el transporte público y los operativos que realizan las grúas propiedad de particulares y funcionarios públicos, tienen al mayor número de habitantes de nuestras localidades con los cabellos erizados.
No hay que olvidar que la inseguridad pública ha enlutado centenares de hogares y a otros tantos las desapariciones forzadas, lleva al extremo de condenarlo todo. El enojo popular, debido a la creciente pobreza, el desempleo que galopa, por más que se quieran dar numeritos en contrario, la escuela que cobra al doble colegiaturas, todo absolutamente se carga a costa de los hombres que detentan el poder.
Y como no hay forma para el desquite del enojo social, que se colectiviza y aumenta, la elección que se avecina se presenta como presea de oro puro.
El colmo, que nunca en quince años se hayan autorizado las tarifas que debe cobrar el taxi, quien objetivamente roba de más a sus pasajeros. El descontento se generaliza y sólo los candidatos del viejo régimen, como lo dice Elizabeth Morales, que ella no acepta debates porque de su superioridad se aprovechan los candidatos opositores. Es posible. Pero una voz minoritaria, en una democracia –diría Giovanni Sartori–, también refleja a una parte de la sociedad gobernada.
La algarabía que acompaña a Alfredo Ferrari Saavedra es comprensible. Imagine usted a un dirigente de partido político haciendo talco los resultados de las encuestas, que muy en secreto viene realizando el ex partidazo de Moreno y Ruiz Cortines. Lo cual quiere decir que el golpe publicitario le está haciendo falta al partido en el poder, pero cuál, porque hasta los ciudadanos elegidos para hacerse cargo de las casillas electorales, en mayoría están de huida como en ninguna otra parte del territorio nacional.

* LA MODA DE SOLARES
A ESTACIONAMIENTOS

Son decenas de construcciones que han sido convertidas en estacionamientos públicos, porque los constructores de edificios quedan con un palmo de narices a no ser que edifiquen para cobrar bajas rentas, corren el riesgo de quedar sin huéspedes ni inquilinos, pacientes o clientelas, según se trate el giro para el cual el alquiler de departamentos.
Ante el terror que les genera a cientos de automovilistas el operativo de las grúas, las cuales además de tener prohibido cargar con dos vehículos a la vez, lo vienen haciendo en clara violación a la ley que acaba de apadrinar a los empresarios que explotan este giro, la cual prohíbe tajantemente que el arrastre sea con dos unidades automotrices a la vez; hay quienes poseen solares o espacios a cielo raso, sin condiciones, pero los están abriendo para convertirlos en supuestos estacionamientos públicos vehiculares.
Es decir, que el fenómeno se ha convertido en un presunto negocio atractivo, aunque dichos «aparcamientos» adolecen estrictamente de ofrecer zonas de protección a los automóviles y mucho menos de poder garantizarles sus explotadores alguna seguridad.
Sobre la calle de 5 Febrero, una de las favoritas para realizar los operativos de las grúas consistentes en cargar en sus remolques o bateas con automóviles bien estacionados, pero como dice la autoridad de tránsito que se trata de estacionamientos, estos espacios se alquilan por hora y con tarifas impuestas por sus regenteadores, sin el consenso de las instancias de tránsito del estado y tampoco las correspondientes a la policía vial.
En cambio, sobre la misma calle hay una moderna edificación, no cara en sus rentas –a decir de quienes andan de «ratonera» en «ratonera–, la cual lleva un año de haber construido dicho edificio, con los modernísimos que la arquitectura les exige, en colores en extremo brillantes y confortables a la vista, además de sus pisos, mosaicos grandes de 40 por 40 centímetros cuadrados y sus paredes con diversas piedras haciendo a la vista más armónicas sus formas, entre paredes y puertas metálicas, en colores que pudieran ser extravagantes, pero no lo son, empero, qué cree, ya cumplió su primer año y sólo uno de 9 despachos ha podido alquilar.
Médicos y abogados sostienen que los alquileres de despachos hoy sobran, porque las clientelas y pacientes en la medicina privada, igual están muy escasos, el circulante es en extremo difícil y los solares abiertos, sin ofrecer ninguna condición que garantice una protección adecuada a los vehículos automotores, se han estado abriendo a un público altamente necesitado de cualquier espacio para resguardar su unidad y no permitirle a las grúas el lujo de sustraer de la calle sus unidades automotrices para llevarlas a los corralones del desguazadero más próximo, como se les viene identificando a los existentes dentro y fuera de la ciudad.

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