60 Segundos: * PARQUE DEPORTIVO COLÓN, SÓLO PARA JUGAR BEISBOL


parque colonpor Raúl González Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Más allá de lo deplorable o eficientes que pudieran ser calificadas las campañas de candidatos a diputados federales, el sistema de vida público adoptado por los mexicanos ya se agotó. No hay promesa de los primeros, que necesariamente repercute en el gobierno, como uno de los elementos básicos de la institución estatal.

Cuando el régimen se sustentó en el unipartidismo, no hubo problema. Todos los candidatos de su membrete partidario ganaban los puestos de elección popular y duró tantos años que lo menos que puede advertirse es que funcionó de alguna forma. Había tres clases sociales, pero ni una ni otra chocaban, se necesitaban y articulaban las acciones que les permitieron la sobrevivencia con sustento en la convivencia armónica.
El Estado cumplía sus funciones, el gobierno las activaba, el pueblo recibía los beneficios de esa lucha de poderes y el congreso aprobaba a ciegas todas las propuestas del ejecutivo. Así fue en los estados del mundo desarrollado, así ocurrió y sigue pasando en la vecina tierra del poderoso Tío Sam.
Sin embargo, el insolente unipartidismo equivocó la mira y convirtió al sistema gobernante en un polvorín, sobre todo cuando se equivocó y abanderó a los caciques, a los malosos, a los pillos y trácalas. El hartazgo y el enojo popular subieron sus tonos y entonces sobrevino la oposición, el pluralismo debía aparecer y encontró que el campo minado podía ser erosionado como hoyos puede causar cualquiera de los bombazos que hoy se lanzan sobre Bagdad, matando a cien iraquíes de uno solo.
Cierto es que para que se registre una sociedad bajo el imperio de una auténtica democracia, tiene que admitir la pluralidad, porque de ésta tienen que emerger mejores formas de actuar de los gobernantes, pero igual, que cuando éstos no encuentren la salida o se confirmen como dictadores y perdonavidas, se den los congresos plurales y con la fuerza y el poder legal y jurídico suficientes, para no sólo responder, sino controlar el ejercicio del poder de los gobernantes.
Cuando todo esto ocurra, serán posibles los estados con la madurez suficiente para avanzar. No se trata de concebir una reforma electoral, que a la postre podría consumarse hacia el año 2018, en que se planteará como una realidad la reelección de diputados y las candidaturas independientes.
En esta jornada, los candidatos no enseñaron nada nuevo, primero, porque son objetivas sus personales carencias y, por otro lado, el sistema los restringe quizá.
Empero, si no ocurriera en ese tenor, ya convertidos en legisladores, si se lo proponen, bien podrían realizar una faena de avanzada para transformar el poder público, es decir, procurar que los gobernantes ejerzan con un poder apoyado en una genuina pluralidad y con una legislatura independiente, soberana y democrática para ejercer su control y ver que cumpla su cometido, sin los sometimientos a que está sujeta hoy, y no se sigan teniendo legisladores desconfiables y poco creíbles.

* PARQUE DEPORTIVO COLÓN,
SÓLO PARA JUGAR BEISBOL

Uno de los recintos sacros –si se vale– y que debiera ser intocado para los jugadores y fanáticos del llamado rey de los deportes, el beisbol, por enésima ocasión escuchan que dicho lugar va a ser atendido, cuidado y que no se permitirá más que sea destinado a patrocinar saraos, presentaciones de artistas, grupos musicales, cantantes y tampoco concentraciones religiosas, sin distingo de las tantas iglesias existentes.
Lo anterior viene a colación, porque hace por lo menos un año el parque fue remozado integralmente. Los amantes del beisbol así lo quisieran ver todos los días, porque además de jugarse en temporadas invernales, sirve de escenario a los encuentros de las distintas «fuerzas» y de vez en vez se traen novenas con jugadores de corte nacional y de ligas mayores inclusive.
Lamentablemente, la autoridad pública, al no contar con recintos al aire libre, ha elegido para conseguir sus objetivos el Parque Deportivo Colón, el cual, cada que sirve de escenario a la afición de determinados grupos artísticos, destruyen su pasto, lapidan prácticamente sus gradas y convierten en verdaderas cloacas sus espacios destinados a los sanitarios.
Cabe destacar que el parque en cuestión, cuenta con las medidas para ser anfitrión de equipos de la liga mexicana, ya que de las ligas mayores sólo vienen a Monterrey, pero no a la provincia alejada del vecino país, por excelencia beisbolero.
Un día el gobernador Antonio M. Quirasco, que era un gran aficionado al juego de pelota, patrocinó por única vez en la historia del beisbol de Xalapa una novena con jugadores de lo más granado de la liga mexicana, que todavía los viejos habitantes de la ciudad recuerdan con singulares muestras de añoranza.
Esa novena de lujo contó con Rubén Esquivias y Luis «Pasitos» Echeverría, compartiendo la primera base; Beto Ávila y Vinicio García compartieron la segunda base; Miguel Becerril Fernández era el parador en corto y Mario «El Papelero» Valenzuela ocupaba la tercera base. Como fílderes figuraban Felipe «El Clíper» Montemayor, en el jardín central; Ernesto Terán, un xalapeño, en el jardín izquierdo, y Mario Luna, en el jardín derecho.
Cátcheres: Beto Palafox y Pilo Gaspar.
En la lomita de lanzadores el gran Ramón Arano, Tomás Herrera y Enrique Castillo; el cubano de ligas mayores Luis Tiant, quien llegó al final de una temporada de la liga invernal. Como mánager de los «Chileros de Xalapa», dirigió Santos Amaro, cubano, padre del legendario Rubén Amaro, segunda base de los Indios de Cleveland, de la liga americana de los Estados Unidos de Norteamérica.
Entonces la novena de Xalapa midió fuerzas en la liga invernal de aquella época con los Pericos de Puebla, los Cafeteros de Córdoba y los Petroleros de Poza Rica. El Parque Deportivo Colón lució espléndido y más, porque había una afición muy entusiasta por el beisbol.
Una buena noticia, entre las tantas malas que se producen estos días, se ha anunciado que ya no tendrá otro destino la casa del beisbol, lo cual cae como anillo al dedo de la afición y las familias xalapeñas.

* VELADORES Y NO
UNIFORMADOS

Cuando los veladores vestidos informalmente, la vigilancia nocturna operó o funcionó con una mayor eficiencia.
En los tiempos en que andaban los vigilantes a caballo o a pie las cosas caminaron mejor. El común de ciudadanos y todas las familias xalapeñas vivieron con certidumbre y seguridad.
Pero las cosas cambiaron y no precisamente para bien.
Los uniformados de camisa color caki y pantalón negro, siguen sin obtener su registro, o a menos que lo aclare el comandante Juan Antonio Nemi Dib, porque los de uniforme azul insisten en que ellos están autorizados para hacerla de vigilantes nocturnos.
Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta cuántas policías privadas, pero que ilegalmente existen, están trabajando en la ciudad.
El ex director del IPAX, Juan Antonio Nemi Dib, asegura que las distintas siglas dedicadas a la vigilancia policiaca estarían siendo sometidas a un escrutinio y que las que adolezcan de un registro deberán cubrir una serie de requisitos, los cuales una vez cubiertos posiblemente puedan obtener su autorización para hacerla de policías de seguridad pública nocturnos.
Lo cierto es que cuando la ciudadanía contó con los tradicionales «veladores», su trabajo se distinguió por la eficiencia con que lo llevaron a la práctica dichos personajes, quienes pudieron contener la ola de ilícitos que se cometían una vez que caían las primeras horas de la noche. Hoy, difícilmente alguien se atreve a caminar por las calles de Xalapa, sobre todo en los horarios de alto riesgo para cualquiera de los ciudadanos que carezcan de influencias, que no gocen de blindajes ni armamento portándolo, o bajo resguardo en sus correspondientes domicilios.
Sin embargo, son varias las siglas que la hacen de «veladores», a los que nadie ve por las noches en calles y colonias, pero semanalmente tocan a las puertas de las familias xalapeñas para solicitar el pago de su cuota de rigor.
Contra esta última se mostró recientemente Juan Antonio Nemi Dib, titular del sistema de seguridad, quien apuntó que efectivamente no todas las policías ni guardianes públicos están autorizados, así que la ciudadanía tampoco tiene por qué pagar cuotas a grupos ajenos de seguridad sostenidos por el estado.

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