•Quizá antes la voz de Los Pinos
•Prioridad: el nuevo IEV
Por Luis Velazquez Rivera
I

En ocho meses, a más tardar, hacia la primavera del año 2016, quizá antes, digamos hacia fin de año, habrá candidato a gobernador de Veracruz.
Mínimo, del lado del PRI. Hacia marzo del año entrante, en el PAN. Se ignora si en el PRD y MORENA. Y, de paso, Movimiento Ciudadano.
Así, a los aspirantes y suspirantes sólo restan unos cuantos meses para amacizar su candidatura; pero, al mismo tiempo, para evaluar posibilidades y evitar lanzarse como el borras, por más, mucho más que en algunas columnas periodísticas defeñas citen, por ejemplo, al diputado federal, Alejandro Montano Guzmán, quien ninguna posibilidad tiene, como tampoco los llamados Chamacos de la fidelidad.
Tal cual, en el arcoíris sólo se miran en el carril tricolor, los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa.
Y en el lado panista, Juan Bueno Torio y Miguel Ángel Yunes Linares.
Desde luego, queda descartado que por ahí aparezca El bronco jarocho, pues en tiempo y forma está lejos. El tiempo, en todo caso, se le habrá ido a quienes estuvieran soñando con la oferta.
Y es que la candidatura de Jaime Rodríguez Calderón, gobernador electo de Nuevo León, empezó a formarse desde muchos meses anteriores, incluso años.
Digamos, cuando en octubre de 2009 le asesinaron a su hijo mayor de 22 años, Jaime Rodríguez Gutiérrez, y le secuestraron a su hija Valentina.
Y cuando desde uno o dos años atrás empezó a moverse alrededor de una candidatura sin partidos políticos.
Pero, bueno, pudiera darse no obstante, pues como alguna dijera Érick Lagos, los caminos de Dios para expresarse son inverosímiles.
II
Nada son ocho meses para cuajar una candidatura.
Y más cuando, por ejemplo, se recuerda que Javier Duarte reveló meses anteriores que desde el primer día como gobernador estaba formando a su candidato.
Primero fue Salvador Manzur Díaz, su compadre a quien el Pacto México descarriló.
Después, su amigo y Cupido, Fernando Chárleston Hernández, a quien ungió como secretario de Finanzas y Planeación.
Luego, se habló de que Alberto Silva Ramos, su exdirector de Comunicación Social, se había posicionado.
Ahora, en el imaginario social existe la
La espera cardiaca de los políticos en Veracruz está llegando a su fin. En ocho meses habrá candidato a gobernador. Quizá antes
percepción de que su favorito es Héctor Yunes Landa, aun cuando él mismo lo rechazó en Orizaba.
Quizá.
Pero, al mismo tiempo, se tiene la certeza de que Yunes Landa en ningún momento significa la continuidad del Maximato, en la que está empeñada la generación priista en el poder sexenal.
Tal cual, estarían utilizando a Héctor Yunes porque hay un tapado. Quizá un tapado destapado.
III
Si al gobernador de Veracruz le faltan 17 meses para terminar el sexenio, en ocho meses tendremos candidato.
Y a partir del momento la única razón de existir del duartismo, incluso, asunto de Estado, será ganar la elección de gobernador, con quien sea, pues en el otro lado está el riesgo de que el PAN, con todo y su descalabro nacional el 7 de junio, se levante en Veracruz.
Es más, para cuando el candidato priista sea presentado en sociedad, la maquinaria tricolor y el aparato gubernamental habrán de estar súper aceitados para amacizar lealtades.
Todavía más: hay 196 aspirantes y suspirantes a consejeros del Instituto Electoral de Veracruz, de los que siete serán elegidos, incluido el presidente, quienes calificarán la elección de gobernadores tanto del 2016 como 2018.
Y, por tanto, los partidos políticos están pendientes; pero de una vez tejer alianzas.
Por eso mismo, la sucesión tan anticipada que hemos vivido en los últimos meses y años en Veracruz está caminando.
Sólo falta definir casi casi lo que es manifiesto y visible, es decir, a los candidatos que en el caso del PRI será nombrado en Los Pinos, como una facultad metaconstitucional del presidente.
Publicado en : http://www.blog.expediente.mx/nota/13553/periodico-de-veracruz-portal-de-noticias-veracruz/en-ocho-meses-habra-candidato
