Por Raúl González Rivera
Los socios panistas nacionalmente están a la búsqueda de un nuevo dirigente.
El tiempo se le termina a Gustavo Madero, bisnieto del prócer de la posrevolución mexicana y primer presidente de la república, al abandonar don Porfirio Díaz el país, tras de anunciar su autoexilio con rumbo a la ciudad luz de Paris, Francia, en donde a los 85 años de edad falleciera y desde entonces descansan sus restos mortales en el panteón que lleva el nombre del emperador Napoleón Bonaparte.
Pablo Anaya y Javier Corral, se disputan aparentemente la precandidatura de nuevo dirigente nacional del partido albiazul en la república.
La maquinaria partidaria en cuestión, hasta antes del año 2000 no dejaba de ocupar un segundo o tercer lugar nacional, en la competición por los huesos públicos. En realidad nunca destacó en la búsqueda de la presidencia de México, sino hasta que la popularidad le abrió el camino al señor Vicente Fox Quesada y a partir de ese momento, es que los blanquiazules representaron una buena parte de la sociedad mexicana.
Lamentablemente, para la causa panista, Vicente Fox incumplió su cometido-promesa de echar para siempre al PRI de la residencia oficial de los Pinos.
Y de haber sido un candidato vencedor, gracias a su enorme popularidad, pero vacío intelectualmente, sin una ideología definida, ausente de la realidad social y de cometer el pecado de permitir a Martha Sahagún, que se les bautizara con el título de «pareja presidencial», acabó por sepultar la expectativa de presumir que habría PAN para medio siglo en el poder.
El presidente Felipe Calderón, como Vicente Fox, no modificaron ni renovaron la línea en el ejercicio del poder, se asemejaron en su mandato al ejercicio de los priistas y si acaso, introdujeron únicamente como novedad, la guerra contra la delincuencia organizada, lo que tiene a los mexicanos con los cabellos erizados, el miedo recorriéndoles toda su humanidad y trayendo con ellos en el trabajo, la calle y sus moradas, la sensación del peligro, la zozobra, el miedo y por supuesto la intranquilidad permanente.
Sin embargo, la probable unción de Pablo Anaya, un panista de nuevo cuño, en su dirigencia nacional, pudiera hacer cambiar la conducta política de sus militancias y simpatizantes. Es joven, buen orador y con determinación a decir suyo, cada que brinda una entrevista o dirige el discurso. Aquí a los albiazules cabe una sentencia, que les dictó a los priistas el politólogo tuxpeño Jesús Reyes Heroles, pero que no entendieron cuando les espetó textualmente aquí en Xalapa¨: «Se renueva el PRI o se hunde»… A los panistas les vendría como anillo al dedo; «Se renueva el PAN o se hunde».
No hay que perder de vista que así como acaba de suceder al PRD nacional, los figurones del partido como en el caso de los panistas, ya no están en sus nóminas.
* MANCERA, OBLIGADO A
RESOLVER EL MULTIHOMICIDIO
El jefe de gobierno de la ciudad de México, fue un excelente procurador de justicia antes de ocupar el honroso cargo de mandatario político de 20 millones de capitalinos.
Sus cartas credenciales, luego entonces, lo presentan de cuerpo entero, como un fiscal antes que mandatario político, o al menos así lo revela su procurador de justicia, a quien se le está pidiendo que resuelva a la mayor brevedad este multi-homicidio, que ha cimbrado las estructuras sociales del país y numerosos estados del resto del mundo.
Si bien es cierto, que dé inicio, se trata del asesinato del fotoreportero Rubén Espinosa Becerrill y de cuatro mujeres más, lo que enluta evidentemente a la familia periodística y a los luchadores sociales de este México ensangrentado, impone sobre todo el reto a las autoridades políticas y judiciales y de procuración de justicia capitalinas, de llegar hasta sus últimas consecuencias, como lo ha advertido Miguel Ángel Mancera.
Las pesquisas iniciales han aportado importante información que se reserva evidentemente la procuraduría capitalina.
Y es el propio Mancera, quien anunció que están abiertas todas las líneas de investigación para el caso de tratar de encontrar lo más pronto posible a los responsables del bárbaro atentado. Lo que hace presumir que el jefe de gobierno, se reserva información a detalle de las indagatorias y sus resultados, lo que en un momento a otro, dará a conocer de este espinoso asunto, que ha conmovido en forma a la sociedad en su más amplia acepción.
Cuando se ejecuta a un periodista, necesariamente dicho ataque, va más allá, porque se hace en contra de la libertad de expresión. Y en el grueso de la sociedad queda el amargo sabor de que entonces las cosas andan mal, que los indignados o molestos tienen poder, dinero y movilizan a sicarios.
El periodismo en este país, se tiene que repetir, es una profesión que se ejerce con un altísimo riesgo, más aún, porque si las fuentes se cierran la investigación queda inconclusa, la crítica mucho se realiza a la ligera, cuando todo debiera ser en contrario. Y aquí es cuando los enemigos de la verdad periodística, necesariamente apuntan inmediatamente por la desaparición, el asesinato o el ataque intimidatorio. Siendo que el oficio es como cualquiera otro, en el que sus auténticos interlocutores carecen en lo absoluto de poder, influencias y dinero.
Por cuanto a las imágenes televisivas y los mensajes de la fiscalía capitalina, se da la oportunidad de saber que algo están haciendo las autoridades policiacas y judiciales de la ciudad de México. La costumbre nos dice que los asesinatos de periodistas, suelen quedar en la impunidad, ojalá no sea el caso. El jefe de gobierno, por su calidad de ex procurador y ahora comprometido jefe de gobierno, está más que obligado a esclarecer a la mayor brevedad este multi-homicidio. Tiene los recursos y medios, para llevar a cabo las investigaciones en todas las líneas a saber.
Organizaciones sociales nacionales e internacionales y todos los periodistas de este país, están a la expectativa. Sucesos como este, provocan que los ojos del extranjero duden en serio en venir a tierras mexicanas. O por lo menos, hay muchas voces que así lo vienen difundiendo en medios impresos y las redes sociales. Esperemos.
* TAXISTAS VIENEN DE FUERA
Y NO CONOCEN LA CIUDAD
Un joven taxista, que dice venir de la vecina ciudad de Coatepec acepta que ignora el total de la situación geográfica, número de colonias, calles como se llaman y que la gente -sus usuarios- cuando saben que el conductor es un neófito, simplemente desciende de su unidad, no sin antes proferirle algunos recordatorios.
En este espacio se ha podido destacar que el 90 por ciento de los casi diez mil taxistas que circulan en nuestras calles, por venir de otros poblados del estado de Veracruz y el país, adolecen del mínimo conocimiento de la ciudad, su topografía, su situación privilegiada en la geografía estatal, cuántas congregaciones tiene y el número de sus colonias. Nones, así que el grueso de usuarios y pasajeros, truenan contra concesionarios, que sin escrúpulo alguno, están dejando en manos de automovilistas ignorantes la explotación de sus taxis.
La mayoría de conductores, son jóvenes que no rebasan los 25 años de edad, dejaron o abandonaron las aulas escolares, se hicieron de mujer e hijos, no portan licencia de manejo una mayoría y cuando se les pregunta, si acudieron a un curso de capacitación, que les muestre las bondades de hacerla de taxistas en la capital del estado, lo desconocen todo, con algún cinismo muchos de ellos, otros se sonrojan y los menos dicen estar dispuestos a que les rindan la información que se relaciona con la ubicación de arterias públicas citadinas, ya no las que se ubican en la lejanía de las 345 colonias, sino las céntricas. Porfavor.
Y es que sobre todo en estas dos semanas de asueto de burócratas y estudiantes, las fallas en la materia se han tornado objetivamente visibles. Los taxistas son alquilados por viajeros, turistas y visitantes y tienen que bajarse de las unidades en cuestión, porque sus choferes desconocen la situación de las calles y avenidas y colonias, lo que además provoca otro problema, que dichos prestadores de servicios caigan en la cuenta de preguntar a sus clientes, que nunca han estado en Xalapa, por los rumbos, que solo contaditos taxistas dominan plenamente.
Un problema grave, si se quiere ver con detenimiento y el apremio de ofertar servicios a los visitantes y viajeros locales de primer orden, porque en lo que están incurriendo nada tienen de eficientes, profesionales y oportunos.
Se cuenta de una capacitación que supuestamente se brinda a los taxistas de turno, pero que sin ser expertos, xalapeños auténticos, sostienen que tendría que ser enriquecida con una plática por lo menos antes de iniciar su nueva chamba, de introducción a la ciudad y por supuesto, como acompañamiento literatura en unas cuantas páginas que se relacione con las más elementales orientaciones sobre geografía, historia, costumbres, colonias y congregaciones de la ciudad. No les entregue usted a los taxistas una abultada lección, porque de ella salieron huyendo muchos de esos deficientes choferes tanto de sus rancherías, municipalidades y ciudades.
EfACICO 