
La sociedad ha experimentado en los últimos años una fuerte regresión desde las más diversas perspectivas. De nada han servido los grandes adelantos sociales que empezaron a generarse a principios del siglo XX, inspirados en un constituyente con un elevado sentido social, sí ahora precisamente experimentamos un severo retroceso.
El régimen de Porfirio Díaz, tan denostado por la elevada marginación en que tenían a grandes sectores sociales y que llevaron incluso a su destitución en 1910, fue el sustento de la revolución mexicana y que durante varias décadas fue el discurso inspirador del Partido Revolucionario Institucional.
Sin embargo en la actualidad ya no es así. Todas las conquistas sociales y las grandes reivindicaciones de los trabajadores están siendo amenazadas por la doctrina neoliberal, alimentada por los grandes países capitalistas y organizaciones como la OCDE que son asesoras de gobiernos para indicarles la manera en que deben gobernar, con una clara intromisión con sus sugerencias y recomendaciones.
La Europa de fines del siglo XVIII y principios deI siglo XIX observó con azoro el inicio y el auge de la revolución industrial que trajo grandes transformaciones tecnológicas, políticas y sociales. Se caracterizó por un acelerado desarrollo, principalmente en Gran Bretaña, donde las transformaciones técnicas propiciaron la excesiva demanda de mano de obra que llegó al grado de la explotación laboral.
Fue el comunista Federico Engels, quien fue uno de los primeros filósofos que englobó y documentó esta problemática y, posteriormente, Carlos Marx escribió El Capital, donde hace una meticulosa descripción de las relaciones capitalistas y cuya tesis principal es la explotación de la mano de obra, sugiriendo otra forma de gobierno más socialista y equitativo.
Lo que ahora pretenden los gobiernos de varios países, incluyendo al nuestro, es precisamente lesionar las grandes conquistas sociales que habían sido el resultado de muchos años de lucha social y la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Se pretende aniquilar sus logros y las grandes conquistas que habían realizado en beneficio de la clase trabajadora. Ahora, se pretende revertir tales beneficios, sin que en muchos de los casos los trabajadores se percaten de tal embestida o, tal vez, porque ni siquiera se dan por enterados.
Sólo basta en observar las condiciones actuales del México de hoy para darse cuenta que existe una intención manifiesta de perjudicarles en todos los sentidos. Se aduce de problemáticas financieras para desdeñar el pago de las pensiones y se les quiere quitar los beneficios obtenidos, consecuencia de un pacto social.
EL PAPA SE PRONUNCIA CONTRA
DOMINACION HEGEMONICA
En pleno corazón del capitalismo, durante la visita del papa Francisco a los Estados Unidos, dijo que no es conveniente que sean unos cuantos países que pretendan dominar al mundo a través de sus políticas hegemónicas. En sus palabras, expresó que son unos cuantos países que están tejiendo una red para someter a los más diversos países, incluyendo a las naciones latinoamericanas.
El llamado del Papa es una reflexión de una gran trascendencia, porque advierte precisamente de las fuertes y feroces embestidas del gran capital en contra de la clase trabajadora que ahora se ve afectada en sus intereses.
Llevada a sus más elevados extremos, observamos en nuestra aldea local este tipo de agresiones a través de privatizaciones de empresas que por ningún motivo deberían ser separadas del ámbito público.
El primer paso que dan en sus perversidades es aplicar la corrupción, utilizarlas de caja chica y luego, en vez de meter a la cárcel a los defraudadores, aducen que requieren de una administración privada aún en contra de la opinión popular que de entrada desdeña este tipo de soluciones.
Y hasta la próxima.
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