
Marina Fernández, tiene 28 años, ojos cafés claros, tez morena y cuerpo curvilíneo. Tiene también dos niñas de tres y cinco años de edad a las que cuida su madre de 70 años, jubilada del ISSSTE, quien llegó como muchos chilangos atraída por las aguas cristalinas de Cancún y la seguridad que carece el Distrito Federal.
Conoció a Arturo cuando observó a sus compañeras de trabajo hablar en voz baja y dirigiendo la vista hacia el departamento de joyería, se referían a él; un cuarentón guapo, delgado, vestido a la moda y perfumado, fue precisamente lo que más recuerda de él, olía a Dior Eau Sauvage, una de las fragancias más vendidas en la tienda departamental del Malecón Américas.
De ese olor a notas frescas de limón siciliano, vetiver y notas amaderadas que la embriagaba de amor al recostar la cabeza en el pecho de Arturo, solo queda la botella de 125 mililitros en el tocador de su recamara, en donde aún permanece la fotografía de ambos en el parque Xel.Ha
Hace ocho meses fue detenido junto con cuatro más en posesión de tres kilos de cocaína, una báscula, dos pistolas calibre 45, exclusivas para uso de las Fuerzas Armadas y un centenar de pastillas psicotrópicas, cuando circulaba en su automóvil Mazda Cx 7 sobre la avenida Bonampak.
Marina, que pensaba en casarse con Arturo, pasó del asombro por la detención del “empresario” que la enamoró a la más cruel realidad cuando se vio en la necesidad de pagar cada semana elevadas cantidades de dinero para que no lo golpearán, tuviera un espacio en la celda sin ser molestado, no hacer la penosa faena, salir a tomar el sol e incluso no tener que compartir su ropa y alimentos.
Más adelante, sin imaginar lo que vendría, Marina, de belleza deslumbrante, comenzó a vivir la peor pesadilla de su vida; en una de las visitas conyugales, uno de los líderes del autogobierno de la cárcel de Benito Juárez la observó detenidamente. Desde hace dos meses paga con relaciones sexuales para que Arturo siga con los mismos “privilegios”.
Con nombres ficticios, ésta es una de las tantas historias de mujeres que, sin saberlo o conociendo las actividades de sus parejas, arrastra la delincuencia organizada en Cancún, en donde en lo que va del año se ha registrado 29 ejecutados, cuatro más que en el mismo periodo del año pasado y detenido a 600 personas vinculadas al narcotráfico durante la actual administración estatal.
Según el Observatorio de Violencia Social y de Género, un importante número de mujeres en el municipio de Benito Juárez y zonas aledañas viven altos índices de violencia extrema con riesgo de latente de muerte, debido a diversos factores entre los que destacan que su pareja pertenezca a grupos delincuenciales o sea adicta a drogas legales e ilegales.
Nicodemo
Mi solidaridad para mis compañeros reporteros de Radio Ayuntamiento y del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social que, obligados por sus jefes, ahora deben monitorear en tiempo real, paso a paso las actividades de los políticos de oposición.


