Por Rodolfo Calderón Vivar
Para nadie es un secreto que quien realmente gobierna en Veracruz es Fidel Herrera Beltrán. Su equipo ha pasado intacto de una administración a otra y, no solamente eso, lo ha incrustado en el Congreso de la Unión a través de sus jóvenes alfiles más selectos. Por eso llama la atención que, conociendo muchos al presidente Peña Nieto y su opinión personal sobre el político de Nopaltepec, y de paso sobre el gobernador Javier Duarte, el presidente no haya tomado hasta el momento una decisión drástica sobre lo que, a todas luces, es un ejemplo de como no gobernar un estado en los tiempos de reestructuración que vive el país bajo el gobierno peñista.
Convulsionado por una deuda inmensa e intensa, acumulando una larga serie de atropellos a la prensa y a diversos sectores de la sociedad, sobretodo a los empresarios, el gobierno fideliduartista. no solo se mantuvo cinco años de vaivenes y timonelazos. soportando el desprecio presidencial. sino emitiendo discursos llenos de desplante, propios del estilo fidelista, de ningunear situaciones anómalas y promover la imagen de que el poder está a lo máximo, pésele a quien le pese.
Veracruz, así gobernado, vivió su peor época de administración gubernamental en los último 60 años. Con un grupo compacto de jóvenes políticos mal conducidos por la soberbia, la carencia de ética e inmoralidad del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, el gobierno veracruzano va de traspiés en traspiés, amparado en el no pasa nada y en las puertas abiertas, primero de Miguel Angel Osorio Chong, después de Aurelio Nuño, y casi medio abierta de Beltrones, para cobrar bríos de permanencia, e impunidad, y, ¿por que no?, de insistir en ataques velados a través de cierto sector de la prensa contra el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, que son puntualmente registrados e interpretados de quien realmente vienen.
Visto así, Veracruz es una prueba rampante de la debilidad presidencial ante un estado, donde su clase política, la que actualmente parte el queso y reparte las porciones, no duda en pitorrearse de la fuerza del presidente. Se pitorrearon de él como candidato, abonando a la causa ajena a la hora de las votaciones para la presidencia de la república en las que, por ejemplo, perdió en la votación el candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, y ganó Josefina Vázquez Mota, ¡Ah! y también ganaron los dos candidatos a senadores priistas, José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa. Haga usted cuentas.
Pero el máximo pitorreo es el de la sucesión gubernamental, donde cualquier analista avezado se daría cuenta que en realidad las cartas para la sucesión de Fidel Herrera, no solo son Erick Lagos, Alberto Silva y Gerardo Buganza Salmerón, éste último dizque en el rumbo de la independencia pero rodeado de un equipo de políticos de la administración estatal, actuando de manera soterrada, para apuntalar el plan B; sino los otros dos precandidartos del político de Nopaltepec lo son también Héctor Yunes Landa, protegido de Beltrones -y amigo de Fidel-, y José Yunes Zorrilla, protegido de Luis Videgaray -amigo también de quien sea con tal de ganar el estado en mira de la sucesión presidencial-.
Y no digamos de otros precandidatos más que Fidel debió contactar ya, en el PRD, como Moreno Brizuela, y cabildeados por figuras como Vicente Benitez, en pos de la obtención de la gubernatura de dos años que está por venir, y en la que, si se analizan con tiento, todos los precandidatos en pugna, de una y otra manera, deben su posición actual precisamente al tío de Nopaltepec. Y en ese caso, actuarían aplicando el mismo síndrome del actual gobernador, de agradecimiento y alianza para con el político cuenqueño. ¿O a poco cree usted que conociendo las cosas como se manejan en la política veracruzana, tendrían tantos seguidores de norte a sur, por ejemplo, Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla? ¿Y a poco se la cree que irían contra el pescado grande y moreno, ya no digamos contra el pescado chico y gordo?
Ante ese panorama, todo se percibe como que en Veracruz han configurado la peña politica Todos Unidos Contra Peña Nieto, no dando respiro alguno para cualquier decisión presidencial, porque de hecho ya se maneja que la decisión de la candidatura es por José Yunes, para continuar en el siguiente periodo con Héctor Yunes, porque así conviene a Veracruz, por supuesto con la anuencia de Peña Nieto, asegún. Pero la cuestión es que tal vez ahora si, el presidente decidió ya intervenir y poner en orden el estado, por lo que este arroz ya se coció, y generoso como es, hasta decida que sigan como flechas los Yunes priistas. hacia su destino ya manifestado por ellos, hasta que las elecciones los descarrilen, a ellos y a sus padrinos nacionales. Las señales ya han comenzado a aparecer.
EfACICO 