Aparte de ofender a los indígenas de este país, el titular del INE ahora quiere su nuevo edificio de mil cien millones de pesos, lo que en el grueso de la sociedad mexicana causa una gran y consentida indignación y repulsa.
De qué se trata. Porque el régimen federal se ha amarrado los pantalones al extremo de respirar estrictamente lo necesario.
El enojo popular no encuentra muro de contención. Explotó una vez que supo la especie. En tiempos de absoluta austeridad, de perseguir a funcionarios públicos ladrones, de consignaciones tan graves como son los presuntos asesinos de los 43 normalistas y de los once policías que dejaron ir a El Chapo de la cárcel.
Cómo está eso de que Lorenzo Córdova Vianello quiere casa nueva. Su costo es de mil cien millones de pesos en un país cuyo sistema de partidos políticos es desconfiable al casi cien por ciento y, peor aun, el árbitro electoral hace mucho que cayó en desgracia ante ojos de los electores mexicanos.
Se sigue recordando a José Woldenberg como el único momento en que tanto los comicios como el anterior instituto federal electoral gozaron de la confianza pública. Ni antes ni después. Quedan resabios de los resultados en cuando menos dos sucesiones presidenciales, y en la última elección de diputados federales, donde la parcialidad de que fue acusado el INE le será recordada por el resto de su mandato bajo las barbas del académico Lorenzo Córdoba.
Semejante construcción, con la carga brutal de problemas y exigencias sociales sin ser resueltos, resulta una total incongruencia. No son gratuitas las condenas del magisterio a la reforma educativa, ni los mítines con la desesperación de quienes sienten que van a ser cesados de antemano de sus puestos de trabajo. Los 63 millones con hambre, los pensionistas correteando a sus patrones para que les paguen sus mensualidades. No. El país de los 9 millones de «ninis» no puede darse ese lujo, que sólo corresponde a los regímenes dictatoriales, intolerantes y gravemente paramilitarizados.
Si la vergüenza fuera compañerita fiel de los dirigentes partidarios y los padres conscriptos y padres de la patria, respectivamente, los cuales –o muchos de ellos– andan en todo, menos en sus funciones legislativas, seguramente a estas horas ya habrá mostrado públicamente su rechazo, condena y repudio siquiera a la idea de pretender una construcción en un país de pobres, de alta criminalidad y desconfiable por los cuatro costados que se le quiera ver.

* MUERE DON PEDRO RIVERA,
POLÍTICO Y GANADERO

Un político de cepa, experimentado en el rubro de la industria agropecuaria, estimado en su tierra natal de San Andrés Tuxtla, poderoso ex director de ganadería en dos sexenios consecutivamente, los de los gobernadores Fernando López Arias y Rafael Murillo Vidal.
Cumplió en su tiempo y momento histórico. Fue pieza importante en la generación de una rica industria como fue la cárnica, pues entonces la sociedad veracruzana consumía los productos que aquí se producían. Los primeros contactos con la industria cárnica del extranjero quizá fueron, pero no la motivación vertebral de la producción veracruzana.
Combinó la actividad como funcionario público con las actividades políticas, de manera que siempre supo ganarse el aprecio de la gente y sus jefes inmediatos superiores. De carácter afable, supo destrabar los conflictos entre hombres de la producción y los políticos, en sus tiempos de delegado priista en la región de Los Tuxtlas. Supo salir sin rasparse y con la condición de haber servido a los suyos en la Suiza veracruzana.
Últimamente combinaba sus días de estar en su natal San Andrés Tuxtla y esta capital. Hace cuando menos diez meses fue intervenido quirúrgicamente de una hernia hiatal, la cual se le complicó posteriormente y le dejó secuelas que fueron determinantes en el resto de su existencia. Sin embargo, las ganas de vivir le hicieron sobreponerse, quien finalmente falleció ayer en la madrugada, a los 88 años de edad, en su residencia particular de esta ciudad capital.
Don Pedro, como todos lo conocían, seguramente es todo un personaje en la vida pública y productiva del estado de Veracruz. Ganadero de origen, incursionaría en las tareas públicas, siendo director de ganadería con los gobernadores Fernando López Arias y Rafael Murillo Vidal, quienes se dirigían siempre a don Pedro con una singular deferencia.
Por su lado, el PRI seguramente le debe rendir un homenaje y que sirva para las generaciones que se capacitan en las lides juveniles, pues mientras el personaje aludido representó a su partido en la Suiza veracruzana, iguales fueron los puntos de acierto para su institución partidaria. Supo conciliar intereses, amalgamar victorias electorales y hacer producir el campo agrícola y pecuariamente.
Al final del día, todo un personaje, al que se le debe, entre otros proyectos productivos hasta la fecha, la Posta Zootécnica que opera desde entonces en la vecina ciudad de Banderilla.
Descanse en paz.

* LA MEJOR REVISTA DE
DESNUDOS YA NO LO HARÁ

Playboy, la revista de los desnudos, ya no hará más la publicación de sus conejitas y las beldades que cobraban alrededor de los 300 mil pesos por aparecer en alguna de sus páginas.
Coleccionistas famosos en la provincia mexicana, quedaron de una pieza con el anuncio a todas luces tremendista. El gran negocio que a la revista Playboy le redituaba ganancias de muchos millones de dólares, ya no lo será.
Dejarán de circular 800 mil ejemplares, según se lee, y que llegaban a los cuatro puntos cardinales del planeta Tierra. El maestro Fernando Winfield Capitaine, antropólogo de profesión, autor de numerosas obras en materia de su especialidad y ganador de muchos premios dentro y fuera del país por lo mismo, en sus archivos conserva precisamente más de dos mil exquisitas fotografías impresas en las páginas de Playboy, que en días de la navidad caballerosamente hacía llegar a sus amigos como un inédito regalo.
Admirador de la belleza femenina al natural, el intelectual veracruzano conserva en su amplia biblioteca los centenares de ejemplares aparecidos hasta el momento, en cuyas ediciones también hizo publicar a numerosas beldades mexicanas. Esto no quiere decir que la revista ya no las publicará, no, simplemente que será otro su estilo. Ya no incluirá imágenes de mujeres totalmente desnudas. Esto a partir del mes de marzo de 2016.
El director de la publicación, Scott Flanders, en diferentes medios hizo saber que cambiará el sentido de su revista. Son otros tiempos. Los desnudos ya no son la razón del negocio como tal.
La revista, como se recuerda, obtuvo un rotundo éxito pese a ser editada en los Estados Unidos de Norteamérica, en esos días un país extremadamente conservador, como en mucho sigue siéndolo. Playboy luchó por la conquista no sólo por la libertad de expresión, sino también por la libertad sexual. Se lee en ediciones publicadas en Los Ángeles, Estados Unidos de Norteamérica y diversas entidades del interior de este país.
En los años iniciales de la revista, única en su género y que pronto ganara la trascendencia entre sus lectores, empezó tirando más de 5 millones de ejemplares, esto hace alrededor de 60 años, siendo en la actualidad de sólo 800 mil ejemplares. Por supuesto, la revista seguirá saliendo a la circulación con un moderno contenido, pues además pretende seguir haciendo periodismo trascendente, como lo suele hacer, con las páginas dedicadas a los temas de interés general, político y cultural en que se divide el contenido de Playboy.
Obviamente, para coleccionistas, de entrada, este anuncio será un gran golpe, pues costumbre suya a través de los años ha sido adquirir y conservar todos sus ejemplares, pues con el singular estilo de Playboy ninguna otra publicación en el concierto de éstas y más aun las dedicadas a difundir fotografías de desnudos femeninos. Esperemos.
Ya no más compras a hurtadillas, que hacen las señoras de su revista favorita, para llevarla a sus esposos, comenta aquí la vendedora de revistas y periódicos del expendio más concurrido en el centro de la ciudad, por caso.