
Lo primero que llama la atención es el vodevil en que se convirtió el ambiente político veracruzano. Por un lado un político fuera del presupuesto, Fidel Herrera Beltrán, vuelto a incrustar en la nómina para tenerlo ubicado, y dándole nuevamente la oportunidad de los reflectores, aunque exponiéndolo así al escarnio público nacional e internacional, lo cual pues lo tiene sin cuidado, pues dice él que todo es tenebra de Miguel Angel Yunes. Por otro lado un gobernador que como Javier Duarte, está magullado del rostro y con los ojos morados, pero sin embargo se levanta para anunciar que el último round noqueará a todos sus rivales, pagando el 90 por ciento de la deuda enorme que tiene su gobierno en lo que va del sexenio; asi también, por el lado de arriba, las manos directas de Beltrones y Gamboa operando para llevar a la unidad al partido tricolor, de aquí al 24 de octubre, considerando que con la llegada de Alberto Silva Ramos, se afianza el pacto del Palacio de Covián para llevar por buen camino las próximas elecciones gubernamentales.
Ahora si que los jarochos priistas están hechos bolas porque hasta hace un mes todo estaba encaminado a la entronización de los Yunes buenos, al frente de la candidatura de gobernador por 2 años, a disputarse en el 2016, pero los giros que dió el destino parece operar en contra de ellos. O al menos, más a favor del grupo fidelduartista que de los senadores broncos y echados para adelante, conminados ahora a sumarse disciplinadamente para participar en la ceremonia de entronización de El Cisne como nuevo mandamás del tricolor en el estado.
Lo que se percibe también de Veracruz es que es ya un circo de tres pistas: en la primera, Fidel Herrera es impulsado como el hombre bala, desde el poderoso cañón de la diplomacia para ser situado lo más lejos posible de Veracruz, en una función pública que, sin embargo, permite su vigilancia constante tanto visual como electrónica. Allá en Barcelona se inicia en las funciones diplomáticas afines en su rango, en el entendido de que su inquietud, efectivamente, lo hará proclive al uso del Blackberry y hasta de las palomas mensajeras para no perderse las lides de la próxima elección, pese a su promesa en el Pacto de Covián.
En una segunda pista, la Troupe Fidelina, hace maromas en el trapecio, ayudados por el sostén del trapecista principal , Alberto Silva, que se encargará de proteger el envión en el que dará la voltereta simple: Erick Lagos; y en el que dará voltereta y media para ser agarrado de los pies, José Yunes Zorrilla; y en el que habrá de dar el doble salto mortal sin red alguna: Héctor Yunes Landa. Obviamente puede soltar a uno de los tres, o dos, o si desde arriba se lo indican, soltar a los tres. Alberto Silva está cumpliendo fielmente el papel que tuvo a su cargo Rudolph Hess, en el último año de gobierno de Adolfo Hitler.
Para la tercera pista, Javier Duarte es el patiño principal del acto de magia del Mago Beltrones, Il non castrati, quien tiene un repertorio amplio para hacer magia con el singular gobernante; bien lo puede meter a la caja del aserradero y partirlo en dos, o lo puede sostener en el aire por largo tiempo, pasándole un aro, talla 80, de los pies a la cabeza y de la cabeza a los pies; o lo puede cubrir con la capa mágica, desapareciéndolo por un rato o para siempre, según se pongan las cosas, a decisión del dueño del circo, Don Enrique, quien para ser sincero le gustaría borrarlo del mapa, cambiándolo por el Mister M, quien ya está calentando afuera del circo, desde hace días, por si las dudas.
El circo de la ignominia inicia así temporada, bajo el evidente sino de que al dueño del circo no le interesa en lo más mínimo lo que le suceda a Veracruz, es decir, no tiene pensado que sea un bastión importante que deba ganar el PRI para asegurar el triunfo en el 2018, porque ya se vió que perdiendo él mismo, en el 2012, aquí en Veracruz, de todas maneras ganó la presidencia. Otra cosa es lo que piensan el Mago Beltrones, Luis Videgaray y Osorio Chong y por eso están detrás de cada acto que se efectúe durante la función circense que inicia con el desfile del Cisne, en su toma de posesión. Ellos si creen que todo marchará conforme a sus estrategias.Que plancharán a todos los protagonistas;que sellarán todas las cicatrices; que ganarán en todas las casillas.
Pero atención, dadas las circunstancias, uno de los momentos más cautivadores de la función circense será el doble papel que jugarán los dos Yunes, Héctor y Pepe, pues no solo actuarán como trapecistas, sino también como payasos, en el momento del número de la entronización del Cisne como dirigente estatal del circo, enmedio de un gran desfile apuntalado por la presencia del mago Beltrones, Il non castrati, y ante una audiencia traida de todas partes del estado, deseosos de reirse en el momento que aparezcan como comediantes los mencionados opositores a la llegada de Alberto Silva, tragándose dignidad, compostura y principios. Ahi se verá de que madera están hechos. Claro está que bien pueden no asistir y demostrar que su fortaleza es de un roble y su voluntad inquebrantable. Esa es la incógnita que será resuelta cuando se abra el desfile del espectáculo más grande del mundo veracruzano.

