Abriendo Brecha: Imposicion educativa


Por Héctor Saldierna Martínez

Por Héctor Saldierna  Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la  Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Héctor Saldierna Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

La Reforma Educativa y la evaluación de los maestros es uno de los principales objetivos de la presente administración federal. Teóricamente se afirma que esta reforma tiene como objetivo mejorar el sistema educativo y que el magisterio entre a un proceso de mejoramiento para que haya mejores educandos.
Se oye bien. Sin embargo la realidad es muy diferente. Un análisis que sobre el tema advierten miembros del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), nos podría dar luz sobre un tema que ha sido mediatizado a un grado excesivo:
“Se limita a regular las condiciones laborales del magisterio a través de procedimientos de evaluación que lejos de contribuir a la mejora docente, conforman un aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos de manera vertical y autoritaria los profesores”.
Es verdad que para hacer una reforma se requiere necesaria y obligatoriamente la presencia y participación de todos los autores. En este caso, los maestros no han sido consultados previamente y se les quiere endilgar una evaluación en donde, también, se desconfía plenamente de la capacidad de los evaluadores.
Llama poderosamente la atención la entrada informativa de una nota al reseñar al día siguiente la evaluación que hicieron en el Estado de Michoacán: “Fue todo un éxito la participación de la Policía Federal…” Esta información mueve a una profunda reflexión porque el criterio oficial, a través de esta referencia, es que la policía fue la exitosa al someter a los maestros a una evaluación de la que no están de acuerdo.
Y para no variar en esta sintonía, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, anuncia que el examen que será impuesto en el Estado de Oaxaca, se contará con 10 mil policías federales, la misma cifra que se dispuso en la entidad michoacana.
La actitud de la administración se observa inflexible y que no existe ni siquiera la mínima negociación, no obstante que en todas las facetas de la vida debe imperar la flexibilidad y el entendimiento de todas las partes. Pero de ninguna manera puede concebirse con un método autoritario.
Algunos de los integrantes del Consejo de Educación, que son del CINVESTAV, la UNAM y Colegio de México han introducido la propuesta al sitio change.org, donde ya tienen miles de seguidores. Y advierten:
“Se les concibe como objetos y no como sujetos, actores imprescindibles en la transformación requerida. La reforma se ha fincado en la estigmatización del magisterio. Con ello, no se sólo se perdió al actor principal de cambio en los procesos educativos, sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación límite: someterse o perder el empleo”.
Se puede considerar este análisis objetivo y desprovisto de cualquier tendencia. Surge del conocimiento de los miembros del Consejo Educativo y su perspectiva de una reforma que más bien busca metas de carácter laboral y no conlleva lo que sería lo más esencial: mejorar al sistema educativo.
Sobre los criterios de evaluación, anotan:
“Son imperfectos y poco confiables. El apresuramiento en su diseño y construcción han impedido una evaluación adecuada de las pruebas y existe una gran improvisación en la capacitación de evaluadores. En suma, no se garantiza una evaluación confiable y en cambio se ponen en juego las condiciones de vida de cientos de miles de profesores”.
Creo que es el momento para que haya reflexiones. Desde el momento mismo que los profesores se han inconformado por esta evaluación es porque no han sido tomados en cuenta. La parte oficial también tiene que ceder y otorgar al diálogo un sitio prioritario porque nunca el autoritarismo y la imposición podrían tener excelentes resultados.
En Veracruz hemos observado fehacientemente la represión que sufrieron los maestros y, para colmo, también unos periodistas fueron agredidos. Es ilógico que en asuntos de educación, lo menos que se ha visto es esto precisamente.
Esta no es la manera de evaluar y menos la de imponer un criterio.

Y hasta la próxima.

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