por MARÍA GUADALUPE RICO MARTÍNEZ
Mark Zuckerberg y esposa Priscila Chan, presentaron esta semana a su primogénita recién nacida, Max. El creador de Facebook donará 99% de acciones que tiene en la compañía, para: avances en educación y salud, reducción de la pobreza, igualdad de los derechos y, energías limpias con el fin de futuras generaciones vivan mejor.
En la COP21 de la ONU sobre cambio climático que se realiza en París, el emprendedor de 31 años junto con el fundador de Microsoft, Bill Gates y Jack Ma. Fundador del gigante chino Alibaba, anunció la creación del multimillonario proyecto sobre energías verdes llamado «Breakthrough Energy Coalition», fondo que alimentará el grupo formado por 28 miembros, de 10 países.
Repasé ese directorio de acaudalados universales, ausente el nombre del connacional. En la lista Forbes 2015, de los primeros 20 millonarios del mundo, 15 son norteamericanos. Desde hace varios años juegan a estar en primer sitio, Bill Gates y el mexicano de 75 años Carlos Slim.
Slim, constantemente es criticado por vivir en un país con 55 millones de pobres (Coneval) pero además sostiene entre otros puntos que las jornadas laborales deben ser de tres días a la semana y de menos horas de trabajo diario en aras de elevar el nivel productivo; la educación masiva apoyada por medios digitales. ¿En qué país cree que vive? Señor Slim pues, de dónde, cómo…
Zuckerberg es empresario joven sabe que su fortuna irá más allá de los hijos de sus hijos, prefiere compartir a sabiendas de un mundo mejor. Sensible lección para Slim, que falta a los hechos en serio. Me acuerdo de él cada vez que uso mi celular y compro recarga de $200 mensuales a la que me ajusto, pues no deseo invertir en su empresa un peso más, salvo vea que piensa como el dueño del sitio web de redes sociales. Me atrevo a decir, la pequeña Max llegó con “torta bajo el brazo”. Comenzar a edificar el planeta al que tiene derecho de disfrutar las generaciones futuras.
DAÑOS.-La organización independiente holandesa PAX analizó las consecuencias de la guerra civil siria – 2009-2015- desplazó a millones de civiles y los escombros liberaron sustancias nocivas, metales, bifenilos policlorados más conocidos como PCBs y, amianto.
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