60 Segundos: * APAZAPAN, ENTRE LA POBREZA, LOS MIGRANTES Y LA CEMENTERA


* ATRÁS QUEDÓ EL FERVOR
POR LA GUADALUPANA

 Por Raúl González Rivera
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Con el cierre magistral que hizo el arzobispo emérito Sergio Obeso Rivera, al hacer un llamado a la conciencia ciudadana en el sentido de que se porte bien, que no aspire a la deshonestidad como muchos empleados del gobierno que enriquecen asquerosamente, pasaron a un final feliz las fiestas de El Dique.
A diferencia de otros años, inclusive el anterior, el número de peregrinaciones aumentó objetivamente.
Es decir, que a mayor inconsciencia de los mexicanos, es más el amor a Dios y la iglesia católica, lo que movió a cientos de miles.
La respuesta que dieron muchos de los feligreses, que se arrodillaron y lloraron frente a la imagen de la Virgen del Tepeyac, es que la vida es muy difícil, hay muchos problemas y estamos cansados de la criminalidad, la pobreza y la injusticia.
En este contexto, el llamado de los prelados de la iglesia católica fue en el sentido de que los hombres públicos ya no roben tanto y vean por las exigencias sociales y materiales del pueblo, las cuales lo agobian, lo acorralan en una calle sin aparente salida.
El estado paternalista ya dio de sí, pero reemprender persiguiendo y matando no va a conseguir que la sociedad reconozca que también mucha de su miserable existencia se deba a ella misma.
La concurrencia al santuario de El Dique rebasó los pronósticos aun más reservados de las autoridades eclesiásticas. La cantidad de peregrinos que se dio cita en el barrio de El Dique dio una demostración de que la fe conmueve y mueve al más templado. Sin embargo, lo dicho por Obeso Rivera tiene su razón de peso, cuando advierte que ojalá no sea sólo por el momento, sino todos los días de sus vidas.
La deshumanización seguramente trata de ganar la carrera a la misericordia y las buenas costumbres. Porque de qué vale haber realizado un peregrinaje a lo largo de todo el territorio veracruzano o del interior del país, para llegar puntuales a su cita con la Guadalupana en su día de días, si al regresar a sus moradas el olvido sobreviene y las prácticas delincuenciales se apoderan de legiones de compatriotas, como está sucediendo en días como los que corren.
Esto pareciera alertar el mensaje de los altos dignatarios eclesiásticos Hipólito Reyes Larios y Sergio Obeso Rivera, cuando la debacle pareciera a veces apoderarse de las conciencias de mexicanos, que perdieron la fe seguramente y hacen esfuerzos por rescatarla, debido a que los enemigos están allí afuera, prestos para lastimar y rencorizar, porque hace mucho que la paz que gozaron les fue robada.

* EL RITUAL DEL PRI,
POR CONVENCIONES

Domingo de fiesta sólo para socios priistas.
Ya no se escucharon las fanfarrias ni tamborazos de los viejos tiempos, cuando Roberto Madrazo, por caso, lideró al PRI nacionalmente.
O cuando don Jesús Reyes Heroles hacía su aparición en los plenos del partido y la concurrencia se daba procedente de todos los rincones del país.
Sin embargo, los priistas tuvieron su fiesta en la municipalidad de Boca del Río, para seleccionar el método que aplicarán en la elección de candidato del partido mayoritario sobre tierras veracruzanas.
Héctor Yunes Landa dijo que sigue confiando en ser el próximo abanderado de su partido a la gubernatura de dos años.
Y lo suyo espetó el peroteño José Yunes Zorrilla. Y algo que los dos asentaron y dejaron bien precisado, que son militantes del PRI, que seguirán siéndolo y que en esta búsqueda de candidatura consideran tener los suficientes merecimientos y trayectoria dentro del tricolor sin tache.
Ambo afirmaron que esperan el concurso de los militantes del partido en la celebración de las convenciones –lo cual quiere decir que serán varias– y de allí en adelante, lo que les marque la historia partidaria tricolor.
Desecharon la realización de encuestas y, en apariencia, igualmente queda descartado el clásico dedazo en esta elección. Vistas así las cosas, al juego de esta selección puede jugar cualquiera de los priistas existentes sobre tierras veracruzanas, por la presea consistente en la silla de mandamás constitucionalmente hablando.
Siguen pendientes los socios panistas y perredistas en dar luz a su candidato, cuya selección será entre dos aspirantes. Jesús Mancha y Rogelio Franco Castán se aprestan a llamar a sus huestes y que sean ellas quienes decidan por uno de los dos nombres de singular peso para conseguir las banderas de la alianza ya pactada previamente.
El PT, que bien pudo lograr su rescate y vuelta al ruedo de lo político, seguramente buscará aliarse a alguna de las fracciones partidarias, pero no cruzará los brazos a esperar que un milagro le permita retornar con un candidato suyo a la contienda que se avecina. Sería muy arriesgado para su permanencia en las lides partidario-políticas.
Por cuanto hace a Morena, esta maquinaria ha sabido guardar absoluto silencio. Su reserva de seguidores, militantes y simpatizantes es la que le heredará su guía nacional Andrés Manuel López Obrador, luego entonces no hay que descartar que su abanderado sea el ingeniero Cuitláhuac García, diputado federal por el distrito de Xalapa y con trabajo y carisma entre ciudadanos del interior del estado.

* APAZAPAN, ENTRE LA POBREZA,
LOS MIGRANTES Y LA CEMENTERA

apazapamA tan sólo 45 ó 47 kilómetros de la ciudad capital, hay una municipalidad que se debate entre la pobreza y la opulencia de una cementera que se instaló hace cinco años en sus terrenos, gracias a permisos que le concedieron dos ex alcaldes de extracción priista, que provocó que les cambiara la vida y convirtieran a este pedazo de tierra también veracruzana, en un pueblo fantasma.
Apazapan se ubica entre los municipios de Xalapa, Emiliano Zapata y encuentra colindancia con Jalcomulco. En la desviación hacia Carrizal, sobre la carretera antigua federal que va al puerto de Veracruz, hay una entrada cualquiera, que recorre siete kilómetros en pendiente hasta terminar en piso plano, donde se asienta la cabecera del municipio antes dicho.
La tierra en esta municipalidad es, o fue pródiga. La siembra de productos comestibles, verduras y frutas, así como la pesca, hasta antes de que comenzara a surtir sus efectos el tratado de libre comercio.
Su gente, muy alegre, dicharachera, atenta con quienes visitan su pueblo, cosa que no ocurre muy seguido, pues aunque usted no lo crea Apazapan sobrevive solamente quién sabe por qué más tiempo. La cementera (un poderoso emporio que arrasó con flora, fauna y pesca) emplea con pagas de hambre a varios de los hombres del municipio.
Y cuando sobrevino la ausencia de tierras cultivables, igual la pobreza se apostó en estas tierras, provocando que sus hombres y luego sus mujeres emigraran a la búsqueda del sueño americano, y desde entonces el flujo de migrantes no cesa, quedando, como se aprecia, un caserío en la calle principal –la única que cruza al poblado– absolutamente cerrado. Viviendas bien edificadas de concreto, cuyas puertas y ventanales lucen herméticamente cerradas porque sus moradores se fueron «al otro lado».
Son las 3 de la tarde y no hay una sola alma en sus calles. Si acaso en la esquina de una calle sin nombre, cuatro hombres, sentados, en señal de duelo, pues habrían velado la noche anterior a uno de sus paisanos.
Tampoco se aprecian mascotas, aunque se dice que hay un kínder, una primaria, una secundaria y el telebachillerato. Sus jóvenes y niños, cuyos padres se fueron a los Estados Unidos, y como los cuatro menores, cuyo jefe de familia es el hermanito mayor de tan sólo once años de edad, juegan mucho beisbol y futbol. No hay otra cosa que hacer. La vida como en la película de El Bueno, el malo y el feo, pasa inadvertida para el resto de la entidad, aunque quienes quedaron aseguran que cada vez se reduce el número de habitantes.
Y así ocurre en sus doce congregaciones, de donde han partido ya varios miles al extranjero, haciendo que en el municipio a lo sumo haya alrededor de cuatro mil habitantes. Apazapan tiene la iglesia católica más antigua de América Latina, después de una que se localiza en Brasil.
Su palacio municipal luce limpio y bien pintado. Allí despacha el profesor Efraín González Flores como alcalde, de extracción perredista, como hace 17 años su hermano Adrián, del mismo partido, ya que después gobernaron comunas priistas. El ayuntamiento se conforma de un síndico y un regidor. Y en lo alto del palacio, figura el reloj que todos pueden ver y escuchar, ya que a las 9 de la mañana, a las 12, las 3 y 6 de la tarde, aparte de anunciar las horas se acompaña de una musiquita de fondo y una canción alusiva a las fiestas de temporada, como acaba de ocurrir con el homenaje a la Guadalupana y ya alistan la dedicada a rememorar las fiestas navideñas.
Como anécdota, recuerdan que Adolfo Mota, cuando era candidato del PRI a la diputación federal del distrito de Xalapa, al cual pertenece en materia electoral Apazapan, jamás hizo campaña en dicha municipalidad. Tampoco nunca ha visitado este lugar un gobernador del estado y el DIF municipal en sus archivos únicamente tiene registradas dos promociones de pensiones alimenticias en lo que va de este año de 2015.
La existencia, obviamente es apacible, sin estrés, pero también sus viejos habitantes avistan con preocupación que Apazapan, si sigue así puede desaparecer. Hoy se asemeja en mucho a un pueblo fantasma. Allí no hay un solo problema de tránsito de vehículos ni personas. No hay uno por uno, tampoco semáforos ni agentes de la policía vial.
Inclusive, al fin pueblo creyente, siguen confiando en que su santo Patrono, San Isidro, les haga el milagro de poder rescatar de la pobreza al pueblo y evitar que los migrantes sigan su escalada hacia la tierra del Tío Sam, así como también que cesen las explosiones que provoca la cementera y que hacen cimbrar a todo Apazapan, cada vez que se realizan, porque continúa abriendo brecha hacia territorio de otra municipalidad, que es Jalcomulco.
Obviamente, no circula ni un solo medio informativo y según cuentan cuando aficionados a hacer periodismo llegan con afanes de cometer el chantaje, suelen espantarlos y nunca más vuelven.

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