por MARÍA GUADALUPE RICO MARTÍNEZ
A través de Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) conocimos el jueves pasado, que en 2015 las inversiones en energías renovables fueron más en los países en vías de desarrollo que en los desarrollados y China encabezó el “grupo verde”.
La potencia económica mundial tiene proyectado que entre eólica, solar, hidroeléctrica, biomasa y energía geotérmica podrían producir el 60% de la energía total y el 85% de su electricidad dentro de 35 años.
Bueno y ¿cómo lo está haciendo China? Uno de varios pasos. Construyendo la planta de conversión de residuos más grande del mundo. Piensa edificar 300 instalaciones de esta índole. La primera se levanta en Shenzhen, podría entrar en funcionamiento en 2020, tratará un mínimo de 5.000 toneladas diarias que suponen alrededor de un tercio de los desechos que genera la megalópolis de más de 10 millones de habitantes.
La basura se transformará en energía útil para la urbe. Tendrá una estructura única y circular, la cubierta, medidas de 66.000 m2, y dos tercios de esta extensión ocupados por otras fuentes de energía renovables, como paneles solares, sistemas de recolección de agua y plataformas de residuos.
Y estoy segura, no son cuentos chinos.
ANIMALES.- Si tenía en mente adquirir un Armani de piel natural, ¡lo siento! Ya no podrá hacerlo. El diseñador se comprometió a dejar de utilizar pieles de animales a partir de su próxima colección otoño-invierno 2016 y 2017. Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Stella McCartney y Hugo Boss, están en la misma tónica.
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