Abriendo Brecha: Liliput y el decadente fragmento historico


caricPor: Héctor Saldierna

Por Héctor Saldierna  Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la  Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Héctor Saldierna Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Basta con leer las páginas de un periódico para enterarse cómo se encuentra la situación actual del país y cómo históricamente podría definirse este momento comparativamente con otros fragmentos de la vida nacional. Aunque también puede trasladarse a cualquier entidad federativa y situarlo en un momento en que, definitivamente, la situación está muy lejos de estar bien.

Por ejemplo, el periódico Reforma, con fecha 28 de marzo, tiene algunos titulares que muestran hechos relevantes: Cae otro policía por plagio en Papantla,  Podría Canadiense salir bajo fianza, Consideran  insignificante multa a OHL, Repudian a Juniors, Señalan malgasto en política antidrogas, Que vengan más críticas, Peña.

Estos titulares son muestras de una panorámica general, donde la presencia de Veracruz es recurrente, pero no por hechos inspiradores, sino por situaciones fuera de la legalidad y enfocados sobre la falta de valores y la inseguridad que se ha adueñado de este prodigioso territorio.

Lejos que México haya avanzado hacia estratos superiores y de mejores condiciones de vida, ha descendido una serie de escalones en los que se encuentran factores de injusticia, inmoralidad, mal desempeño gubernamental y un incremento en las acciones ilegales y de rapacidad en perjuicio del erario público.

Esta Generación de principios de siglo está observando de manera azorada cómo los logros y conquistas que había obtenido el país durante varias décadas se han derrumbado estrepitosamente y lo que se consideraban valores inmutables, ahora viven una profunda transformación que están erosionando el edificio de instituciones que, con mucho esfuerzo, se había construido en beneficio de la nación.

La aparición de una clase política carente de sensibilidad social, fincada únicamente en estadísticas y desempeños financieros han trastocado esos importantes valores que se habían cultivado y no tienen más Dios que el dinero, sin importar cómo lo obtengan. Esa clase, conocida por algunos críticos por tecnócrata, rompió todo un esquema que conllevaba un esfuerzo y sacrificio.

Precisamente, los titulares de Reforma pueden ser emblemáticos de lo que ahora ocurre en México y que nos muestran a una nación decadente, ausente de principios morales y sin una ruta definida, sin filosofía y con un profundo amor al Júpiter monetario, donde no importa el desempeño de las transnacionales, así estén cometiendo acciones fraudulentas en perjuicio de un país.

LOS VIAJES DE GULLIVER

En una parte del libro de Jonathan Swift, Los Viajes de Gulliver, afirma en torno al pensamiento y filosofía de Liliput, país de seres pequeños, a donde llega luego de un naufragio:

“A la hora de elegir personas a cualquier cargo, atienden más a su buena moral que a su capacidad. Creen que la verdad, la justicia, la templanza y las demás virtudes no están negadas a nadie, y la práctica de ellas, acompañada de alguna experiencia y una buena intención, constituyen a cualquier persona idónea  para el servicio de la patria, por pocas luces que tenga.

Añaden que la falta de virtudes morales está muy lejos de ser sustituida por superiores capacidades de la mente”.

Sobre la ingratitud dicen: “Se considera entre ellos un crimen capital. Aquél, dicen ellos, que paga con malas obras a su mismo bienhechor, es preciso que sea un enemigo capital de todos los demás hombres”.

De hecho, la obra de Swift se consideró una obra infantil, pero de acuerdo a las consideraciones y alcances de la obra, se estima más bien una feroz crítica hacia la sociedad de esa época. Aunque en realidad alcanza siempre cualquier etapa histórica.

El capitán Lemuel Gulliver describe un naufragio en país extraño y encuentra  una trinchera para desde ahí aplicar fuerte dosis de cuestionamientos sobre la manera injusta de gobierno y la forma en que han perjudicado a los gobernados. Desde esa época, que hablamos del año 1726, observa ya muestras inequívocas de descomposición social, donde la moral se encuentra relegada y en el último lugar de las consideraciones que opuestamente deberían de tener los que gobiernan a un pueblo.

 

Y hasta la próxima.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.