En un país que se dice demócrata, habría de permitir que los expertos enviados por la CIDH concluyan su investigación hasta poder contar con resultados confiables, concretos y que toda la sociedad mundial pueda reconocer como ciertos.
Resulta inverosímil, a estas alturas, que ninguna indagatoria policiaca da con el paradero de los 43 muchachos normalistas de la escuela «Raúl Isidro Burgos».
Con todos los pertrechos de seguridad que cuenta el país, armas, ejércitos, de guardianes, aeronaves, camiones, patrullas y se cuenta que con los especialistas en la cacería de humanos, y a dos años los trabajos de sabuesos y pesquisas de los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sigue como al principio de este bochornoso evento, sin puntos de conexión con la verdad.
A cambio, el escándalo provocado por la protesta mundial continúa. Cómo se puede desaparecer así la humanidad de 43 muchachos, sin que se tenga todavía la menor sospecha bien fundamentada sobre el destino que arropa toda una intensa trama del crimen, de complicidades y de impunidad.
Para la imagen de un país como el nuestro, a nadie conviene el talón de Aquiles de que está sufriendo inclusive el escarnio de los ojos que ven y los oídos que escuchan en países de Europa Occidental y las naciones hermanas de Latinoamérica. Porque al margen, no hay hora ni día en que alguien recuerde a los mexicanos que está pendiente de saldarse una horrenda deuda a todas luces criminal.
Ayotzinapa es parte de lo que no debió haber ocurrido jamás y que completa la página histórica vergonzante como son las ejecuciones del caso Tlatlaya, el exterminio de los indígenas de Acteal y la matanza estudiantil del 68.
Saldos de los cuales se sirve el empresario Donald Trump, durante la campaña que realiza en Estados Unidos en contra de México y los mexicanos y que los migrantes aztecas, sobre todo, habrían querido que no se repitiera más, porque se creía que la última lucha armada había sido la revolución de 1910. Aunque entonces contábamos con caudillos y héroes.
Lo que ahora se suscribe, como parte del devenir histórico de este país, la estela de una alta criminalidad, impunidad y barbarie, que lamentablemente ni la policía científica ha podido resolver.

* SI GANA CUITLÁHUAC,
ES POR EL EFECTO AMLO

En realidad, la campaña que supuestamente hace Cuitláhuac García es invisible, porque nadie la ve. Todo está dejándolo al impacto que cobra la presencia del dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Cuando el ingeniero civil obtuvo curul federal, se debió al efecto negativo que representaba tener otra vez como diputada a la ex alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García. Eso no era posible, así que la campaña que hizo AMLO en su favor, fue determinante para convertirse en legislador ante la cámara baja al Congreso de la Unión.
Bajo el lema de que todos son rateros y al exhorto para que la ciudadanía veracruzana deje de ser masoquista, AMLO ha aparecido en diferentes ciudades del interior del estado para acompañar en su gira electoral al ingeniero Cuitláhuac García.
Y es que al diputado federal con licencia califican los malvados de ser un candidato consecuente con aquella lacónica frase que expresara el priista Jesús Reyes Heroles de «no se ve, ni se oye, pero se siente»…. Y en este contexto, quien se ha dejado sentir con toda la carga de un líder es Andrés Manuel López Obrador.
Estuvo en Coatepec el último fin de semana y dejó, para continuar haciendo campaña, una tarea hormiga que hombres y mujeres realizan calle por calle y casa por casa. En Coatepec nadie conoce o identifica a Cuitláhuac, así que colocaron su fotografía a mitad del parque de la ciudad, al lado de un «tendedero» de recortes periodísticos y más gráficas, así como un cantante de ranchero que interpreta los fines de semana canciones de los artistas viejos y nuevos más queridos por el pueblo de México.
Un disco colocado con altavoces, refiere aspectos de la lucha partidaria y política que realiza Morena y su candidato Cuitláhuac, a quien los malosos identifican con el mote de «candidato invisible». Lo que le permitió obtener curul federal, pero la mini-gubernatura es otra cosa. Eso dicen.
Para otros tantos, el ingeniero civil es un candidato light, que al terminar esta justa preelectoral doblará las manitas y en lo personal, a hurtadillas, se irá con el candidato vencedor a cambio de unos cientos de miles de pesos, como varios más lo harán, sabedores de que en esta competición dos, máximo tres, son los candidatos competitivos y nadie más. Al tiempo.

* A FUERZAS LA REFORMA
EDUCATIVA, PROVOCA MIEDO

Un examen realizado a fuerzas, no sabe.
El común de docentes de la escuela primaria no necesita mayores evaluaciones, que verlos trabajar frente a grupo, antes sus menores alumnos y siguiendo el protocolo de una enseñanza bajo la aplicación de alguna de las técnicas didácticas que los pedagogos pusieron al alcance de los mencionados académicos, hoy colocados bajo la picota, con el riesgo de quedar sin empleo, tan sólo porque bien se negaron a aplicar una prueba o los reprobó el organismo creado para conseguir tales fines.
Recuerda o cita una profesora, que fue transportada en autobús bajo la vigilancia de un pertrecho policiaco y de otras fuerzas dependientes del estado, armados sus componentes hasta los dientes, para obligarlos a que no escaparan y tuvieran que presentar el examen de su evaluación en uno de los auditorios exprofeso organizados, del rumbo de las instalaciones universitarias aledañas al estadio «General Heriberto Jara».
El miedo, la rabia, la impotencia y el terror –cuenta la docente acarreada–, se pintaba en el rostro de los 15 «pasajeros» maestros, a los cuales transportaban en autobús los guardianes uniformados, que eran más en número.
Finalmente arribaron a las inmediaciones del lugar donde se desarrollaría la aplicación del examen, los bajaron del autobús en medio de un tremendo cerco también previamente instalado del recinto en cuestión. Hilillos de sudor perlaban las frentes de varias docentes, como de las espaldas objetivamente mojadas de quienes sentían con toda la rudeza una orden emitida por el estado.
A la maestra que nos contó lo anterior, dijo que ella sentía cómo su corazón latía con singular celeridad, lo que se combinaba con una mezcla de temor, miedo, indignación y repudio, todo ello sin poderlo expulsar ninguno de los profesores obligados a sustentar la prueba, que a la postre una mayoría reprobaría. Pero cómo no, con esa presión y la represalia, que quedará como nota distintiva para la historia de la reforma educativa, metida con calzador, siendo que a nadie le viene ni satisface. Y es que a fuerzas, su fracaso también queda suscrito sin vociferarse. Dirían los ex secretarios de la SEP, Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Bartlett Díaz.
A la docente que dijo todo esto, la prueba le acarreó males que afectan su salud corporal, pero a quién no, bajo estas condiciones, a la vez auto-interroga en voz alta. No hubo una sola muestra de decoro ni solidaridad institucional con ningún docente obligado a concurrir a esta demostración de supuestos conocimientos, siendo que el común de profesores de la escuela primaria, lo son de corazón, conocimiento y vocación.