Espacio Abierto: GUERRA DE LODO


buenotoriohablaPor Manolo Victorio Valle

por Manolo Victorio Valle, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
por Manolo Victorio Valle, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Faltan 20 días de campaña. Al elector se le hará una eternidad. A quienes contienden, un suspiro.

Un análisis a vuelo de pájaro refleja la preponderancia de las campañas negras como espada esgrimida para desbancar al contrincante.

La propuesta ha dado un paso de costado. La clientela electoral ha sido bombardeada con mensajes cuya génesis radica en fijarle en el inconsciente quien es menos proclive a meterle mano al cajón del erario.

Esta propuesta encaminada a presentarse como corderos, en estos días de la realidad mexicana donde la actividad política está mimetizada con latrocinio y corrupción, resulta onerosa porque el votante potencial ya no cree en los ropajes de honestidad que visten los candidatos y candidata a la gubernatura.

Un ejercicio rapidísimo de la existencia de seis candidatos y una candidata que se desgarran vestiduras por gobernar un estado quebrado, por un lapso de año y ocho meses, mueve a la sospecha.

De ahí que las campañas de lodo exhiban riquezas insultantes, transacciones millonarias en dólares en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, como piedras atadas al cuello de un candidato para hundirlo en el animo del votante.

Y es que desde el principio de la campaña el candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares ha exhibido las encuestas donde se le ubica como claro puntero, como petates mercadólogicos para asustar a los priístas.

Perder Veracruz sería una catástrofe para un clan del tricolor. Dicen politólogos, hermeneutas y pitonisos que una derrota cambiaría la geopolítica de la elección presidencial del 2018.

Algunos avezados esgrimen la teoría que los itamistas del círculo rojo se desharían de Manlio Fabio Beltrones si se pierde Veracruz. Es una apuesta que camina en el filo de la tragedia priísta respecto a conservar la presidencia.

Los ideólogos del gobierno duartista proyectan que Héctor Yunes Landa ha empatado a Miguel Ángel Yunes Linares y que en esta segunda quincena de mayo el priísta le sacará una ventaja parejera de tres puntos al panista.

Según los aquelarres metodológicos, la elección se cerrará con un magro margen de 30 mil votos a favor del abanderado del PRI. Ese es el mejor escenario para los actuales inquilinos de Palacio de Gobierno.

La realidad es que la moneda aún está en el aire. El resultado será de fotofinish. Y la elección se meterá en el callejón de los litigios judiciales.

Tampoco hay que descartar al candidato de Morena, Cuitláhuac García, a quien el vaho de Andrés Manuel López Obrador lo sitúa en tercer lugar.

Los asesores de Juan Bueno Torio creen que los escándalos mediáticos resultantes de los Papeles de Panamá y las transacciones inmobiliarias achacadas al candidato de la alianza PAN-PRD, han reencauzado la intención de voto a favor del novillero Cuitláhuac.

Quizá no le alcance al maestro universitario para ganar, pero sí le jalará marca -como se dice en el fútbol- a Héctor Yunes Landa.

A quien le ha ido como en feria es a Juan Bueno Torio, a quien el principio de equidad pregonado por el INE y el OPLE se ha convertido en una pesada losa que no lo dejó avanzar.

Primero fue altísima vara de las 260 mil firmas que le tasaron como requisito para contender como independiente, luego el magro presupuesto de 400 mil pesos que le dieron para su campaña.

Sin embargo, ahí la lleva el cordobés.

Faltan 20 días. Será un lapso lleno de estiércol en los cuartos de guerra de los candidatos. Más cosas y podredumbre veremos.

@manolovictorio.

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