Definitivamente, el fenómeno no se va a volver a repetir.
Cuitláhuac se debe a su papi, quien lo introdujo a las huestes de Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato presidencial.
Luego vendría el hartazgo en la sociedad y en abierto rechazo al PRI, sufragó en ánforas electorales contra Elizabeth Morales García.
Los votos para el candidato de Morena fueron la mejor respuesta que dio un pueblo abrumado por la desconfianza, la pérdida de credibilidad y el cansancio que le produjo un grupo de funcionarios públicos, que más pareciera que se ensañó con lo mejor que pudieron ofrecer sus representados, que es la confianza.
Nadie puede asegurar si vio a Cuitláhuac García haciendo campaña, como candidato a diputado federal. Quizá dicho personaje inclusive denote alguna prepotencia, porque puede ser un sabio, pero la sociedad lo que requiere es que le entienda y atienda un ser humano, de hueso y carne y la voluntad para ver por las exigencias sociales.
Una campaña gubernamental, obviamente es otra cosa.
El estado de Veracruz está dividido en 212 municipalidades y las gentes de Cuitláhuac siguen diciendo que el milagro que lo hizo diputado se va a repetir, lo cual, a la justa distancia, no será así. Por sí solo Cuitláhuac no ha demostrado nada para saber que el pueblo lo está viendo también.
Nadie conoce su mensajería, no se le ha visto presidiendo un sólo mitin y tampoco nadie conoce su programa de trabajo político, para el caso de que resultara el vencedor en esta justa.
Es posible que en este contexto, AMLO se haya equivocado de candidato y que lo mejor habría sido que si la izquierda iba a tomar parte en esta contienda, exigiera un abanderado de coalición, que es el caso con que se habría conducido el nombre de Armando Méndez de la Luz, quien con paso mesurado, además de propositivo, realiza una gira preelectoral diferente, en la que se justifica plenamente que no acuda a la pelea que a veces más pareciera de la calle o en cualquiera de los cuadriláteros del boxeo.
Empero, Cuitláhuac dice que realiza campaña, que es ingeniero civil y con varios merecimientos académicos, lo cual no es malo, pero la sociedad prefiere un político cercano a la gente, que les hable y comprometa su voz y que se atreva a exponer públicamente sus ideas.
Sin duda, en las mayorías creyentes en la izquierda partidaria provoca una profunda desilusión, que su candidato no se suba al ring y contienda con las ideas que en el caso de su guía espiritual estarían por llevarlo a una tercera búsqueda de la presidencia de la república. Al tiempo.
* MERCADO GALEANA Y LA
PRESIÓN DE UNA LIDERESA
El mercado de la discordia, como también le llaman al mercado Galeana, como centro de abasto alimentario lleva el apellido de nombre propio y que es con el cual se inaugurara hace poco más de medio siglo como un mercadito sin estorbos en su exterior, donde se comía rico –cuentan sus habituales clientelas– y lucía de limpio, porque sus posesionarios así lo cuidaban.
Cuenta la página de la historia dedicada a los mercados de la ciudad, que aquel mercado Galeana exhibía una fila de pequeñas fonditas, construidas con el estilo de la época, pero donde destacaban las tejas. Entonces no había tantos restaurantes, así que era una bendición el lugar en pleno corazón de la capital veracruzana.
Durante el sexenio del gobernador Rafael Murillo Vidal, el parque Galeana fue derruido y en su lugar se edificó un parque de juegos infantiles, que tanta falta hacía en la ciudad y que la esposa del mandatario, Virginia Cordero, asumiría la invitación de sus vecinos para convertir dicho lugar en un parquecito de juegos infantiles. Dicho parque llevaba el nombre de la esposa del gobernador y fue equipado con los juegos que la moda imponía en beneficio de los chiquitines.
Lamentablemente un día, de la «resbaladilla» –que era muy grande ciertamente–, un menor cayó aparatosamente, lastimándose su osamenta, al grado de tener que ser intervenido quirúrgicamente, la gente arremetió contra el parque, acabando las autoridades locales por clausurarlo y en su lugar, de nueva cuenta, se improvisó con una galera un mercado de abasto alimentario.
Obviamente, con el paso de los años dicho mercado lucía asqueroso. Su abandono amenazaba con derruirlo, pues además, desde hace trece años se establecieron los vendedores informales en torno al mercado, dando al traste con sus condiciones de higiene, limpieza, imagen y confort para sus propias clientelas. La suma de roedores se considera cuantiosa, al grado de que cuentan vecinos del lugar, muchas de esas ratas de cuatro patas se asemejan a los conejos por su tamaño.
Ex alcaldes no habían querido entrarle a su remozamiento, pero el día de su reconstrucción llegó. La obra arrancó con el cambio de pisos en el local del mercado, pintura en sus paredes, reparación de los sanitarios, el arreglo de los tejados y otros efectos, que en sólo unas semanas, de nueva cuenta, lucen como cochinero gracias a sus desleales locatarios.
Todavía no concluyen la reconstrucción del entorno del mercado e, igual, los aventureros del ambulantaje –apoyados en una lideresa– amagan con devolver al sitio su espacio de mugre, abandono, pestilencia, roedores y contaminación del medio ambiente.
En esta ocasión, voceros de la subdirección de comercio municipal han dicho que si vuelven los ambulantes los tendrán que sacar irremediablemente con la fuerza pública. No se vale que una inversión de muchos miles de pesos se vaya por la borda tan fácilmente, sólo por la necedad de una lideresa que explota a placer las alacenas del interior del mercado y que, a decir suyo, no existe todavía el poder humano que pueda echarla del lugar.
Siendo que quien pierde o gana es un mercado con características diferentes al «mugrero» en que se encontraba metido y el entorno repleto de habitantes hasta el copete, debido a que prácticamente, con el arreglo del inmueble en cuestión, permite a decenas salir del secuestro en que estaban metidos gracias a los comerciantes ambulantes, enemigos de antemano de la ciudad otrora Atenas veracruzana.
* DESALIENTO EN
EL MAGISTERIO
Además del pírrico incremento salarial del 3.15 por ciento, el cual en los últimos quince años reviste cero aumento, a los maestros o por lo menos a varios centenares dejaron de pagarles los apoyos como es la carrera magisterial, que les adeudaban desde 2014, pero sólo les cubrieron lo concerniente al año citado, pues 2015 y 2016 les dijeron que tal vez se los cubran para dentro de seis meses.
Proveedores y maestros saben que si después de celebradas las elecciones siguen sin recibir un pago, nada podrán hacer para recuperar sus pesos y centavos, en lo que resta del sexenio.
Tal muestra provocó una gran desilusión en los maestros, que además tienen que soportar los amagos de la reforma educativa, la cual nunca será del agrado del magisterio, porque, primero, a los docentes no se les invitó a entablar el diálogo con autoridades educativas y, segundo, los incrementos salariales que perciben son de hambre.
Una reforma educativa, sin la intervención de los profesores, en un país que se precia de ser demócrata, suena a vil vacilada. Y peor aun, si los salarios que se les cubren mensualmente, no manifiestan ningún incremento considerable y justo, para satisfacer las necesidades del tiempo que les toca vivir y su periodo se alarga hasta por quince años; sin gozar los profesores de un beneficio genuino, es hacerle al monje loco, porque aquéllos no se detendrán ante la protesta social.
Los jóvenes estudiantes del Instituto Politécnico Nacional así lo han hecho ver a las autoridades del plantel. Y, por otro lado, la movilización con paro de actividades que nacionalmente están por celebrar los docentes, quienes han solicitado hablar con el presidente de la república, confirman que las cosas que tienen que ver con la educación, andan de mal en peor.
No puede ser que por la fuerza de las armas, el magisterio se siga atreviendo a sustentar los llamados exámenes de evaluación, que con el cambio del régimen que suceda al actual, insista en someter al gremio de profesores, siendo este sector uno de los más pensantes de que puede echar mano y presumir el estado, como institución ante el resto del país y el mundo.
Y ahora, con la percepción de un salario de hambre, cómo se va a exigir al magisterio que rinda cuentas a semejanza de como lo rinden los académicos en Dinamarca, Suecia y Suiza, si aquellos perciben cinco veces los salarios que devengan nuestros esforzados mentores mexicanos. ¡Por favor!
EfACICO 