Papel y Tinta: El silencio cómplice de Calderón


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¿Por qué Felipe Calderón –el paladín de la justicia y del combate a la delincuencia organizada –no procedió contra Duarte cuando se enteró del desvío de fondos públicos?

Por Ricardo Ravelo Galo

Ricardo Ravelo Galo
Por Ricardo Ravelo, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

En Veracruz, así como en otros seis estados donde el PRI perdió las elecciones el pasado 5 de junio, hay reacomodo de fuerzas. Casi todos los candidatos ganadores, con excepción de Alejandro Murat Hinojosa de Oaxaca, tienen como propósito encarcelar a sus antecesores.

Durante sus respectivas campañas, los candidatos de la coalición PAN-PRD, ganaron las elecciones ofreciendo meter a la cárcel a los gobernadores. Los acusaron de ladrones, de tener vínculos con mafias, de enriquecimiento ilícito, de robarse el presupuesto descaradamente dando la espalda a la sociedad.

El expresidente Felipe Calderón, quien encabezó de 2006 a 2012 un gobierno monotemático al declararle la Guerra al Narcotráfico, sin resultado alguno, visitó el municipio de Boca del Río, Veracruz, para acompañar a Miguel Ángel Yunes Linares a su cierre de campaña.

Yunes terminaba su periplo proselitista rumbo a la gubernatura de Veracruz. A lo largo de dos meses hizo de la acusación y la diatriba un instrumento de campaña poderoso: “En menos de cuatro meses voy a mater a Duarte (Javier) a la cárcel”, repetía una y otra vez. “Y devolverán lo robado”, machacaba tanto en sus discursos como en infinidad de spotspublicitarios.

En el mitin de cierre de campaña, Calderón confesó abiertamente que durante su gobierno pidió investigar el manejo de las finanzas de Veracruz. El resultado, dijo, fue que descubrimos que el gobernador Javier Duarte desvió tres mil millones de pesos en efectivo del presupuesto del estado, concretamente de los fondos destinados al bienestar social.

Machacón, reiteró: “Si, así como lo oyen, tres mil millones de pesos. Y todo lo dispusieron en efectivo”.

Ese señalamiento grave fue el principal detonador de una suerte de descontento social que llevó a Yunes al triunfo y, a su vez, será el principal elemento de prueba para enderezar las investigaciones e integrar los expedientes en contra de Duarte y su equipo cercano, cómplices, según Yunes, del saqueo del erario.

Pero cabe preguntar: ¿Por qué Felipe Calderón –el paladín de la justicia y del combate a la delincuencia organizada –no procedió contra Duarte cuando se enteró del desvío de fondos públicos?

¿Por qué no se investigó y se llevó hasta las últimas consecuencias este asunto?

Calderón Hinojosa, sin duda, se guardó información sensible e importante, obtenida durante su gobierno, mediante investigaciones secretas, para estructurar un plan de acción electoral que le permitiera posicionar a Margarita Zavala, su esposa, como la inminente candidata del PAN a la presidencia de la República en el año 2018.

Durante su gestión como presidente de la República, amagó una y otra vez con encarcelar a varios gobernadores del PRI por corrupción y por estar vinculados con el narcotráfico.

Los gobernadores que entonces estaban prácticamente en capilla eran Fidel Herrera Beltrán, Eugenio Hernández, por citar a solo dos, quienes la libraron de ir a la cárcel. Fidel fue investigado por mal uso de fondos públicos y presuntas relaciones dudosas con personajes de la delincuencia. En tanto que Eugenio Hernández aún sigue bajo investigación en Estados Unidos por el presunto delito de lavado de dinero. Lo extraño de todo es que Calderón no encarceló a ningún gobernador a pesar de estar informado de los malos manejos financieros, como quedó claro con el caso de Javier Duarte.

Lo que si hizo fue acusar a decenas de presidentes municipales de Michoacán, su tierra, de estar vinculados con el Narcotráfico. La acusación resultó un fiasco, pues la mayoría de estos alcaldes salieron libres por falta de pruebas.

Miguel Ángel Yunes Linares afirma que la sociedad veracruzana tiene sed de justicia. Y de esa forma sustenta lo que asegura hará tan pronto tome posesión como gobernador, el próximo 1 de diciembre.

Cabe decir que tanto Fidel Herrera Beltrán como Javier Duarte son rivales políticos de Yunes. Quien en realidad tiene sed, pero de venganza, es Yunes. La sociedad veracruzana tiene sed de seguridad, sed de trabajo y de justicia, pero está discutible aquello de que “tiene sed de venganza”.

No está fácil para Yunes el proyecto de encarcelar a Duarte, aunque se puede y Yunes ya tiene la experiencia: durante el gobierno de Patricio Chirinos encarceló al exgobernador Dante Delgado, a Gerardo Poo Ulibarri y a Porfirio Serrano Amador por enriquecimiento ilícito y desvío de recursos públicos.

La acusación, sin embargo, fue infructuosa porque cuando se presentaron los cargos los delitos habían prescrito.

La guerra entre Duarte y Yunes está que arde: Duarte anunció que se le quitará el Fuero al gobernador para que pueda ser investigado y enjuiciado, si es el caso. Yunes enfrenta una denuncia por enriquecimiento ilícito en la PGR, presentada y ratificada por Manuel Espino, exmiembro del PAN.

También arrastra señalamientos de ocultar capitales, a través de su hijo, en Panamá y de la compra de inmuebles de altísima plusvalía en Nueva York con dinero, cuyo origen no parece muy claro.

En fin, Veracruz es un verdadero lodazal.

Publicado en: http://www.revistavariopinto.com/vblogger.php?id=334&secc=6&titulo=el-silencio-ca-mplice-de-caldera-n

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