Siete Párrafos: La explicación de los sucesos de Veracruz en función del futuro gobierno de coaliciones


relojPor Rodolfo Calderón Vivar

por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Los más recientes acontecimientos de lo acaecido en Veracruz, donde la mano del Poder Ejecutivo Federal pareció inclinarse en todo momento por proteger la candidatura de Miguel Angel Yunes, sostenida por la alianza PAN PRD, podría tener una explicación coherente  en el contexto de los puntos de acuerdo del Pacto por México, que signaron, hace 3 años,   los  ganadores actuales de la gubernatura veracruzana: Enrique Peña Nieto, el PAN de Anaya y el PRD de los chuchos. Se trató de ayudar a estos dos últimos partidos, con el tanque de oxígeno de los presupuestos de gobiernos estatales ganados, a fin de que sus facciones, aliadas al peñismo,  se fortalezcan y encaminen al país hacia el cumplimiento del  escenario del acuerdo 87 del Pacto por México: la consolidación de los gobiernos de coalición en México.

De esa manera, entramos a una época de pragmatismo a ultranza, que rebasa las trincheras ideológicas de esos partidos, a fin de unirlos, a conveniencia con el fin de garantizar la gobernabilidad proclive al  modelo económico y político, ligado a principios mundiales del  libre mercado, que está apuntalando el gobierno de Enrique Peña Nieto de una manera paulatina en el desarrollo presente y futuro en nuestro país. Pragmatismo que, sin embargo, tiene una fuerza contraria de choque en el radicalismo a ultranza de las perspectiva nacionalista de Andrés Manuel López Obrador, única fuerza política que no participa de la idea de acuerdos para la gobernabilidad establecidos en el Pacto por México, además de estar debilitando al perredismo aliado de Peña.

Calculada como parte fundamental de una reforma de estado, incluso fomentada en sus inicios por el propio Manlio Fabio Beltrones, la estrategia del gobierno de coaliciones es, a decir de sus defensores, una posibilidad real de mantener la gobernabilidad en un país donde hace ya mucho tiempo ningún partido político, en las elecciones presidenciales y en gran parte de las elecciones para gobernadores, tiene una mayoría relativa en el  número de votantes a su favor en las elecciones. Estamos ante el fenómeno recurrente de la idea de los tercios, en los que el ganador lo es con el apoyo de poco más de una tercera parte de la población de electores. De no haber acuerdos, entonces, las otras dos terceras partes perdedoras siempre están en posiblidad de bloquear al candidato ganador en sus espacios de operatividad gubernamental.

En febrero de 2014 se aprobaron ya las reformas en la constitución, de los artículos 74, 76 y 89 de nuestra Constitución Política, dando facultades al Presidente de la República para optar, en cualquier momento, por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión, siendo las Cámara de Senadores la  que apruebe el convenio de su funcionamiento y los programas respectivos de gobierno. Es importante señalar que también quedará  establecido en dicho convenio las causas posibles de la disolución de dicho gobierno de coalición. Es preciso señalar que esta figura nada tiene que ver con las alianzas electorales entre partidos, como las que aparecieron en las elecciones de este año, sino en una acción ya de gobierno electo para ampliar la base social de su agenda de programas tomando en cuenta a todas las corrientes políticas que estén en disposición de unirse a un pacto de gobierno común. obviamente acorde a un mismo modelo económico y político de país.

Enrique Peña Nieto apunta así hacia la entronización de presidencialismo parlamentarizado en México, que propugne lo establecido en el pacto por México en cuanto a generar : «Un programa de gobierno que garantice su ejecución integral o los puntos coincidentes que hayan acordado las fuerzas
políticas coaligadas.• Una agenda legislativa que se convierta en preferente por la fuerza mayoritaria de la coalición legislativa y en soporte
del programa de gobierno.• Un gabinete de coalición ejecutor del programa de gobierno.» Para lograrlo, de aquí al 2018, ya en la realidad, requería de cuando menos dos partidos afines y poderosos que pudieran obtener la suficiente presencia en las próximas elecciones, a fin de ser lo puntales de la coalición de consenso que propicie el gobierno de coalición.

Tal y como estaban, hasta este año de 2016, tanto el PAN como el PRD no garantizaban esa llegada, en buenas condiciones estructurales y financieras, para concretar la figura de gobiernos de coalición que pudieran comenzar en el 2018. Veracruz fue entonces una de las joyas de la corona para darles oxígeno. También en otros estados, donde la oposición ganó, en algunos casos con expriistas habilitados como candidatos de oposición, y en otra, con  candidatos propios. El riesgo de desmoronar a los integrantes originales del pacto por México era tal, que la facción calderonista ya se preparaba para derrocar a la presidencia partidista de Ricardo Anaya, en función de los resultados adversos en estas elecciones gubernamentales. No fue así. Anaya se fortaleció, así como los chuchos, y ahora están en la seguridad de distribuir  puestos en  los gobiernos ganadores, para  panista y perredistas desplazados al paso de las derrotas anteriores de dichos partidos.

Obviamente, en la política nada funciona como un relojito perfecto. En las elecciones se atravesaron las figuras de Manlio Fabio Beltrones, en su afán protagónico de devolver al PRI a la antigua perspectiva de ganar la mayoría de los puestos en disputa electoral y ser presidenciable;  Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte. en disposición total de aliarse hasta con el diablo para conservar posiciones de poder  y Carlos Salinas de Gortari, con su mano subrepticia para incrustar personajes recomendados por él en el proceso de campaña. Tampoco ayudó el propio desempeño del gobierno peñista, cuyas reformas estructurales no han dado los resultados esperados, en materia de seguridad, economía y lucha contra la corrupción, lo que ha propiciado el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador, apoyado por un buen número de inconformes que ahora aparecieron como una fuerza electoral signficativa en Veracruz y otros estados, convirtiéndolo en el presidenciable más fuerte del momento. Enemigo a vencer, cómo sea, adónde sea y cuándo sea.Por eso cuando el relojito comenzaba a presentar fallas, tuvo que intervenir un buen relojero.gifs-animados-relojes-3619875

 

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