•Estado endeudado
•Estado censurado

PASAMANOS: Tres días antes de la elección del 5 de junio, el periódico británico “The Guardian” publicó lo siguiente:
“La baja popularidad de Javier Duarte, JD, podría ayudar a poner fin a 86 años consecutivos de gobierno del Partido Revolucionario Institucional en Veracruz… lo que sería un duro golpe para el partido que ha dominado por mucho tiempo la política mexicano, y tan sólo a dos años antes de una elección presidencial”.
Así, habría de recordar que el PRI además de perder la gubernatura de dos años, también perdió el Congreso local, donde los diputados priistas serán una minoría.
La bolita de cristal del periódico extranjero acertó a su pronóstico, a tono, digamos, con las encuestas de la secretaría de Gobernación que daban un resultado fatídico.
Claro, el descarrilamiento del PRI fue catastrófico en Veracruz, cierto, pero de igual modo en siete estados más donde se impuso la alianza del PAN y PRD y que ha llevado a la renuncia del presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
Pero “The Guardian” fue más allá en su visión apocalíptica de Veracruz y que antecediera por unos días a la publicación del libro “El infierno de Javier Duarte, crónicas de un sexenio fatídico” del corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta.
Por ejemplo, el diario británico publicó lo siguiente en su reportaje:
“Con Javier Duarte, Veracruz se ha convertido en uno de los estados más peligrosos, más endeudados y más censurados de México”.
La madre de una chica desaparecida, Ana Lilia Ortiz, lo expresó de la siguiente manera:
“Nos sentimos avergonzados, burlados y abandonados”.
Y más cuando el reportaje documenta la calidad de vida de la población en el Veracruz narco de JD.
Por ejemplo, las familias viviendo con miedo, sin atreverse a contar sus experiencias, pues si lo hacen “suelen convertirse en el objetivo de las autoridades locales, los grupos criminales o ambos”.
BALAUSTRADAS: En la Universidad Veracruzana hay un sociólogo, investigador, académico, escritor y articulista. Su paso en el periodismo puede medirse a partir de su estancia en el semanario Proceso, pero también en La Jornada. Y en El País.
Alberto Olvera se llama. Es pareja de la académica, investigadora, historiadora y escritora, Celia del Palacio, quien por cierto acaba de publicar un libro sobre el periodismo en el tiempo sórdido de JD.
Olvera fue entrevistado por el enviado especial de “The Guardian”, a quien declaró lo siguiente:
“Duarte ha sido el gobernador más autocrático, corrupto y vengativo de Veracruz en décadas. Si el PRI pierde esta elección (la del 5 de junio) será histórica y nuestra primera experiencia de la democracia”.
La visión apocalíptica de Olvera se cumplió al pie de la letra. En Veracruz perdió el PRI dando paso a la alternancia. A partir del primero de diciembre gobernarán el PAN y PRD durante dos años.
Y el tricolor perdió a partir de dos ejes del mal, hermanos indisolubles de la fermentación social, como son el hartazgo contra el estilo personal duartista de ejercer el poder y el encono.
Y el encono que el diccionario define con los siguientes sinónimos: animadversión, rencor, ensañamiento, odio, tirria, manía, abominación, violencia, malevolencia, disgusto y resentimiento… en contra del duartismo.
“The Guardian”:
“A medida que la violencia se ha agravado, JD aparentemente ha optado por la negación, por culpar a los enemigos políticos de emitir informes sobre una escalada de terror”, de tal modo, que “toma cualquier crítica… en forma personal”.
Pero… al periódico británico se le olvidó describir una parte sicológica, siquiátrica y neurológica de JD en el sentido de que ha llegado a creer que él mismo es la encarnación de Veracruz, de la patria chica, de la Constitución Política de Veracruz, el dios terrenal.
“Quien habla mal de Javier Duarte habla mal de Veracruz” diría Alberto Silva Ramos, el vocero por segunda ocasión.
ESCALERAS: Más allá de la bolita de cristal y de los santeros y de los brujos tuxtlecos y de las cartas, la derrota priista del 5 de junio era una derrota un millón de veces anunciada.
Héctor Yunes Landa, el candidato priista, por ejemplo, empezó la campaña debajo de la preferencia a favor de su primo hermano, Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN y PRD.
Según el informe tricolor, hacia la mitad de la campaña Héctor levantó más que Miguel Ángel.
Pero una semana y media, dos quizá antes de la elección en las urnas, una vez más el Yunes azul levantó y siguió levantando, alejándose por completo de su primo.
“The Guardian” miró venir la alternancia en Veracruz. También el profe Alberto Olvera la olfateó.
Significa, entonces, que en el búnker hectorizado y en el cuartel duartista menospreciaron el aviso a tiempo, y/o por el contrario, se excedieron en la confianza y/o se creyeron ultra contra súper segurísimos.
Muchas veces, desde fuentes reporteriles que palpaban el estado social hasta sociólogos y encuestadores y académicos y políticos miraron venir la derrota tricolor, pero, ni hablar, la leyenda bíblica dice que Lot advirtió a su esposa que en ningún momento volteara para atrás mientras Sodoma y Gomorra se incendiaban porque se convertiría en estatua de sal, y volteó y fue castigada.
Tres días antes de la elección, “The Guardian” olfateó la derrota priista en Veracruz a partir de “la baja popularidad de Javier Duarte”.
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/20038/portales-de-noticias-de-veracruz/veracruz-estado-peligroso

