por Mario Jesús Gaspar Cobarruvias.

Diseñado por el ingeniero holandés Adrian Boot y construido entre 1634 y 1635, es uno de los edificios históricos y militares más antiguos del periodo virreinal de la ciudad de la Nueva Veracruz, fundada en los terrenos que fueran conocidos como las Ventas de Buitrón en el año de 1600.
Es un baluarte con una traza arquitectónica irregular (lados de longitudes desiguales) y con forma poligonal de 7 lados, formando una punta de diamante que apunta hacia el sureste. Actualmente se le ubica en una explanada entre las calles de 16 de septiembre (limite del mar hasta la mitad del siglo XX) y Francisco Canal, a donde desciende su rampa de mampostería que permite la entrada a la fortificación.
Recibe su nombre de la advocación al apostol Santiago El Mayor, considerado el santo patrono de los ejércitos de España y cuyas fiestas se celebran el 25 de julio. En el interior del cuerpo de guardia ubicado en su gola o parte posterior, se halla una efigie de Santiago en su forma de jinete armado y rampante. No debe confundirse con el baluarte de Santiago que forma el vértice noroeste de la fortaleza de San Juan de Ulúa, distante aproximadamente 1.26 kilómetros al norte.
En el dintel de la fachada del puesto de guardia se hallan grabadas varias cartelas de piedra que dicen:
“Reinando la España, Felipe IV y siendo virrey de esta la Nueva España el excelentísimo Sr. Don Rodrigo Pacheco Sr. Marqués de Cerralvo, corregidor, capitán de guerra y superintendente de la fábrica de su majestad en esta ciudad del castellano Don Alonso de Guzmán se hizo este baluarte año 1635”
El edificio está orientado en eje noroeste-sureste, edificado con la técnica constructiva de piedra múcara, ladrillo y mampostería de piedra. Tiene un perímetro de 152.82 metros, una altura total de 6.76 y cubiertas de hormigón para sus baterías. Como plataforma artillera, podía montar 16 cañones fijos en los merlones. Está dotado además de un puerto de guardia en el acceso al puente levadizo sobre la rampa de mampostería, cuyo ángulo de inclinación fue diseñado para un rápido desplazamiento de las piezas de artillería.
En 1842 sufrió una reforma estructural y sus lados que daban al mar y playas se reconvirtieron en muros a barbeta, para alojar 12 nuevos cañones giratorios ingleses Vickers, montados en colisas y dejando 2 flanqueando el puesto de guardia y 5 inmóviles al estilo español, del lado que mira el convento de Nuestra Señora de Belén, renombrado después Hospital de San Sebastián. Las colisas eran estructuras semicirculares dotadas de un riel que permitía mover la pieza en ángulos de tiros variables de hasta 90 grados, equivalente a 3 cañones fijos. Se puede apreciar su disposición artillera en el plano del baluarte de Santiago trazado por el teniente-coronel Julio Alvarado en 1886. Estas estructuras fueron demolidas en el siglo XX pero aun es visible la traza de su ubicación en los pisos y permanece el muro a barbeta.
Dispone de 2 garitas de vigilancia, actualmente se distinguen una hacia la calle de Valentín Gómez Farias y otra en lo alto de su torreón de vigilancia o Caballero Alto. Disponía de un sótano para 550 quintales de pólvora y otros para 450 más, por lo que se le llamaba también el Baluarte de la Pólvora o del Máximo Poder.
Su misión era custodiar el extremo sur de la ciudad amurallada de Veracruz, así como el canal de acceso meridional al puerto, la isla de Sacrificios, la zona de médanos y playas, cruzando sus fuegos con el baluarte de San Crispín de la fortaleza marina de San Juan de Ulúa. Por el lado de tierra, lo hacia con el pequeño baluarte de San José levantado en 1684. La cobertura de tantos frentes es lo que dictaminó su irregular e inusual forma poligonal de muchos lados, así como su mayor tamaño respecto al baluarte de Nuestra Señora de la Concepción.
Tenia como puntos débiles la altura de su torreón, cuyo gran perfil lo hacia blanco ideal para la artillería de sitio y naval. Además, sus cimientos estaban constantemente socavados por las crecidas del arroyo Tenoya que pasaba en sus cercanías, hasta que se tomaron las medidas pertinentes para solventar este problema, que también afectaba al baluarte de la Concepción. Ambas fortificaciones habían sido levantadas en suelos arenosos de escasa consistencia para grandes tonelajes, la acción continúa de las corrientes combinadas desde los ríos Xamapa y Huitzilapan, socavaba la cimentación a base de pilotes de madera y tierra compactada, generando una peligrosa inestabilidad estructural.
El teniente-coronel de ingenieros Juan Camargo escribe el 1 de enero de 1816, una relación de las defensas de la Nueva Veracruz para el nuevo gobernador interino, el brigadier Fernando Miyares y Mancebo, describiendo el baluarte de Santiago:
«El otro baluarte, llamado Santiago, está en el ángulo del sureste del mismo frente al mar; su figura es polígono irregular de siete lados, cerrado por la gola, igual en altura de puerta, cordón, terraplén y rampa al de la Concepción, y monta quince cañones; tiene asimismo en su centro un edificio de ocho varas de alto que consta de un almacén subterráneo de bóveda sencilla, capaz de 550 quintales de pólvora; otro sobre él capaz de igual número; dos pequeños almacenes para pertrechos y un cuerpo de guardia capaz de diez hombres; flanquea la avenida a la plaza por la playa al sureste, parte del frente que mira al mar, y el colateral al sur con fuegos rasantes y al canal y fondeadero por este mismo rumbo confinantes. Entre dicho baluarte y el que sigue del frente de la plaza que mira al sursudoeste está una batería de tres cañones y dos morteros con su cuerpo de guardia, tres repuestos y dos tinglados, el todo ceñido con una cerca y el espacio que abraza forma la escuela práctica de artillería.»
Era el mayor de los 8 baluartes que resguardaron la muralla de Veracruz, a la cuál estaba unido por dos secciones del lado de tierra y que conformaban la explanada de la Escuela Práctica de Artillería. La demolición de la muralla comenzó el 14 de julio de 1880, durante la gestión del alcalde Domingo Bureau y con autorización del presidente Porfirio Díaz y el Departamento de Guerra, desapareciendo en las próximas décadas 7 baluartes, la batería de San Fernando y las puertas de entrada, excepto la de Mar. Solo el baluarte de Santiago sobrevivió, pues se le daba uso militar, pese a estar ya obsoleto para resistir los efectos de la artillería explosiva de grueso calibre montada en destructores, cruceros y acorazados a finales del siglo XIX.
Un fragmento sobreviviente de la muralla del lado de mar, con dimensiones de 2.85 metros de largo, 1.25 de ancho y 97 centímetros de altura, se encuentra abajo y a la izquierda de la rampa de acceso, pues el baluarte de Santiago era el extremo sureste de la muralla y a través de esta se unía con las demás fortificaciones menores. Dos largos arriates llenos de tierra y piedra, indican los puntos donde las murallas de mar y tierra se cerraban en los flancos del baluarte en el siglo XIX. Este remanente señalizado se extendía en dirección al terreno del actual Museo Histórico Naval, coincidiendo con el cimiento hallado en 1997 y que estuviese en exhibición casi 17 años; fue sepultado definitivamente en 2014 durante los trabajos de remodelación del edificio para la celebración del centenario de la defensa de Veracruz en 1914.
En su muralla que da a la avenida Valentín Gómez Farias se puede contemplar la lápida que conmemora a los seis jóvenes insurgentes fusilados el 29 de julio de 1812 y a quienes se le han dedicado los nombres abreviados -y a veces distorsionados- de diversas calles: José Prudencio Silva, Bartolomé Flores, José Nicasio Arismendi, José Ignacio Murillo, Cayetano Pérez y José Evaristo Molina.
Participó en todas los hechos bélicos de importancia en la historia de la ciudad, desde el asalto pirata de 1683 hasta la Guerra de Independencia y las intervenciones francesas y norteamericanas de los siglos XIX y XX, destacando siempre como un punto importante de la defensa, si bien no siempre con éxito dado que rara vez tuvo las modernizaciones que exigía su arquitectura militar, para afrontar los desafíos bélicos de cada siglo.
En la década de 1940 se logró remozar el viejo baluarte, a causa de la conmoción social generada por un artículo escrito por el señor Rafael Domínguez y que aparece mencionado posteriormente en su libro «Veracruz en el ensueño y el recuerdo: apuntes de la vida jarocha» publicado en 1946.
En septiembre de 2015, durante la segunda etapa de rehabilitación del Centro Histórico, se encontró un borde de mampostería que delimita el área del baluarte, correspondiendo a una obra realizada a finales del siglo XIX.
Actualmente es un museo y sitio turístico bajo la custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), alojando la colección prehispánica llamada «Las Joyas del Pescador», conjunto de piezas que don Raúl Hurtado Hernández encontró en 1976, en el fondo del mar bajo la forma de lingotes de oro y joyas prehispánicas que habían permanecido ocultos por siglos años en un naufragio español. Algunas de las joyas son un chimalli (escudo), ollitas, aretes con cabezas de tortuga, brazaletes con figuras de mono, cuentas de collar con figuras de serpiente, etc.
También posee una exposición permanente de piezas militares de otros siglos, como una armadura hispano-milanesa del siglo XVI, un yelmo de coracero del siglo XIX y restos de proyectiles.
En el año 2035, el baluarte de Santigo cumplirá 400 años de haberse finalizado su construcción.
BIBLIOGRAFÍA:
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Trens, Manuel. B., HISTORIA DE VERACRUZ, TOMO II, LA DOMINACIÓN ESPAÑOLA 1519-1808, Reeditada. Secretaría de Educación y Cultura, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa-Enríquez, Ver. México, 1992.
Órtiz Escamilla, Juan, comp. VERACRUZ EN ARMAS. LA GUERRA CIVIL 1810-1820. Antología de documentos, México, Universidad Veracruzana, 2008.
Lerdo de Tejada, Miguel, APUNTES HISTÓRICOS DE LA CIUDAD DE VERACRUZ, Volumen III, Capítulo VIII, Imprenta de Vicente García Torres, México, 1857.
Gaspar Cobarruvias, Mario Jesús, MANUAL DE SEMINARIO LA FORTIFICACIÓN ESPAÑOLA Y SU LEGADO EN EL ESTADO DE VERACRUZ, Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía del Estado de Veracruz, México, 2012.
Blanes Martín, Tamara, GLOSARIO ILUSTRADO DE TÉRMINOS DEL PATRIMONIO MILITAR, Universidad de La Habana, Cuba, 2000. — con Oscar Viveros, Heidi Vela, Salvador Diaz Mirón y 37 personas más.
FUENTES ELECTRÓNICAS:
RAFAEL DOMÍNGUEZ: EL BALUARTE DE SANTIAGO (1946), Uluapa Sr., Veracruz Antiguo, Documentos históricos del Sotavento Veracruzano, septiembre 21 de 2015: https://aguapasada.wordpress.com/…/rafael-dominguez-el-bal…/
NO HA DESAPARECIDO LA MURALLA DE VERACRUZ, Mario Jesús Gaspar Cobarruvias, Facebook: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152683057145975&set=a.10150238008920975.323872.503120974&type=3&theater
LAS JOYAS DEL PESCADOR, Mardonio Carballo, Plumas de la Serpiente, 5 de agosto de 2013: http://www.m-x.com.mx/xml/pdf/308/68.pdf
