Escenarios: Buganza, harto de la política

por Luis Velázquez

•Declinaría la curul pluri
•Ahora, productor de quesos

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Según las versiones, Gerardo Buganza Salmerón, dos veces ex secretario General de Gobierno y secretario de Infraestructura y Obra Pública de Javier Duarte, está harto de la política.
Harto quedó del PAN. Harto también de su incursión en el gobierno priista del góber tuitero.
Y aun cuando quedó de diputado local pluri sopesa “tirar la toalla” y alejarse para siempre de la vida pública.
De ser así, entraría el suplente. Pero al mismo tiempo, lamentable final de un político que soñó con ideales y que le bastó el duartismo para vomitarse.
Un día, de joven, Julio Scherer García quiso fumar un cigarro y a la primera de cambios le originó náuseas y hasta devolvió. Jamás volvió, ni siquiera, a intentarlo.
Buganza colgaría los hábitos públicos, luego de encumbrarse tantos años en una carrera política que lo llevara varias ocasiones al Congreso de la Unión por la vía pluri.
Y, claro, de su incursión en el duartismo, donde estuviera en la antesala de la candidatura independiente a gobernador.
Pero apenas le ventilaran (presuntos) malos manejos en la SIOP el revire, quizá, harto de tanto lodazal y rudeza innecesaria.
Ahora, empeña su vida en un doble proyecto:
Por un lado, experimentos genéticos con el ganado para exportar.
Y por el otro, se volverá un industrial del queso de cabra, a tal grado que una semana pasó en Chihuahua conociendo el tejemaneje de tal industria.
Adiós, pues, todo indica, a la política, aun cuando y como dice el de al lado, en política no hay muertos.
Incluso, y en la creencia de Buga, los muertos resucitan.
Su rival, Miguel Ángel Yunes Linares, por cuya culpa renunciara al PAN, ya es gobernador electo, que nunca pudo Buganza.
La política ha perdido a uno de los suyos, pero los industriales queseros han ganado a un militante más.
Albert Camus afirmaba que hacia el final de la vida el ser humano tiende a recuperar un poco de la dignidad perdida en el camino.

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Otros políticos también han “colgado los guantes” y en unos casos se reinventaron.
Y se han replegado al más bajo perfil cuando los vientos han sido adversos.
Incluso, y luego de cumplida la más alta satisfacción política de sus vidas, como por ejemplo, gobernar Veracruz.
Entre otros, Jorge Uscanga Escobar, Patricio Chirinos Calero, Reynaldo Gaudencio Escobar, Virgilio Cruz Parra, Adalberto Tejeda Patraca, Efrén López Meza, Marcos Theurel Cotero y Marcelo Montiel Montiel, entre tantos otros.
Prodigioso caso de Carlos Brito Gómez, el asesor político todavía de Javier Duarte, y al que nunca le ha faltado el trabajo.
Buganza, sin embargo, todo indica, ya quemó sus naves políticas.
El deslinde, pues.
En tres ocasiones intentó la gubernatura.
En 2004, contendiendo ante el priista Fidel Herrera Beltrán, quien se la ganara en tribunales, y a quien terminó llamando mafioso desde el palacio de gobierno en un evento transmitido por TV Más.
En 2010, una vez más cabildeó la candidatura panista, pero el Yunes azul le ganó la nominación y dimitió al partido luego de más de dos décadas de militancia.
Y este 2016 la buscó como una candidatura independiente, pero a la mitad del camino dio marcha atrás, sin que nunca haya rendido cuentas, como la población electoral esperaba y deseaba.
Sólo faltaría esperar que escribiera sus memorias que serían de interés si se confesara con el alma desnuda.
Incluso, si se creyera mal dotado para la literatura bien pudiera dictar a su hijo, el filósofo Jacob, quien las recrearía a plenitud.
Pero si “El alazán tostado”, Gonzalo N. Santos, cacique potosino destituido como gobernador, las pudo escribir en un mamotreto que parece un doble ladrillo, más Buganza.

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En medio de la política corrupta que se vive, en donde unos y otros se acusan de deshonestidad, tal cual como está sucediendo en el gabinete duartista, Buganza siempre navegó con aires de pulcritud.
Marcó época.
Por ejemplo, el político que todos los días escuchaba misa a las 7 de la mañana y se arrodillaba ante el sacerdote para confesarse y comulgar.
El político que nunca en su vida ha sido infiel, proclama.
El político que denunciara que sus homólogos “metían la mano al cajón” y “ordeñaban la vaca”.
El político que contratara al litigante Antonio Lozano Gracia, panista y ex procurador de Justicia de la nación, para defender al gobierno de Veracruz en España donde se ventilara la construcción del Túnel Sumergido de Coatzacoalcos, donde todavía ahora, y ya sin él, se habla de una cueva de Alí Babá y sus 40 ladrones.
El político que como diputado local se declararía un legislador independiente en la 64ª. Legislatura, sin ninguna posibilidad de volverse un fiel de la balanza, todos en contra, dejándolo a la deriva, excluyéndolo.
El político que renunciara al PAN y aceptara un cargo público, el número dos, en el gobierno de Javier Duarte, y abriera la puerta a otros panistas renegados.
Un capítulo más estaría a punto de cerrarse entre las elites políticas de Veracruz.
Buganza habría soñado con un Veracruz justo para todos, pero las circunstancias lo aniquilaron.

Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota/20849/portales-de-noticias-de-veracruz/buganza-harto-de-la-politica-