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por Celia Rosado Romero

En familia, en la cabecera de la mesa del comedor, mientras degusta la comida principal del día, una frase emite el padre de familia, rompe el silencio, “el recibo de la luz es de 2,500 pesos, por tanto, todos tienen que cooperar”.
Las miradas se cruzan e inician los observaciones “pero, si el mes pasado fue menos”, “no que no iba a subir la luz”, “en campaña nos prometieron que no subiría”.
Tales comentarios son los mismos expresados por la ciudadanía en todos los ámbitos: hogares, trabajo, oficinas, etc., es en parte, por lo que, en las pasadas elecciones, los votantes manifestaron su enojo en las urnas, negando el voto a candidatos del partido tricolor.
Harp Helú fue certero al señalar ¿cómo hemos llegado a esto? Al referirse al conflicto magisterial, pero no sólo a esa problemática es la referencia sino es una reflexión e interrogante a la que todos los nacionales nos anexamos, a consecuencia de lo que acontece en el país.
El escenario que presentan los especialistas en la economía habla de ir a la baja, es más “se mueven a ras del suelo”, escribe Rolando Cordero Campos, y acota “rumbo al subsuelo, por debajo de sus trayectorias históricas, añejas y recientes”.
El gobierno de Enrique Peña Nieta que ostentan los beneficios de las llamadas reformas estructurales con sus loas a los cambios de escenarios económicos, no son compartidas por la sociedad mexicana que día día lucha más con ese neoliberalismo arrojado a la cara con un panorama de mejoras en la calidad de vida.
El resultado a tan sólo unos años de implementado es un fracaso, si se mide en los millones y millones de mexicanos en pobreza y pobreza extrema manifiesta en las estadísticas gubernamentales de su propio organismo (INEGI).
No pudiendo refutar con argumentos, los funcionarios, lo que ellos mismos investigan y hacen saber.
Pero, retomando el tema del incremento a las tarifas de energía eléctrica, sin explicación creíble para el común del ciudadano, con que iniciamos el texto, es menester recordar la fecha cuando fue nacionalizada la industria eléctrica y su entorno sociopolítico y económico vivido en el territorio mexicano.
Razón, que deduzco del texto circulando en las redes sociales como un momento histórico arrumbado en el pasado por los que ahora gobiernan.
Por tanto, vale la pena trascribir, lo que ya es voz populi, las palabras del que fuera predecesor de tal motivo, el fallecido Presidente de México Adolfo López Mateos un 27 septiembre de 1960.
Trascribo, en párrafos subsecuentes, gracias a las nuevas tecnologías- internet- que hoy permiten tener en mente lo que las autoridades han olvidado, borrando de la historia lo que muchas vidas costo.
“Compatriotas.
Al tomar posesión la nación mexicana de la Compañía de Luz, se consuma un largo esfuerzo desarrollado por el pueblo de México, Para tener en sus manos la energía eléctrica que en el país se produce por manos mexicanos.
La nacionalización de la energía eléctrica es una meta alcanzada por el pueblo en el camino de la Revolución.
Siempre hemos sostenido que alcanzar una meta debe ser una meta de partida para más importantes realizaciones, y ahora invitamos al pueblo de México a que, en posesión de su energía eléctrica, acreciente su industrialización para llevar a los hogares de todos, los beneficios de la energía eléctrica y los de la industrialización.
Hemos de velar todos porque la industria eléctrica en México se maneje con la mayor limpieza, para que todos sus beneficios sean para el pueblo y sólo para el pueblo. Y todos estaremos atentos y vigilantes para señalar con índice de fuego y para castigar en forma adecuada a quienes falten a la lealtad que deben a la patria y al pueblo.
No habrá en la industria eléctrica ni merinos ni ladrones, porque contamos no sólo con la energía del gobierno, que habremos de poner en juego, sino con la lealtad de los trabajadores electricistas, que habrán de ser soldados permanentes en la vigilancia de los intereses del pueblo.
Confiamos en su esfuerzo y en su patriotismo para responderle a México que su industria eléctrica se manejará bien, en beneficio del país; honestamente, en beneficio del pueblo; esforzadamente, en beneficio de México.
Y en esta ocasión en que se cumple una etapa más, podemos afirmar: México es cada día más soberano, cada día más libre, cada día más independiente, por el esfuerzo de ustedes, por el esfuerzo de todos los mexicanos.
¡Adelante… México es nuestro!
Lo que el finado Mandatario de la Nación manifestó en su discurso fue para la época un aliciente.
La esperanza renació en una época turbulenta dependiente de los designios del extranjero, lo que hoy se retrocede en el discurso oficial que da la bienvenida a los inversiones venidas fuera de nuestras fronteras apoyando el desarrollo económico del país en ellos, en lugar de ser el gobierno y la iniciativa privada nacional el promotor del crecimiento de la nación.
El “modelo” actual produciendo estancamiento en el desarrollo y por lo tanto casi nulo crecimiento con su parte de injusticia social, obliga a recurrir a las sabias palabras de Adolfo López Mateo:
“Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros. Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo.
Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos. Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos”.
“Solo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país. Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extrajeras que nos vaciaron el país. Pero que en tanto los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero.
En México la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano.
El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.
Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la indiscriminada del patrimonio de la patria”
Leer el texto da respuesta a Harp Helú
Y porque no, a nosotros también.
