
Está por cerrarse uno de los capítulos más tristes de la participación de los mexicanos en juegos Olímpicos. Al cumplirse casi la última etapa de la justa, prácticamente es un mexicano el que tiene asegurada una medalla, el boxeador Rodríguez, con al menos la medalla de Bronce. Habla, sin duda alguna, no sólo del fracaso de los deportistas, sino de la lamentable infraestructura del deporte mexicano y de un gobierno federal que no ha tenido el mejor desempeño.
Es decir, nada se encuentra aislado. Existe una correlación del éxito y de los buenos resultados cuando se trabaja bien desde las bases, pero la actual administración federal constituye la mejor muestra y ejemplo de lo que no podemos enorgullecernos.
Existen diversas tareas y acciones que evidencian poca imaginación y que las decisiones que se han adoptado no han sido las mejores. El país experimenta en términos generales una depresión, una falta de ánimo y una escasa expectativa sobre el futuro.
Todas las promesas que se diseñaron desde los cuarteles de campaña no han aterrizado felizmente. O. más bien, desde su propio diseño los creadores ya tenían bien medido cuál sería el objetivo final. Porque beneficiar a un conglomerado no sería el propósito fundamental habida cuenta que los planes surgidos desde la doctrina neoliberal no tienen como intención beneficiar a las grandes mayorías, sino la búsqueda y el lucro de pequeños grupos.
De nada han servido las teorías marxistas ni las encíclicas papales que hablan de equidad, justicia social y distribución de la riqueza, cuando ahora asistimos a observar las máximas aberraciones con la acumulación de capital y el excesivo enriquecimiento de unos cuantos grupos empresariales o personas, por regla general en connivencia con el gobierno.
Y no sólo eso, sino que desde los gobiernos con tal tendencia que dirigen sus baterías en promover y fomentar condiciones paupérrimas de vida mediante estrangulamiento de pensiones, quitando las conquistas laborales a los trabajadores y toda suerte de argucias que perjudiquen a la inmensa mayoría.
Desde luego, los gobiernos apoyados con los dictámenes de las cámaras de diputados y de senadores, que sin ningún problema, validan las iniciativas de ley que facilitan el marco jurídico para el despojo y cancelación de mejores expectativas de vida.
GOBIERNOS DEFICIENTES
Es como una especie de epidemia la que se ha soltado en diversos países del mundo relacionado con el mal gobierno. Lo observamos con Macri, en Argentina, donde incrementó tarifas de servicios públicos hasta en un 400 por ciento, pero que no lo logró al impedir una juez basada en el artículo 2º de la constitución de ese país, que existe la consulta pública previa.
Brasil enfrenta también a un grupo golpista que está por dejar afuera a Dilma Rousseff.
En México no sólo se ha tenido problemas con el gobierno federal, sino que varias entidades enfrentan a una ciudadanía irritada por la serie de anomalías, corruptelas y cinismo de los gobernantes en turno. En Morelos, miles de ciudadanos salieron a las calles a pedir la salida de Graco Ramírez.
En Chihuahua, César Duarte enfrenta el repudio popular, al igual que Roberto Borge en Quintana Roo. En Veracruz, Javier Duarte, que ya no puede salir a la calle sólo a comprar un gansito a una tienda de conveniencia, tiene pendiente de solventar 35 mmdp desde 2010 a la fecha, procedentes de fondos federales. De no hacerlo, esta deuda pasará al nuevo gobierno.
CASTILLO AL PIE DEL CADALSO
Y Alfredo Castillo, el titular de la CONADE, enfrenta ya el rechazo popular. Ante el fracaso de la delegación mexicana han surgido diversas críticas y se ha mostrado, una vez más, que los amigochos no suelen servir para nada. En estas tareas es conveniente nombrar a los más capacitados, porque las consecuencias son catastróficas cuando no se sabe elegirá adecuadamente.
Ahora tendrá que rendir cuentas y explicar varias cuestiones nada claras y que han contribuido a enrarecer aún más el ambiente.
Y hasta la próxima.
