
Al entrar a la última fase de su gobierno, Enrique Peña Nieto enfrenta grandes problemas, consecuencia de las decisiones que adoptó al inicio de su gestión y que muestra fehacientemente que no fueron las mejores. Sí acaso hubiese tomado el pulso y la consulta previa a la ciudadanía, otra situación estaría viviendo.
En cambio, optó por aliarse únicamente con las cúpulas partidistas y acogió decisiones que no coincidían con los intereses populares, por lo que en ese contexto se dejó guiar por intereses de grupo y pretendió imponer una serie de reformas que ahora han culminado con un incendio generalizado en el país.
La pretendida Reforma Educativa que no convence ha sido ferozmente atacada por la CNTE, que no cede ningún ápice y que sólo a través de una política de bloqueos y de plantones ha logrado doblegar, hasta al momento, al gobierno de Peña Nieto.
Mientras tanto cierto sector de la iniciativa privada y la organización Mexicanos Primero aconsejan que haya dureza gubernamental y que no otorguen ningún tipo de concesión y, además, sugieren que les corten los suministros financieros para doblegarlos.
La realidad es que los mecanismos de evaluación no han sido aceptados por los miembros de la CNTE y ahora están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias que consiste en la derogación de la reforma. Es decir, ya no existen puntos intermedios.
Por un lado el gobierno que anuncia a través de Peña Nieto que no habrá diálogo y, por la otra, el sindicato disidente que afirma que no darán pasos atrás hasta que se elimine la reforma.
La realidad es que lo más saludable sería el diálogo. Pero éste no se ha dado correctamente. Apenas se sentaron en Bucareli, consecuencia de las muertes de Nochixtlán, no llegaron a acuerdos decisivos por lo que nuevamente se suspendieron las mesas de negociaciones. En caso que el gobierno utilice la fuerza bruta y haya más muertes, la situación podría complicarse en todos los sentidos porque no se puede obviar que el movimiento tiene ahora una fuerte base social que se traduce en el respaldo de padres de familia y de los propios alumnos.
Lo recomendable es que haya un diálogo fructífero y el gobierno abandone la política de todo o nada. Ya no están en posición de imponer, sino de escuchar también la voz de los maestros, principales recipendiarios de la reforma educativa, que a todas luces no puede esconder sus fuertes intenciones privatizadoras, de ahí el extremo interés de organizaciones empresariales como el caso de Mexicanos Primero.
Y SIGUE LA MATA DANDO
A la denuncia que se le hizo a Angélica Rivera, la primera dama del país, relacionada con un departamento en Miami y el pago del predial de parte de un empresario amigo de Peña Nieto, se le suma ahora el reportaje bien documentado e incisivo de Carmen Aristegui en torno al plagio de la tesis desarrollada por Enrique Peña en el año 1991.
En el reportaje, preparado por su equipo de investigación, encontró que en la tesis denominada “El Presidencialismo en México y Alvaro Obregón”, conformado por 200 páginas y 682 párrafos, el entonces estudiante de la Universidad Panamericana, plagió 197 párrafos que constituyen el 29 por ciento del texto total y basado en libros de diez académicos, incluyendo al expresidente Miguel de la Madrid.
En los comentarios consecuentes de parte de los afectados, entre ellos el historiador Enrique Krauze, el Dr. Víctor López Villafane y el investigador Manuel Gil Pontón, del Colegio de México, reaccionaron con disgusto y desagrado por la acción de falta de ética y de honorabilidad de parte de Enrique Peña Nieto.
Sí para muchas personas esto constituye algo sin importancia, definitivamente dentro del ámbito académico se trata de una grave violación a las normas elementales y de decoro, que incluso el alumno Guillermo Luna, de la Universidad Panamericana, hizo una petición al sitio Change.org, el cual lleva más de 70 mil firmas en menos de 24 horas para que el título de Licenciado en Derecho sea retirado a Peña Nieto, en base precisamente a los elevados niveles de honorabilidad y de solidez ética que animan los principios de la Universidad Panamericana.
Cada día se incrementa el descrédito del jefe del ejecutivo y, por consecuencia general, sus reformas se constituyen en graves lastres que están perjudicando al desarrollo de la nación, de acuerdo al sentir mayoritario de la población. Y ni cómo ayudarlo, aunque su prima Monroy diga lo contrario.
Y hasta la próxima.

