por Raúl González Rivera
En este país hay 22 médicos por cada mil personas, lo cual quiere decir que el sistema ha sido rebasado por las necesidades hospitalarias y la carencia de instalaciones, especialistas de la medicina, enfermeras y, por añadidura, la aparición de nuevas enfermedades hace más penosa la travesía que cubre la salud pública.
Conforme a los parámetros marcados por las instancias que ven por la salud mundial, el país es uno de los más rezagados en lo que hace a la atención de los pacientes.
Vea usted si no. A las puertas de los hospitales civil y del CEM, la afluencia de quienes tocan a sus puertas se multiplica copiosamente, pero más es la cerrazón y los plazos son mayúsculos para aquellos que necesitan de ser atendidos, puedan lograr la ansiada consulta. Y es que faltan camas, médicos generales y especialistas, el cuerpo de enfermeras, igual, no es el suficiente y los espacios en los nosocomios públicos se regatean cada que la presión social aumenta.
Nomás en el ámbito de las enfermedades cardiovasculares en menores de edad, los porcentajes llaman a una profunda reflexión. Hay un millón de niños con padecimientos entre congénitos y los que aparecen de estreno, además especialistas en esta asignatura sostienen que otro millón de niñas y niños van a adquirir alguna de las enfermedades del corazón conforme vayan desarrollándose.
Aquí y en cualquier parte de la provincia mexicana los cardiopediatras y ecocardiografistas no existen en los hospitales del sector público y en la medicina privada los precios por consulta y tratamiento simplemente son impagables para el común de las familias mexicanas.
Un menor, cuyos progenitores son derechohabientes de algunas de las instituciones como el IMSS y el ISSSTE, gozan del servicio médico para sus pequeños hijos, pero éstos, en cuestión de las especialidades, tienen que hacer el viaje al puerto de Veracruz, luego pasar a Puebla y finalmente ocurrir a alguno de los nosocomios de fama establecidos en la ciudad de México, porque de lo contrario su hijo se muere o no puede recibir la atención que requiere.
A veces el doctor José Narro Robles, secretario de salubridad, alerta sobre proyectos que vale la pena rescatar, como es el hecho de mostrar su preocupación por la desatención a pacientes, las largas esperas que debe cubrir para ser atendido por parte de los consultorios médicos y, lo más importante, que reciba un trato decoroso, ético y profesional.
Sin duda, algo deberá argumentar el presidente Peña Nieto en su cuarto informe de gobierno sobre la salud pública, porque no deja de ser un pendiente que el estado tiene por deber atender, pero que en la realidad es radicalmente distinta a cuanto se dice que se hace, porque el sector exhibe yerros que van en detrimento sobre todo de la salud física de los mexicanos.
Los parámetros en cuanto a lo que sucede y debe ser en materia de salud pública que marca la OCDE, en el caso azteca son de lamentarse y preocupantes. Un pueblo enfermo definitivamente no puede estar apto para enfrentar los grandes retos sociales que impone la modernidad, con su carga de exigencias y necesidades propias de un país en subdesarrollo o del tercer mundo.
* XALAPA, UNA CIUDAD CON
MUCHOS PERROS CALLEJEROS
Por encima de las instituciones y los grupos que de momento les entró una gran pasión por saber y cuidar a los perros callejeros, es decir, los que en apariencia no tienen un dueño ni una casa donde guarecerse del frío, el calor y las lluvias, la ciudad confronta como un serio reto la enorme cantidad de canes pululando por sus calles y avenidas.
Puede haber una ley que proteja a los animales, pero la inconciencia ciudadana es superior a los contenidos de aquella.
Y más, promueven una feria de adopciones, pero ésta carece de alguna coercibilidad, así que el resto de la sociedad, bien, gracias.
Es difícil para la gente adoptar un can, que nunca vio antes, que debe llevar a su casa y después el perrito no se adapta, lo cual deja entrever a través de sus gruñidos e inestabilidad visible, lo que provoca que el adoptante desespere y lo eche a la calle de nueva cuenta.
Este círculo vicioso es ampliamente conocido por todos aquellos que muestran algún afecto por las mascotas.
En la vecina municipalidad de Emiliano Zapata hay un personaje que ejerce su profesión en forma particular, pero que en sus tiempos libres se da a la tarea de recoger los canes que va hallando en la calle, objetivamente en estado de abandono o de pérdida, a los cuales cuida, cura sus heridas, les da de comer y así ha podido conformar lo que sería una perrera con más de ochenta canes.
Es sólo un caso, de alguien que dedica parte de su vida, esfuerzo y dinero al mantenimiento de sus perritos, muchos de los cuales han recorrido como sus huéspedes varias viviendas, sus propietarios acaban por cansarse, los agobian otros problemas o simplemente se chocan de ver a sus animalitos, así que concluyen con devolverlos a la calle de nueva cuenta.
Hay los ejemplos en contrario, un can, perfectamente cuidado, que lo exhiben en una perrera de una plaza comercial y es la hora en que no hay quien busque llevarlo a su domicilio, porque es un can con ocho meses cuando menos de vida, grande, raza a semejanza de un pastor alemán, pero que para su desgracia lleva meses sin que nadie siquiera tenga la intención de adoptarlo.
* XÓCHITL ADELA OSORIO,
COLOCADA CONTRA LA PARED
Cuando quiso irse no la dejaron.
Ahora que quisiera emigrar, se lo impiden los pendientes que, sobre todo en el ámbito del dinero, suman verdaderas fortunas.
La SEV se hace cargo de la educación estatal, pero igual atiende programas y recibe presupuestos emitidos por el gobierno federal a través de la SEP.
La maestra Xóchitl Adela Osorio está siendo colocada contra la pared, a raíz de que asumiera la titularidad de la dependencia. Antes de ello, la maestra egresada de la Escuela Normal Veracruzana se había entendido por espacio de cuarenta años en responsabilidades estrictamente relacionadas con la educación.
Arranca su educativa administrativa al lado del maestro Teodoro Lavoignet Naveda, cuando no era SEV sino Dirección de Educación Popular, y cerca de la maestra Laura Mora Muñoz, también con cargo dentro de esa administración, en donde despachaban, como subdirector técnico el maestro Vicente Salcedo González, y como subdirector administrativo José Luis Bueno Castillo.
Con la descentralización sobrevino la delegación de la SEP cuyo primer titular fue el ex gobernador Dante Delgado Rannauro.
Con el cambio a secretario de Educación y Cultura y luego Secretaría de Educación en Veracruz, la maestra Xóchitl fue invitada a cubrir la que ahora es una larga ruta en mentideros para ella ampliamente conocidos. Como subsecretaria de educación ha estado al lado de cuando menos tres ex secretarios, llegando su turno al convertirla el actual régimen en secretaria.
Obviamente, su desempeño de siempre había sido educativo, pero ya como titular ha de ver igualmente con los millonarios recursos monetarios que fluyen a la dependencia por parte de la federación y, por ende, las responsabilidades son mayúsculas, los retos importantes y los amagos de funcionarios hacia el interior de la dependencia, seguramente le quitaron el sueño y la tranquilidad.
Sobre todo en las últimas administraciones, es decir, de 12 años a la fecha, la institución sirvió para hacer funcionarios millonarios, lo cual ahora coloca a la institución y a su titular contra la pared, porque si la maestra Xóchitl está al margen de un presunto affaire, la omisión la involucra necesariamente. Ahora, si todo es parte de una pantalla monumental, como una nuez que hace ruido, pero está hueca por dentro, la maestra Adela hace bien en callar, porque al final del día la razón jurídica, legal y política le tendrá que asistir.
Y es que cuando menos tres ex poderosos servidores públicos de la dependencia, entre otros, a los cuales ampara el velo protector del fuero constitucional por su carácter de legisladores que ostentan hoy día, son señalados de haber sido buzos en las profundidades del presupuesto que administra la maestra Adela, con fines en extremo distantes a los de haber atendido el rubro de la educación que presta la SEV a los veracruzanos. Esto aseguran los malvados.
EfACICO 