* DONALD TRUMP, VINO A MÉXICO


«La invitación a Donald Trump de venir a México es una tragedia,
es como haberse hecho un disparo en un pie»: Denisse Dresser.

* JUAN GABRIEL,
ESCAPÓ AL CIRCO

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Con toda seguridad, el divo de Juárez habría pedido a sus herederos que no se permitiera ningún culto al registrarse su muerte.
A diferencia de los políticos que dejan como legado que pasoteen sus restos mortales por las plazas públicas y los recintos oficiales en señal de homenaje post-morten, Juan Gabriel rehuyó al menor culto cuando abandonara el mundo de los vivos.
Se cumplió el pedido del cantautor más querido por millones de compatriotas que forman el ejército de simpatizantes, en donde su música se escucha por el lapso de los últimos 40 años.
Se diría, como muchos lo han referido, que «Juanga» era y es de todos los mexicanos, sí, pero en vida. En su partida seguramente tenía el absoluto derecho de decidir sobre lo que tendrían que hacer sus familiares con sus restos mortales. Y su decisión, tras su deceso en Santa Mónica, estado de California, es que fueran cremados y así quitarle a terceros –y más aun a los políticos– la posibilidad de lucir con su recuerdo anunciando el homenaje de rigor.
Inclusive, según se ha difundido, sus fans, dentro y fuera del país, quedaron con el ojo cuadrado porque su cenizas reposan en Miami y no en México, claro, momentáneamente, mientras los hijos del cantautor más querido y respetado, después de Agustín Lara y José Alfredo Jiménez, deciden si aceptan los homenajes que les han ofrecido en Ciudad Juárez, la ciudad de Parácuaro, estado de Michoacán, y por supuesto la ciudad de México.
Ahora se sabe que el montaje llevado a cabo tras del deceso del cantante en el hotel donde descansaba después de haber rendido su última actuación como tal, resultó con un gran éxito. Las multitudes se agolparon a las puertas de sus residencias en California y en este país, en espera de que les informaran lo sucedido o, en su caso, de que sus restos mortales podrían arribar en cualquiera de los sitios mencionados, pero nadie se percató que el personaje había sido ya cremado, con la única asistencia de sus más cercanos seres queridos y amistades de toda la vida, y que posteriormente sus cenizas habían sido reservadas en algún lugar de Miami.
Así, la supuesta salida del aeropuerto de California fue una faramalla para poder despistar a los centenares de chicos de la prensa que buscaban la ansiada declaración de sus hijos, lo que habla de la modestia del intérprete más reconocido del momento por la fanaticada mexicana y de muchos otros países del mundo, además reconocido por la obra social y humanitaria que patrocinaba en beneficio de centenares de compatriotas de todas las edades. De todos era conocida su generosidad con sus paisanos y particularmente sus amistades más cercanas.
Seguramente, pasados los días de producirse el caudal de información en estos primeros cuatro y cinco días con la infausta noticia, sin duda Juan Gabriel pudo huir del mundanal ruido, parte del circo que suele acompañar las horas terribles de un inesperado suceso, como es el ocurrido al productor y cantante, hoy por hoy más sentido por parte de los millones de fans que le acompañaron durante 4 décadas y las que vienen seguramente.

* DONALD TRUMP,
VINO A MÉXICO

trumpAlgunos dirán que los mexicanos, y más sus políticos, seguramente son sadomasoquistas, porque les gusta que los insulten y además mostrar su mejor cara al que los ofende.
O como en la aldea lo dijo alguna vez el ex senador, ex director del IPE y ex de todas las carteras de representación que ostenta el PRI, Manuel Ramos Gurrión, que en política «hay que saber tragar sapos, vomitarlos y volverlos a tragar».
Más amable es la opinión de que los mexicanos a veces son tan insensibles, por cuestiones de la época de violencia e inseguridad que viven, gracias a las equivocadas políticas públicas y los malos gobernantes, que en su casa se dan el lujo de poder recibir hasta al más felón de sus adversarios.
Jorge Castañeda, ex canciller de este país, explotó rotundamente en contra de esta visita, en tanto el senador priista y dinosaurio del partido todavía en el poder, Emilio Gamboa Patrón, mostró su beneplácito con la entrevista que en privado habrían sostenido el presidente de la república y el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump.
Inclusive, para calmar ansias de los mexicanos del común, se justifica que los temas que abordarían los personajes aludidos estarían relacionados sólo con la seguridad, el comercio y la migración, pero que quedaba fuera de esa agenda lo relativo al muro famoso que tanto ha dicho Trump que impondrá que los mexicanos construyan con sus propios recursos.
Jorge Castañeda, autor del libro «Amarres perros», se preguntó cómo es posible que se reciba a Trump, cuando dicho personaje nos ha insultado tantas veces que ya se perdió la cuenta y, para colmo, se destaca que la invitación del régimen federal fue para los dos candidatos estadounidenses, aunque la señora Hillary Clinton sigue sin anunciar sí vendrá o no.
Como quiera, los contenidos de este encuentro pasarán a los anales de la página histórica que le toca vivir al país, cuando los gringos, a saber, mucho ruido han hecho diciendo que apoyarán a los migrantes con modernas legislaciones, las cuales no llegan, pero tampoco han podido contener el flujo de indocumentados a las tierras vecinas, siendo que la mayoría que traspasa las fronteras del norte pasan a convertirse en parias de los modernos gringos, poderosos como son con el billete verde y su armamentismo sin par.
Al redactar estas líneas se estaría dando el encuentro, que para las mayorías aplastante no debió ser, debido a que se trata del candidato, en este caso republicano, que como ninguno otro venido del exterior, se ha ensañado maldiciendo la cercanía con el país azteca y condenando de antemano al ostracismo a los doce millones de indocumentados aztecas que pueblan, como quiera que sea, numerosas de las ciudades del vecino país del norte.

* CLORINDA FERRAL,
HABLA EN EL VACÍO

Clorinda Ferral, la titular de comercio municipal, acusa que no cederá al chantaje de los vendedores ambulantes y repite su dicho de hace meses en el sentido de que no permitirá más que las calles de la ciudad sean invadidas por comerciantes ambulantes.
La cantaleta es la misma, el resultado es peor.
La invasión no tiene límites y propios y ajenos al comercio informal se preguntan: y qué de los comerciantes establecidos, que ante esta situación y bajo el sobado pretexto de que el dólar sube, el peso baja, igual han cambiado las etiquetas de sus productos elevando las tarifas, sin que la Profeco tampoco haga algo para contener esta alza indiscriminada.
Xalapa no sólo es acosada por la vendimia callejera, los pedigüeños, los payasitos y las Marías y por supuesto las indígenas de Chiapas, que ofertan prendas de vestir y blusas tradicionales para mujer, sino que ahora han aparecido los vendedores de banderitas y cuanto suvenir se les antoja a sus inventores, con los colores de la ensangrentada patria azteca, en vísperas seguramente de la celebración con que se recuerda el Grito de la Independencia y, por ende, subliminalmente el cumpleaños del general Porfirio Díaz.
Así que no se diga de manera insistente que sobrevendrá la calma con el éxodo o persecución de los comerciantes informales, los que afectan la imagen de la otrora Atenas de la cultura veracruzana y, por ende, a los comerciantes establecidos, quienes igualmente han comenzado a cambiar precios en sus productos.
En este giro se encuentran los locales dedicados a la venta de ropa de vestir, lo mismo para dama que caballero, para el caso es lo mismo, y otros enseres de uso doméstico, lo que enerva sobremanera a las familias xalapeñas y a los consumidores, que ven con azoro cómo se diluyen entre los dedos de sus manos los pesos y centavos de sus quincenas salariales.
Seguramente Clorinda Ferral sea una excelente funcionario al servicio de los xalapeños, esmerada en sus dichos, pero su legión de inspectores de comercio la engañan flagrantemente, porque bastaría con que ella abandonara sólo media hora su despacho de palacio de gobierno municipal y se apersonara en las calles que forman el raquítico casco histórico de la capital, para percatarse de que ella amaga con que ya no habrá ambulantes, y pareciera que éstos últimos se ponen de acuerdo con los guardianes del comercio para hacer de las suyas y de qué forma.
Tal vez este rubro siguen sin verlo los especialistas contratados para atender el sobado programa de movilidad urbana, con el cual se presumía que cambiaría de fisonomía la otrora ciudad de las flores.
De que está aumentando la cantidad de ambulantes o informales en el corazón de Xalapa, hasta un invidente puede apreciarlo, con lo cual se afirma una estela de mala imagen urbana, por un lado, y la competencia desleal con el comercio organizado, que de igual forma está encontrando un pagano de culpas ajenas, que son los consumidores, que están asistiendo a una alza anárquica de precios, pero sus salarios siguen siendo lo mínimo de los mismos.

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