
¿Qué pasaría en el pensamiento de Enrique Peña Nieto para invitar a un candidato a la presidencia de Estados Unidos a una visita a México? Tal vez su cercano círculo de colaboradores no tuvieron la oportunidad para aconsejarle de la mejor manera y que posiblemente no sería la mejor idea para traer a un candidato que, además, sólo ha tenido comentarios nocivos y negativos para los mexicanos.
Para Donald Trump, en cambio, fue una oportunidad para lograr puntos en su maltrecha campaña y que lo tienen en una baja posición en las encuestas electorales en relación a Hillary Clinton.
Lo cierto es que no fue nada afortunada la presencia del magnate gringo y candidato presidencial, quien tampoco tuvo cortesías y a su llegada posterior a Phoenix, Arizona, donde pronunció un discurso, dijo que el muro que se construirá en la frontera con México, al que calificó de hermoso y grandioso, será pagado por México.
Enrique Peña Nieto, en cambio, sólo dijo que el muro no será pagado por los mexicanos, sin digerir siquiera que la propuesta misma es una ofensa para todos los mexicanos por lo que representa en términos de violencia en contra de los migrantes y la propuesta que ha realizado el mismo Trump en el sentido que hará una deportación masiva de inmigrantes mexicanos.
De entrada la presencia de Trump en nuestro territorio ya es ofensiva. No ha habido persona que se recuerde que hable con tanta fobia hacia los mexicanos que el organizador del certamen de Miss Universo. Sus frases en contra de mexicanos han rebasado toda frontera de decencia y ha incurrido en una serie de groserías y desprecios hacia el mexicano.
Una victoria de Trump, sin duda, seria letal para México en virtud que solamente en los últimos meses las remesas enviadas por millones de trabajadores mexicanos hacia sus familias han rebasado con mucho los ingresos petroleros, que hasta hace poco eran la base fundamental del presupuesto nacional. De ahí entonces la importancia central que tendría un presidente que detesta a México y a los mexicanos.
¿Entonces, cuál sería la verdadera intención de Peña Nieto invitar a este sui géneris personaje?. Aunque se hizo la invitación para los dos candidatos, la realidad es que habría que observar ahora la reacción de Hillary Clinton ante un panorama que, por ahora, no le es nada favorable al presidente de México, caracterizado por ser uno de los mandatarios más impopulares que haya tenido el país.
En la víspera de su Informe de Gobierno, la llegada de Trump sólo ayudará a entorpecer y a nublar el ambiente, de por sí nada favorable para la presente administración federal.
GUIRI GUIRI
Esta expresión es rescatada por un personaje cómico que tenía su programa en una televisora de la Ciudad de México. Pero también se usa el término para definir que todo se habla y finalmente no se hace nada. Por cierto, tenía un cuñado que tenía el fino humor de la ironía. Cuando escuchaba a una persona que se vanagloriaba o contaba hazañas idílicas, le decía:
Echale, échale, que al fin es plática.
Y eso es lo que hasta ahora ha pasado en el Estado de Veracruz, donde se han dicho miles de cosas en torno a la caótica administración de Javier Duarte, cuyas secuelas son inéditas y que jamás se había observado a un gobierno tan carente de todo.
Que lo investigan, que la Auditoría Superior de la federación lo culpa de no cumplir con la justificación de los recursos federales hasta montos de 35 mmdp, que lo van a expulsar del partido y muchos etcéteras.
Pero, finalmente, nada ha pasado. Existe ese riesgo calculado que no pase nada en Veracruz, pero también existe un auténtico riesgo que el pueblo veracruzano se percate del mensaje. Que se puede hacer de todo y sin que haya ningún tipo de acción punitiva. Eso es lo peor que le podría pasar a Veracruz, un lugar donde se perdió la esperanza.
Y hasta la próxima.

