Peña Nieto y los exgobernadores corruptos. Premios del sistema: impunidad y libertad financiera.


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por Ricardo Ravelo Galo, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

 

penadesPor Ricardo Ravelo Galo

La fuga de los gobernadores de Veracruz y Sonora, Javier Duarte y Guillermo Padres, es el más claro ejemplo de la impunidad que priva en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Nadie duda, ni tantito, que desde las alturas del poder se les haya avisado a estos mandatarios de las órdenes de aprehensión que se girarían en su contra, para que, sin mayores aspavientos se sustrajeran de la acción de la justicia. Ahora la Policía Internacional, la Interpol, los buscan en todo el mundo, según se afirma.

Es verdaderamente un desastre lo que ocurre con la justicia en México. La corrupción campea por todas partes sin que haya dique que contenga este flagelo, que carcome a la sociedad. Es bien sabido lo que ocurre, por ejemplo, en Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, donde su presidente, Edgar Elías Azar, está señalado de ser un funcionario que suele negociar los asuntos de la justicia.

Se afirma, que cuenta con operadores personales que todos los días están revisando en las salas penales y civiles cuales son los asuntos importantes para, de inmediato, comenzar la tarea de acercamiento y negociación. Todo se tuerce en la justicia con personajes de esta ralea.

En el caso de la corrupción a nivel federal, ahí siguen impunes los exgobernadores de Chihuahua, César Duarte, y de Quintana Roo, Roberto Borge, quienes terminaron sus respectivos mandatos sin mayores contratiempos. Y simplemente desaparecieron.

Javier Duarte se fugó hace poco más de una semana. En principio se dijo que estaba escondido en los límites del Estado de México y Michoacán, donde hace poco más de un año adquirió una casa de descanso y un yate para navegar por el inmenso lago que baña al municipio de Valle de Bravo.

Mientras que en Veracruz, el actual mandatario, Flavino Ríos Alvarado, pide a gritos un salvavidas a la Secretaría de Hacienda por un monto de 11 mil millones de pesos para hacer frente a los adeudos que Duarte dejó en Veracruz.

Incluso trascendió información en el sentido de que el propio Ríos Alvarado lo había trasladado de Xalapa hacia Puebla en un helicóptero oficial. Sin embargo, el gobernador interino lo negó.

La historia de Javier Duarte y de Padrés es muy parecida a la que enfrentó hacia finales de los años noventa el entonces mandatario de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, cuando la Procuraduría General de la República (PGR) comenzó a investigarlo por sus relaciones con el narcotráfico.

Faltaban pocos meses para que Villanueva terminara su mandato. Con el apoyo de la Drug Enforcement Administration, DEA por sus siglas en inglés, la PGR integró un voluminoso expediente que implicaba a Villanueva en el negocio del narcotráfico, en particular su relación era con el cártel de Juárez, entonces encabezado por Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.

Dos días antes de que terminara su periodo gubernamental, Villanueva Madrid desapareció y no se presentó a entregar el mandato. Lo hizo en su nombre un subordinado suyo en el gobierno. Para cuando se llevó a cabo la toma de posesión del nuevo gobernador, Mario Villanueva ya se encontraba en Belice, sano y salvo.

Varios meses tardó la PGR en localizarlo. Se afirma que Villanueva estuvo escondido en varios países de Centroamérica, a cuyos territorios entró con identificaciones falsas, aunque otras versiones sostienen que se mantuvo en Belice todo el tiempo.

Otros mandatarios que logaron librar por un tiempo las acciones de la justicia fueron Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, los tres del estado de Tamaulipas. Esta tríada de exmandatarios tienen expedientes abiertos en Estados Unidos por haber tenido relaciones con el narcotráfico durante sus respectivos gobiernos. A los dos últimos también se les investiga por lavado de dinero, de acuerdo con la información que obra en expedientes de varias cortes federales de Estados Unidos.

Los casos de Padres y Duarte son tan escandalosos como los ya referidos: Duarte, según los cálculos más mesurados, dejó una deuda de más de 100 mil millones de pesos, lo que sumió a Veracruz en una verdadera quiebra financiera. El nuevo gobernador, Miguel Ángel Yunes, recibirá un estado no solamente fracturado en lo económico sino penetrado hasta la médula por las mafias del narcotráfico.

Dado este alto nivel de infiltración del crimen organizado en Veracruz, se afirma que Yunes Linares en realidad encabezará un cogobierno con el narcotráfico, pues la mayoría de los municipios están controlados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación y por Los Zetas, aunque en menor medida.

Al momento nadie sabe o no quieren saber, donde está Duarte y Padres. Para ellos las fronteras están cerradas. No pueden salir del país, de tal suerte que todo indica que ambos exmandatarios siguen en territorio mexicano, a menos que hayan tomado el camino hacia Guatemala, vía Chiapas, donde todo el mundo puede entrar y salir sin presentar documentos.

Pero lo que ocurre con estos dos exgobernadores es algo similar a lo que pasa con Joaquín Guzmán Loera, El Chapo: tanto Duarte como Padres gozan de amplia libertad financiera. Nadie les ha decomisado un solo peso ni propiedades. Al igual que el exjefe del cártel de Sinaloa mantienen absoluta libertad financiera y gozan de impunidad a pesar de que, según la PGR, ya se les busca en todo el mundo.

Publicado en: http://www.revistavariopinto.com/vblogger.php?id=353&secc=6&titulo=pea-a-nieto-y-los-exgobernadores-corruptos-premios-del-sistema-impunidad-y-libertad-financiera#

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