PASARELA DE SECRETARIOS,
RITUAL QUE AGOBIA A LOS DEMÁS

Poca o nula atención presta el electorado a lo que dicen y vaya a decir el resto de secretarios de despacho, cuando todo el desgarriate financiero es del dominio público que sigue las lecturas rendidas por los diarios nacionales y las redes sociales.
El informe mayúsculo del hoyo financiero y la huida de los políticos que robaron a los veracruzanos se difunden con amplitud de detalles, hechos y circunstancias, con mayor profusión desde la capital el país, la información que fluye en la localidad se recibe de terceras voces y a través de las pesquisas que realizan instancias policiales y judiciales de orden federal.
Las entrevistas de mayor impacto ocurren en la ciudad de México y los diarios tienen más a su alcance los pormenores de las indagatorias, listado de pillos y las cuentas millonarias, que en la aldea se conocen a cuentagotas. Y luego no se quiere aceptar que el centralismo continúa rasante desde que se inventó el sistema político a la mexicana, con sus tres poderes y las entidades del interior del país.
Sin embargo, la pasarela hasta el momento no ha dejado de ser meramente oficiosa.
Es obligación de los disertantes referir con amplitud lo que dicen las distintas áreas de trabajo político que hicieron, pero a la ciudadanía no le provoca más que hastío y sentimientos encontrados. La trascendencia en la vida social, sin duda, la conforma el volumen de una deuda pública que alcanza sumas jamás imaginadas entre la ciudadanía.
El hartazgo en lo que se dice y repite conforme pasan los días no encuentra la respuesta adecuada, porque el ex mandatario estatal está prófugo y los secretarios de turno siguen despachando los asuntos que les competen, amén de quienes son diputados federales y se recalca que gozan de fuero y que nadie los podría detener ni llamar a rendir cuentas, como son Edgar Spinoso, Adolfo Mota Hernández, Noemí Guzmán Lagunes y Tarek Abdalá, en principio.
Casos para Frank Kafka y quizá ni el personaje aludido nos podría dilucidar, porque se llama a rendir declaraciones a los ex cardenales de la SSP y de Trabajo, respectivamente, si en su contra se han enderezado sendas denuncias penales y los juzgadores siguen sin encontrarles mayores responsabilidades.
Hay dos diputados locales ampliamente difundidos en torno al affaire cometido con las finanzas públicas y es el momento en que sólo ha sido la cita de sus nombres a los cuales se endosan montañas de implicaciones, pero ambos asumieron sus curules y se asegura que allí permanecerán inamovibles en los próximos dos años cuando menos.
En tanto 180 mil burócratas, decenas de firmas empresariales, proveedores, prestadores de servicios al régimen, siguen a la espera que les cumplan lo prometido por las autoridades estatales, en el sentido de que la nave se salve, cubriendo en su totalidad adeudos y pagas de nómina y sus pensiones a jubilados en tiempo y forma, como lo prometió el propio gobernador interino Flavino Ríos Alvarado, para dar «certeza jurídica» a su gestión de mes y medio desde palacio de gobierno del estado.
* Y SI AUTOMOVILISTAS NO
ENTRARAN A PLAZAS COMERCIALES
El cabildo habría ordenado que justamente los estacionamientos de vehículos en las plazas comerciales fueran gratuitos, pero la avaricia y la insaciable voracidad de los propietarios de esos monumentales negocios no repararon en mientes y fueron con todo para evitar tal gratuidad, no fuera a ser que quedaran sin fondos sus cuentas bancarias.
La idea no era mala. Los ediles despojados de algún interés como se prevé, la llevaron al debate en el interior de palacio municipal, ya que afuera, en la calle, el grueso de automovilistas hasta le rindieron un aplauso, pues se trataba de una medida a todas luces justa, pues la justificación estaba en el sentido de que las clientelas en dichos establecimientos, como quiera, son consumidores de sus diferentes establecimiento comerciales.
Esto a los poderosos no gustó ni un centímetro, como consta con un cobro desmedido, arbitrario e injusto, como se impone a los automovilistas hoy día.
Xalapa es una ciudad habitada en su mayor parte por burócratas que cobran salarios pero no roban. El atraco a las arcas del tesoro público parte de los funcionarios que cobran en las altas esferas del poder y sus compras generalmente las realizan fuera de la ciudad, ya sea en la capital del país o el extranjero.
Sin embargo, a los dueños financieramente hablando de la aldea, importa un comino que los bolsillos de los consumidores sean horadados como lo vienen haciendo, sin que les haya tocado un cabello la medida que habían asumido los ediles, de imponer la gratuidad en los aparcamientos de sus clientelas.
No se pudo. Los empresarios doblaron al ayuntamiento de Américo Zúñiga, siguen cobrando las tarifas por hora de estacionamiento vehicular en las principales plazas comerciales, donde por cierto, empleados pocas pulgas tratan a los automovilistas con gestos, ademanes y voces que suelen ser altisonantes.
Se cuenta que los dueños de las plazas que obviamente capitanean los señores Slim y Chedraui, procedieron a solicitar el amparo de la justicia federal contra el ordenamiento librado por el Cabildo de la ciudad, tantas veces acariciado por los automovilistas particulares, pues a todas luces se trata de un medida ingrata, arbitraria e injusta.
Por supuesto, dijo el ayuntamiento que buscaría en los anales de lo jurídico, para volver a intentar la cancelación de cobros en las plazas comerciales, lo cual no dijo cómo y con quién lo buscaría.
Así que automovilistas locales, a propósito de la tragedia que Veracruz está viviendo financiera y económicamente, coinciden en por qué no abstenerse dos o tres días de ingresar con sus automóviles a dichos estacionamientos de las plazas comerciales, en son de protesta y en un lapso como el citado líneas arriba, se asegura que no habrá comerciante que lo resista, pues tronarían inmediatamente y una plaza en semejantes condiciones ni en Estados Unidos de Norteamérica resistiría un encono social como el que se menciona. Conste, es una idea de muchos.
* CORAZÓN DE XALAPA,
REPLETO DE ANTROS
Fue en el trienio del alcalde David Velasco Chedraui cuando se hizo la autorización para que el mayor número de antros, cantinas y lupanares funcionara en las calles y callejones con tradición histórica, pero en donde hoy sólo se consumen bebidas embriagantes, huele a orines y muchos vecinos han emigrado hacia otras zonas de la capital, porque los ruidos, tóxicos y gritería, así como la música estridente, opera avanzadas las horas de la madrugada.
Una transformación semejante sólo se le podía ocurrir a quienes hace mucho han demostrado su odio y fobia hacia la ciudad.
El corazón de Xalapa había permanecido al margen de la violencia que genera el funcionamiento de bares y antros, sobre todo en el horario nocturno y en exprofeso los callejones característicos de la ciudad, como El Diamante, y habían salvado su orgullo de ser ancestralmente barrios que caracterizan los antecedentes históricos y arquitectónicos de un poblado que ganaría el título de ser la capital del estado.
Pero vea usted que por decenios se mantuvo un corazón de Xalapa limpio, sano, aireado, pues entonces había árboles en las calles de Doctor Lucio, Clavijero y Enríquez.
El concepto de cantina existió y fue saludable para la bohemia y la sana convivencia de los xalapeños ilustres en las esquinas históricas de Dr. Lucio y Enríquez, y esta última arteria y contraesquina de palacio municipal. Entonces se cumplían los letreros de «entrada prohibida a menores de edad y uniformados de la policía y el ejército».
Siempre transcurrió así la vieja y tranquila marcha de los días y años y decenios para las familias auténticas de Xalapa, las que buscaron sobre todo una vivienda en el centro y no en los fraccionamientos residenciales ni otros rumbos.
Hoy se preguntan esas familias legendarias, quién fue el alcalde y su Cabildo amañado, que autorizaron el cambio de una ciudad tranquila a la de ser un recinto abierto prácticamente las 24 horas del día para el consumo de bebidas espirituosas, música estridente y probablemente el consumo de estupefacientes a placer y con la contrariedad de quienes sufren el rompimiento de su sueño, derivado de la nueva cara de Xalapa.
El proyecto para rescatar callejones con larga historia, como es el de González Aparicio, consistía precisamente en hacer edificaciones en donde abrieran sus puertas cafeterías y restaurantes, pero no los negocios que hoy se nutren con briagos y sucesos que no alarman ni espantan a nadie.
Empero, que exhiben y ridiculizan el acervo cultural de la capital, la cual seguramente nunca imaginó que sus palacios de gobierno y municipal estuvieran prácticamente cercados o vueltos rehenes de los antros, en donde la convivencia social pasó a un segundo plano, debido a los constantes hechos que enturbian y denigran la dignidad de quienes creyendo que asisten a pasar horas de esparcimiento, irrumpen violentando la paz y tranquilidad de la mal llamada Atenas veracruzana.
Una afamada especialista en materia de urbanismo, derivada de su profesión de arquitecto y que tuvo bajo su cuidado de alguna forma la recuperación de viejas joyas arquitectónicas del pasado que se fue de la ciudad, confía en que dicho mal no puede durar tanto tiempo. Una vez que se multipliquen y difundan sucesos que allí ocurren, pero que se encubren, otra será su suerte.
Hay que recordar que, por caso, el hermoseamiento y retorno del Centro Recreativo Xalapeño a las diversas manifestaciones de la cultura, la ciencia y el arte, se dio cuando el centenario edificio albergó en sus interiores un amplio bar, un billar y allí se celebraban ruidosos y semanales bailes populares, hasta que se produjo el asesinato de un vecino de la ciudad al calor de las copas y como consecuencia fuera clausurado como el principal antro que fue en la capital veracruzana. Al tiempo.

