
por Rodolfo Calderón Vivar

La Universidad Popular Autónoma de Veracruz debe estar sujeta a procesos de evaluación para corregir procesos inadecuados que pudieran existir en sus diferentes centros escolares, así como regularizar la situación de puestos en la misma, para sujetarlos más a criterios profesionales educativos que a decisiones políticas, como pudo haber sido en muchos casos de su pasado inmediato; pero de eso a iniciar una campaña para que desaparezca, basada en mitad verdades y mitad mentiras, sostenidas por la ignorancia o mala fe de algunos medios, hay un mar de fondo que es necesario aclarar.
Como resultado de esa evaluación institucional lo que se esperaría es lo que afirma incluso, una de las voces sensatas en esta discusión pública, su actual rectora, Maribel Sánchez Lara, en el sentido de que se hará una investigación para tener los expedientes que propicien una evaluación profunda de su funcionamiento. Y con base a ello decidir ajustes, quizás drásticos o menores, que no apuntan, al menos en voz suya, hacia la desaparición de dicha universidad. Es más, los estudiantes deben seguir estudiando, afirma.
En su declaración al respecto, la rectora de la UPAV ofrece otro dato acerca de que se está considerando la posibilidad de que la UPAV cuente con instalaciones propias, lo cual de entrada es una visión que dista de lo que se pretende establecer por algunos medios, en el sentido de su próxima desaparición. En todo caso, si habrá un reajuste que la ubique en su exacta dimensión y no en el ente educativo que sin control se expandía más allá de las fronteras estatales, propiciando situaciones fraudulentas como la de la expedición de certificados al vapor de educación media superior, es decir a nivel bachillerato, que es el punto de observación de la SEP y no sus carreras ni la legitimidad de su existencia. Sobre las cuáles, un criterio importante es si están legalmente registradas, todas y cada una de ellas, ante la SEP.
Pero entonces…¿De donde surge esa campaña de desprestigiarla incluso con medias verdades en entrevistas sesgada hechas al Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, para afectar la fama pública de esta universidad? Pues, en parte con base a creencias o, efectivamente, a algunos casos de mal funcionamiento de algunas de sus sedes, pero en otra parte a quienes ya se frotan las manos para acoger en su seno a los estudiantes en las universidades privadas. Y ahí van de por medio, cabilderos de viejas soluciones educativas fracasadas, algunas muy costosas y que no resolvieron el problema educativo de nivel superior en el estado de Veracruz, sobre las cuáles están pendientes también investigaciones periodísticas y un ejercicio evaluativo a fondo.
Recientemente entrevistado por Luis Cárdenas, para un tema que no era precisamente el de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, efectivamente Aurelio Nuño habla de un fraude, reiterando la pregunta inducida por el periodista Luis Cárdenas, pero se está hablando de certificados oficiales y no de títulos profesionales, lo que indica que Nuño se refiere al caso de los miles de certificados a nivel bachillerato que no tienen validez oficial porque no se hizo el registro correspondiente de los mismos en varios estados de la república, lo cual fue denunciado por la SEP a nivel nacionl.
No obstante, el reportero insiste en sus preguntas la alusión a que se trata de las carreras profesionales de la UPAV, y no de los bachilleratos cuyos estudios no duran más de 3 años, cuando dice:
«Nos preguntan y, bueno, te lo preguntamos, Secretario, gente que estuvo cuatro años estudiando y que, bueno, más o menos tiene el conocimiento y que no puede tener un certificado legal, porque no es legal lo que les estaban dando pero preguntan si pueden hacer pruebas de CONEVAL o si hay algunas opciones de para, al menos con el conocimiento que tengan, obtener un certificado ahora si legal» (Escuche la entrevista, a partir del minuto 14:31 en este enlace: http://audiosnoticiasmvs.blob.core.windows.net/media/audio/c218f8456fec91bc36451a2cf424b30a.mp3 )
Un sorprendido Secretario de Educación, contesta de manera titubeante, en algún momento de la entrevista, siempre refiriéndose a los famosos certificados que no a títulos de una carrera universitaria:
«No quisiera decir algo que totalmente no se pueda, pero lo que sí, obviamente, frente a esto, donde los últimos, los estudiantes, son víctimas de una circunstancia de este tipo, pues buscaremos poder, en la medida de lo posible, apoyarlos para que puedan hacer una equivalencia y que dijéramos, buscar la manera en que se valide, y se les de un reconocimiento a lo que ya han estudiado»


A partir de ahí, descontextualizando la entrevista mencionada, se genera una campaña en los medios contra la Universidad Popular Autónoma de Veracruz que está creando un clima desfavorable contra su existencia basada en mitad verdades y mitad mentiras. Por ejemplo, una falsedad que se pretende generalizar es que no tiene acreditación legal la existencia de programa educativos de licenciatura en dicha universidad. Si la tiene y avalada por la Secretaria de Educación Pública, la cual ha expedido las cédulas correspondientes. Anexamos algunas imágenes sobre los documentos oficiales de la SEP relacionados con la UPAV y registro de cédula de egresado de posgrado.
Efectivamente, en la UPAV hubo una expansión irregular que propició la creación de escuelas de nivel bachillerato e incluso de carreras profesionales que pudo haber obedecido a algunos actos de corrupción, para lo cual una evaluación a profundidad, como señala su rectora, Maribel Sánchez Lara, permitiría detectar esas situaciones fraudulentas para cerrar algunas sedes existentes. Pero hay otras sedes y carreras de licenciatura y posgrado, cuyos estudiantes y egresados, tienen por profesores a destacados investigadores y docentes de la propia Universidad Veracruzana. Así que, antes de hablar de la calidad de la UPAV hay que evaluarla en todos sus programas y sedes, y no hacerlo, por ignorancia o conveniencia personal.
Ahora lo que se espera es que esa evaluación esté a cargo de organismos evaluadores expertos en modelos abiertos o semiescolarizados, que es la estrategia que debería aplicar la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, y no ponerla en mano de expertos en educación que de esos modelos saben o muy poco o nada, de cualquier institución que sean. En ese sentido, la Universidad Veracruzana podría aportar la experiencia de su propio modelo de Sistema de Enseñanza Abierta, cuyos programas educativos están acreditados a nivel nacional por pares evaluadores de distintas universidades del país, para escoger, de entre sus académicos, a los pares evaluadores que tendrían la ventaja de estar ya distribuidos en las cinco zonas regionales donde opera la Universidad Veracruzana, y que pueden visitar las sedes correspondientes de la UPAV en esas regiones.
O recurrir a pares evaluadores del Sistema de Universidad Abierta y a Distancia de la Universidad Nacional Autonóma de México, de cuyo modelo sabatino de fin de semana, las carreras de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz son una calca casi completa, por su secuencia de tira de 5 o 6 materias por periodos de fin de semana. Eso, antes de poner en las manos de Lutero, es decir entre los promovientes de pasar el negocio al ámbito de las universidades privadas, la evaluación de como está funcionando dicha universidad. En suma, se requieren evaluadores con experiencia en modelos educativos no convencionales, llámese mixtos, abiertos, semiescolarizados o no escolarizados, para aplicar una justa valoración con conocimiento de causa. Miles de estudiantes que cursan ahí sus carreras lo agradecerían, pues así se garantizaría la calidad de una educación superior que ahora cursan en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz y a la que acudieron, por miles, porque nadie antes pudo resolverles su legítima aspiración de cursar estudios profesionales en nuestro estado, con un modelo eficaz de atención sabatina, que tiene fallas en varios casos, pero que pueden corregirse, antes de enviarlos a las universidades privadas o a entelequias virtuales.
